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Vaticano

Los papas en silencio: ¿por qué Francisco y Benedicto XVI no responden las acusaciones que dividen la Iglesia?

Por Daniel Burke

(CNN) -- Uno rara vez deja su monasterio en lo alto de una colina en Ciudad del Vaticano. El otro habla libremente, con demasiada libertad, dicen los críticos, pero ha prometido silencio sobre este asunto, por ahora.

Son dos hombres, ambos vestidos de blanco, ambos llamados Santo Padre por los católicos, y ahora, ambos enfrentan preguntas sobre una faceta crucial de la crisis de abuso sexual de la Iglesia católica: ¿qué sabían ellos y cuándo lo supieron?

En medio de la avalancha de noticias sobre el escándalo, puede ser fácil pasar por alto la novedad histórica y el alto drama de este momento en la vida de la Iglesia: por primera vez en 600 años, hay dos papas vivos, uno jubilado y otro activo, cuyos destinos pueden estar entrelazados, incluso cuando muchos de sus seguidores están en desacuerdo.

Ha pasado casi un mes desde que un exdiplomático papal publicó una carta dramática en la que afirmaba que había "redes homosexuales" y encubrimientos generalizados dentro de los niveles más altos de la Iglesia Católica.

El diplomático, el arzobispo Carlo Maria Vigano, exigió que el papa Francisco renuncie por supuestamente levantar las sanciones que su predecesor, el papa emérito Benedicto XVI, había impuesto a un cardenal estadounidense acusado de conducta sexual inapropiada.

Si esas sanciones realmente existieron es una pregunta que Francisco y Benedicto parecen excepcionalmente calificados para responder. Pero ni el académico alemán de 91 años ni el jesuita argentino de 81 años han dicho una palabra sobre eso.

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Los partidarios de ambos papas analizan su silencio en términos espirituales, formas de disciplina y fe en que la verdad se revelará, eventualmente. Otros dicen que Benedicto y Francisco son reacios a caer en una pelea de lodo con un exempleado. Algunos se preguntan si también pueden estar en juego estrategias más mundanas, como la autopreservación.

Mientras tanto, muchos católicos claman por respuestas, ansiosos de que el escándalo, con sus muchas preguntas preocupantes, marque irremediablemente la reputación moral de la Iglesia y socave la confianza en sus líderes.

Desde la abdicación de Benedicto en 2013, los dos papas han evitado imágenes incómodas o disputas públicas.

Pero en Estados Unidos y más allá, los conservadores consideran a Benedicto como una balsa salvavidas en un mar de relativismo moral. Francisco es amado por los liberales por su mentalidad reformista, su enfoque en la pobreza y la apertura a nuevas ideas. Aunque a muchos católicos estadounidenses les gusta Francisco, su popularidad se ha desplomado en el último año, según una encuesta reciente de CNN.

"Tal vez algunas personas... no están muy contentas con el papa Francisco, entonces sueñan con" Benedicto, dijo el arzobispo Christophe Pierre, actual embajador del papa en Estados Unidos, en un evento el miércoles en Nueva York.

"A veces nuestros sentimientos son abrumadores, así que en lugar de mirar la realidad tal como es, ya sabes, juzgamos la realidad desde nuestros propios sentimientos, nuestros resentimientos, nuestras decepciones. Y entonces, decimos: 'Este papa, no lo entiendo, entonces "soñamos con el otro".

El escándalo de abuso sexual ha exacerbado las tensiones entre los dos bandos, ya que ambos luchan por un alto nivel moral. Francisco y Benedicto saben que todo lo que dicen se puede retorcer y usar en esas escaramuzas, dicen amigos y consejeros, y son conscientes de los errores que cometieron en el pasado.

Entonces, mientras sus facciones luchan, ambos papas han guardado silencio sobre Vigano.

Las teorías y los debates interno se han precipitado en el vacío, para consternación de muchos sobrevivientes. El clero, el celibato, la homosexualidad, la cultura del seminario, incluso la liturgia han sido llevados a debates de izquierda a derecha sobre la verdadera fuente de los problemas de la Iglesia.

Francisco ha hablado a menudo sobre la crisis de abuso de clérigo de la Iglesia en general. Escribió una emotiva carta después del informe condenatorio del jurado investigador de Pensilvania de agosto, se disculpó repetidamente en Irlanda el mes pasado por los escándalos de ese país y convocó reuniones de emergencia en Roma con los líderes de la iglesia estadounidense.

Pero muchos católicos lo instan a ser más comunicativo sobre las acusaciones de Vigano. Más de 46.000 mujeres católicas han firmado una carta abierta a Francisco, escribiendo "para plantear preguntas que necesitan respuestas".

"Necesitamos liderazgo, verdad y transparencia", escribieron las mujeres. "Nosotros, su rebaño, merecemos sus respuestas ahora".

Otros católicos dicen que Benedicto es el papa que tiene preguntas para responder.