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España

¿Puede ser Cataluña independiente?

Por Carlos A. Montaner

Nota del editor: Carlos Alberto Montaner es escritor y analista político de CNN. Sus columnas se publican en decenas de diarios de España, EE.UU. y América Latina. Montaner es, además, vicepresidente de la Internacional Liberal. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.

(CNN Español) – Es muy grave lo que sucede en Cataluña. Tal vez la Generalitat, el gobierno local, declare ilegalmente la independencia, mientras proliferan las manifestaciones violentas a favor de la separación de España.

La situación es la siguiente: en España hay 4 provincias catalanas: Barcelona, Tarragona, Lérida y Gerona. Grosso modo, los electores en Cataluña están divididos casi al 50%, con un pequeño y oscilante porcentaje a favor de la independencia.

Pero el artículo 2 de la Constitución española, aprobada en referéndum en 1978 por una mayoría sustancial de los ciudadanos, incluidos los catalanes, declara “la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles”.

En el Reino Unido es posible la separación de Escocia si así lo decidieran los escoceses.

En Canadá es posible la separación de Quebec si así lo decidieran los quebequenses.

Pero en España esa posibilidad no existe para ninguna de las regiones autonómicas.

Es decir, habría que reformar la Constitución y someter el nuevo texto a un referéndum en el que potencialmente pudieran votar todos los españoles. Es improbable que eso suceda, a menos que las principales fuerzas políticas estén de acuerdo.

A mi juicio, eso sería lo conveniente para evitar la violencia, pero condicionando la reforma a tres elementos básicos:

Primero, no puede ser una regla sólo para los habitantes de Cataluña. Tiene que alcanzar a las 17 comunidades autonómicas.

Segundo, es muy importante que un cambio de esa trascendencia exija una mayoría calificada de un 60% y no una mayoría simple.

Tercero, para que la secesión no ocurra debido a un episodio coyuntural, deben realizarse dos referéndums en dos legislaturas diferentes, separados por cinco años.

Si en esas condiciones los separatistas insisten en romper el Estado español. Es necesario decirles adiós y desearles buena suerte.