Nota del editor: La fotógrafa y artista Chen Man es editora invitada de CNN Style. Encargó una serie de artículos sobre el lenguaje visual y las visiones del futuro.
(CNN) – La definición de la belleza cambia todo el tiempo. A veces, conforme la sociedad se desarrolla, va en ciclos, como el cambio de las estaciones. Hace no mucho, los chinos consideraban que la moda era algo que venía de Occidente. Temerosos de cometer “errores” miraban a Europa y a América para ver cuáles eran los estándares. En consecuencia, la moda en China era algo pálido y difuso.
Pero ahora el mundo es plano gracias a Internet, la tecnología y a las redes sociales. Se puede tener acceso a la moda desde cualquier parte y los estilos de todo el mundo cohabitan e influyen unos sobre otros. Si vas a una tienda de gama alta en Beijing, por ejemplo, verás a los compradores con bolsos de Hermès, blusas de Chanel y botas Ugg mientras sostienen un rosario budista en la mano. La fusión es el futuro de la moda.
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Soy una artista visual que creció en esta “nueva” China, vi los sueños materiales de mi generación hechos realidad. Miro a mi pasado en busca de inspiración.
Sin embargo, también creo que la repetición es una enfermedad… y no quiero que mi trabajo refuerce ningún estereotipo. Las imágenes de dragones y fénix son poderosas, pero cuando la gente las usa una y otra vez pierden el poder de ser frescas o emocionantes. Quiero capturar la verdadera China contemporánea, no complacer a la gente con clichés.
El país en el que vive mi generación ya no está aislado de la información ni de las ideas del exterior. En mi fotografía uso la tecnología y creo que este es el futuro de las artes visuales. Si la tecnología puede ayudar a los artistas a presentar las cosas de formas nuevas y mejores, ¿por qué no habríamos de adoptarla?
No hay necesidad de que los artistas vivan en el pasado. Después de todo vivimos en un mundo en el que la inteligencia artificial está tan avanzada que puede crear arte sin las aportaciones de los humanos.
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La Inteligencia Artificial (IA) es una especie nueva creada por la humanidad. Le damos un lenguaje y la capacidad de hacer ciertas cosas, como lo hacemos con nuestros hijos, pero al igual que un niño, cuando la IA haya madurado lo suficiente desarrollará su propio lenguaje y sus propias habilidades. Que le demos creatividad a la IA no significa que no pueda ser creativa por derecho propio.
El pensamiento artificial y la toma de decisiones se basan en el poder y la experiencia de incontables mentes humanas, así que es lógico que esto tenga como consecuencia cerebros mejores, más grandes y avanzados que los nuestros. Ya ha creado ejemplos maravillosos de pintura y música; sin embargo, hay quienes cuestionan si alguna cosa creada de esta manera puede considerarse arte auténtico.
Lo anterior se debe a que la mayoría de las personas tienen una comprensión limitada de la IA. Creen que es incomprensiblemente compleja o que es cosa de ciencia ficción. Pero aplicar la IA a las artes visuales no tiene que ser cuestión de alta tecnología. Hasta las aplicaciones de procesamiento fotográfico más sencillas deben su existencia al desarrollo de la IA y sus aplicaciones se ampliarán aún más en el futuro cercano.
Esta relación entre la tecnología y la estética es como la relación entre la ciencia y la filosofía: en un mundo ideal, ambos marchan lado a lado. Para lograr este equilibrio se requiere que el artista las domine a ambas y que combine arte y destreza en el proceso.
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El lenguaje visual no necesita traducción. Cuando nacemos no podemos hablar, pero de inmediato podemos ver el cielo azul, las flores rojas y las emociones humanas. Lo que podemos ver nos hace sentir complacidos o preocupados, temerosos o seguros. Habiendo dicho lo anterior, no puedo predecir cómo será el futuro de las artes visuales. Nadie puede. El mundo cambia demasiado rápido y las posibilidades del futuro superarán con creces cualquier cosa que intentemos imaginar hoy. Pero puedo hablar de mis esperanzas.
Espero que la gente se vuelva más hábil para comunicarse con el corazón. Espero que nos centremos más en el contenido, no en el formato. Espero que todos podamos aprender de los valores chinos tradicionales que mantienen a la vida y a la naturaleza en armonía. Necesitamos hallar un equilibrio en la diversidad, como una sinfonía.