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Política

Desmontando la despreciable teoría del montaje sobre los paquetes bomba enviados por correo en EE.UU.

Por análisis de Chris Cillizza

(CNN) -- Las campañas políticas suelen ser un negocio de bajo común denominador. Si algo funciona --sin importar lo detestable o hasta falso que sea--, se utiliza. El fin siempre justifica los medios. Y el único fin siempre es ganar.

Y así, incluso con ese estándar tan increíblemente bajo, lo que algunos comentaristas de derecha han hecho tras el envío de 10 bombas de fabricación casera a prominentes críticos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, así como políticos demócratas, donadores de partido y la oficina de CNN en Nueva York es sorprendente. En breve: ellos han sugerido -- con cero evidencia-- que se trata de un gran engaño diseñado para ayudar a los demócratas en las elecciones intermedias de 2018, una clásica operación de "bandera falsa" (false flag, en inglés).

Aunque el locutor de radio no fue por mucho el único conservador en juguetear con esta idea, fue quien mejor la explicó:

Rush Limbaugh

"(Los demócratas) han intentado todos sus trucos con los republicanos. Sus acólitos en los medios están haciendo un trabajo duro para ellos, y ninguno, ninguno, ninguno ha funcionado. ¿Entonces qué hacer? ¿Un operativo demócrata, la mejor manera de cambiar todo esto? ¿Qué tal un día como este? Qué tal un día como este en el que creas un escenario donde parece que las mafias están en ambos lados.

"Parece que los republicanos tienen también una mafia, o al menos una 'insania'. Hay algún republicano allá afuera enviando bombas a demócratas y a gente en los medios buenos y decentes, expresidentes demócratas y las inofensivas personas en CNN. ¿No sería útil para ti si eres un operador demócrata hacer que esto pareciera que los republicanos son una bola de lunáticos enfermos y que también tienen algunos mafiosos de su lado? ¡Las mismas personas que según los medios son las más odiadas por los republicanos! ¿No es interesante?".

Esto es tan cínico como increíblemente difícil en cuanto a logística. La parte cínica se explica sola. Pero considera lo que Limbaugh y los suyos están sugiriendo, desde una simple perspectiva logística. Esto es lo que tendría que haber ocurrido para que los eventos del miércoles fueran una operación de bandera falsa:

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1. El o los que quisieran ayudar a los demócratas --¿y a los medios, supongo?-- enviarían una serie de bombas de fabricación casera a prominentes demócratas en todo el país.

2. Luego, los demócratas o los medios o, una vez más, alguien, habría tenido que coordinarse con la policía local y estatal --sin mencionar a las autoridades federales-- para que las fuerzas del orden dijeran que se trataba de bombas funcionales (incluso cuando, de acuerdo con esta teoría, no lo eran).

Lo que, mmm, no fue lo que ocurrió. Cualquier persona razonable --independientemente de su afiliación política-- puede reconocer que ese tipo de conspiración tan grande no solo estira los límites de lo posible, sino que los parte en dos.

El problema, por supuesto, es que Limbaugh --y personas como el también locutor Michael Savage y el presentador de Fox Business Network Lou Dobbs-- están dirigiéndose a una audiencia que de por sí cree en que unos "ellos" misteriosos están trabajando para cumplir una agenda liberal/socialista que apunta a revocar la autoridad popular.

Esa forma de pensar no es nueva. Es la misma ridiculez que llevó a algunos a decir que los asesinatos de 20 niños de 6 y 7 años en la escuela Sandy Hook eran parte de una operación de "bandera falsa" dirigida a crear un ambiente nacional con mayor empatía en el que se aprobaran nuevas restricciones a los propietarios de armas de fuego.

E insistir en que el hombre que viajó a Washington y disparó con un rifle en una pizzería local donde creía que había una red de pedofilia dirigida por Hillary Clinton fue solo una gran puesta teatral para que la gente olvidara que de verdad existe una red de pedofilia en ese lugar (siendo claros: NO LA HAY).

La reacción natural es descalificarlo todo sin pensarlo. Pero, no enfrentarse a este tipo de basura conspirativa es dejar que se infecte. Estas acusaciones de operaciones de "bandera falsa" son como un bar de universidad: no se sostienen cuando les iluminas con un poco de luz. Hagamos brillar esa luz.