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Elecciones en Estados Unidos

Elecciones en Estados Unidos

La democracia, en la boleta

Por Dan Restrepo

Nota del editor: Dan Restrepo es abogado, estratega demócrata y colaborador político de CNN. Fue asesor presidencial y director para el Hemisferio Occidental del Consejo Nacional de Seguridad durante la presidencia de Barack Obama.

(CNN Español) -- Aún con el riesgo de pasar a lo cliché, no es exageración decir que en las elecciones de la semana que viene – y no solo las de la Cámara de Representantes y el Senado federal – se juega el futuro de la democracia estadounidense.

Tanto las elecciones federales como las estatales del 6 de noviembre tendrán consecuencias profundas para el futuro democrático del país a corto, mediano, y largo plazo. Porque más allá de las diferencias de política pública que podrán salir de los resultados se juegan pilares fundamentales del sistema.

Además de determinar el control del Congreso federal, también están a la decisión 36 gobernaciones y escaños en 87 de los 99 cuerpos legislativos estatales.

En combinación las elecciones, en parte, determinarán si el nacionalismo trumpista es una fuerza ascendente. También veremos si, por el balance de este mandato presidencial, habrá un contrapeso constitucional. Y, finalmente, afectarán el acceso a la democracia de millones de estadounidenses a lo largo de la próxima década.

Las elecciones que determinarán el control de la Cámara de Representantes son las con más importancia al bienestar democrático del país porque los efectos son inmediatos.

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Con un nuevo Congreso en manos de los demócratas, el sistema tendrá un contrapeso constitucional. Sin ello, todo el Gobierno federal – el ejecutivo, la Corte Suprema, y el Congreso – seguirá en manos de un solo partido. Y la preservación sería interpretada como una vindicación del nacionalismo trumpista.

Una Cámara demócrata investigaría a fondo las controversias en la administración Trump que, a pesar de estar en los medios, el Congreso republicano ha, en gran mayoría, ignorado.

También se considerará un juicio político, el nominado impeachment, contra el presidente, algo que la base del partido reclamará aún si no hay mucha posibilidad de éxito final con falta del apoyo necesario en el Senado para remover el presidente.

La consecuencia de control del Senado es si seguirá vigente el proceso del presidente Trump y el Senado republicano de orientar las cortes federales –y no solo la Corte Suprema– en una dirección más conservadora – con menos protección de derechos civiles – con impactos sobre muchos aspectos fundamentales en la vida cotidiana en temas tan diversos como acceso al aborto, el respeto a los derechos de la comunidad LGBTQ, acceso a las urnas, el futuro de protecciones de seguros médicos para gente con precondiciones existentes, y el futuro de DACA.

Aunque la gran mayoría del análisis político se enfoca en los resultados nacionales, las elecciones estatales también tendrán implicaciones transcendentales.

También pondrán a la prueba la fuerza del trumpismo y lo harán en estados que fueron claves para la victoria de Trump en el Colegio Electoral – Florida, Pensilvania, Michigan, Ohio, y Wisconsin.

Hoy 4 de esos 5 estados tienen gobernadores republicanos. Si los cinco salen con gobernadores demócratas, como bien puede suceder, argumentaría que el trumpismo es una política fracasada con un futuro limitado. Si se preservan en manos republicanos daría aliento al nacionalismo trumpista.

Pero las consecuencias de las elecciones estatales tendrán un impacto tremendo sobre acceso básico a la democracia para millones de estadounidenses.

Si más gobernaciones y congresos estatales pasan a manos del Partido Demócrata sería no solo un freno a los crecientes esfuerzos del Partido Republicano de dificultar la participación electoral de muchos votantes, también daría impulso a esfuerzos de abrir más acceso a las urnas, por ejemplo, abriendo paso a proyectos de ley para facilitar registro de votantes y ampliar mecanismos del voto anticipado.

Finalmente, los gobernadores y congresos estatales elegidos este 6 de noviembre, en gran parte, serán los que controlarán el proceso de designación de los distritos electorales a partir del censo del 2020. Control de esos procesos en una gran mayoría de estados ayudó mucho al Partido Republicano en las últimas tres décadas mantener más representación en el Congreso como función de gerrymandering. Que haya más balance partidista en más estados ayudaría balancear el terreno de juego para las elecciones al Congreso del 2022 al 2030.

Mientras las elecciones siempre son importantes, las de la semana que viene llevan más peso sobre los fundamentos democráticos del país que cualquier otra elección moderna en Estados Unidos.

La democracia, en sí, está en la boleta.