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'El Chapo' Guzmán

Sobornos y matanzas: el pan de cada día del Cartel de Sinaloa

Por María Santana

(CNN Español) -- Con una aparente frialdad, y una indiferencia tan escalofriante como sus mismas declaraciones, el narcotraficante Jesús Zambada García, alias ‘El Rey’, continúo lanzando explosivas acusaciones de sobornos millonarios y asesinatos brutales durante sus últimas comparecencias en el juicio a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.

La mayoría de esos crímenes, según El Rey, fueron directamente ordenados o planeados por sus antiguos jefes, su hermano Ismael “El Mayo” Zambada y El Chapo Guzmán, socios y líderes del Cartel de Sinaloa, según aseguró el testigo.

Los sobornos que protegían a los líderes del cartel

El Rey Zambada dijo que durante su tiempo en el cartel pagó millones de dólares a decenas de altos funcionarios mexicanos a cambio de protección para el cartel y sus líderes. Esta semana, sus acusaciones sacudieron a algunos de los funcionarios de más alto rango de México en esa época.

Zambada contó que en 2005 entregó “unos cuantos millones” a Gabriel Regino, subsecretario de Seguridad Pública durante la gestión del entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador. En 2006 el hoy presidente electo fue candidato a la presidencia de su país. Si ganaba Regino iba a ser su secretario de Seguridad Pública.

Entre 2005 y 2007, Zambada se habría reunido en dos ocasiones en un restaurante con Genaro García Luna, ex dirigente de la Agencia Federal de Investigación y luego secretario de Seguridad Pública durante el mandato de Felipe Calderón. En ambas ocasiones le habría entregado a García Luna maletines con alrededor de $3 millones cada uno. La primera vez, explicó Zambada, le pagaron para que nombrara a un aliado del cartel como jefe de la policía en Culiacán y la segunda vez para que no “interfiriera en el negocio de narcotráfico” de su hermano El Mayo.

En entrevista con CNN, Regino negó las acusaciones.

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En un comunicado García Luna tachó de “mentira, difamación y perjurio a mi persona” las acusaciones de Zambada.

Los sobornos también salvaron al Chapo de ser capturado en 2003. Esta vez sin dar nombres, Zambada declaró que Guzmán logró evadir a las autoridades que lo tenían rodeado, porque sobornó con US$ 250.000 a algunos militares para que suspendieran el operativo. El Chapo autorizó el pago y permaneció en libertad hasta su segundo arresto en 2014.

Guerras hasta la muerte

Una víctima recibió tantos impactos de balas que casi se decapita. Otra fue asesinada por negarse a darle la mano al Chapo. Y una tercera fue acribillada cuando escapó a la carrera de su casa al caer en una trampa tendida por sus sicarios.

Sin ahorrar detalles, Zambada García narró historias sobre las sangrientas batallas entre carteles rivales, que dejaron ríos de sangre y cientos de muertos.

En la violenta guerra contra Los Zetas, Zambada contó que, en 2004, Guzmán Loera mandó a matar a su rival Rodolfo Carillo Fuentes porque éste se rehusó a darle la mano luego de una reunión amistosa. “Hasta luego, mi amigo”, habría dicho El Chapo, pero se quedó con la mano extendida.

Carrillo Fuentes y su esposa fueron asesinados cuando salían de un cine en Culiacán. En venganza, los Carillo Fuentes al parecer ordenaron el asesinato de Arturo Guzmán, hermano del Chapo, quien entonces estaba en la cárcel.

Sin embargo, según Zambada, la guerra más fuerte y sangrienta fue la del Cartel de Sinaloa contra la organización Beltrán Leyva. Dijo que en 2005 El Chapo ordenó el asesinato de Julio Beltrán Leyva, porque según él, desobedeció una orden sobre un cargamento de cocaína. Los sicarios de Guzmán lo acribillaron de tal forma que la cabeza de Beltrán Leyva casi se desprende del cuerpo.

Zambada, además, detalló cómo para matar a “Rafita”, uno de los sicarios más temidos de Arturo Beltrán Leyva, los matones del Chapo lo engañaron al decirle que su hijo, quien se dirigía hacia la escuela, había sido atropellado por un carro. Cuando el hombre salió alarmado de su casa para atender al niño, le dispararon.

En un momento de su larga declaración, Zambada se refirió a las personas que morían a diario en Sinaloa en el contexto del enfrentamiento con los Beltrán Leyva. Fue entonces cuando mostró algo parecido al remordimiento y a la tristeza.

"La guerra contra ellos fue de las más fuertes y las más feas, porque era una guerra entre nuestra misma gente, entre sinaloenses, y se volvió algo muy triste”, expresó.

La defensa siembra dudas

Hasta el momento, Zambada ha vinculado al Chapo en decenas de asesinatos. ¿Pero se puede confiar en las palabras de un narcotraficante convicto que enfrenta cadena perpetua si no coopera con la fiscalía?

Esa es la duda que la defensa trata de sembrar en la mente del jurado. Los testigos cooperantes de la fiscalía son todos criminales, asesinos y mentirosos, dijo el abogado de Guzmán, William Purpura, mientras interrogaba a Zambada.

Leyendo las transcripciones de las primeras declaraciones de Zambada a fiscales y agentes del gobierno estadounidenses tras su extradición en 2012, Purpura señaló que Zambada jamás había implicado al Chapo en varios de los incidentes de los que habló en el tribunal durante esas entrevistas iniciales, cuando “su mente estaba más fresca”, según dijo Purpura.

En ocasiones anteriores, Zambada sólo había mencionado el rol de su hermano, El Mayo, en transacciones de drogas y en asesinatos. La defensa argumenta que Ismael “El Mayo” Zambada es el auténtico líder del Cartel de Sinaloa.

A cambio de su cooperación, El Rey Zambada, quien se declaró culpable de delitos de narcotráfico, podría recibir una sentencia reducida. “Sin ese acuerdo de cooperación, morirías en la cárcel, ¿no es así?”, le preguntó Purpura. “Sólo el juez puede decidir mi sentencia”, contestó Zambada.

Purpura, además, enfatizó que los demás miembros del Cartel de Sinaloa implicados por Zambada, quienes podrían verificar sus declaraciones, no están disponibles para testificar.

-¿Dónde está El Mayo?, preguntó Purpura.

-Escondido en las montañas, contesto Zambada.

-¿Y Nacho Coronel?

-Muerto.

-¿Y Juan José Esparragoza, “El Azul”?

-Muerto.

-¿Y Arturo Beltrán Leyva?

-Muerto.

-Entonces, ¿sólo tú puedes verificar lo que dices?, preguntó Purpura.

-Afortunadamente yo sigo vivo, contestó Zambada.

Vivo para contarlo. Con un cruce de miradas y un breve gesto de reconocimiento mutuo entre El Rey y El Chapo, terminó otra semana en el juicio contra Guzmán.

El Chapo se ha declarado inocente de 11 cargos graves relacionados con el narcotráfico. El juicio en su contra se reanudará el lunes 26 de noviembre luego del feriado del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos.