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Argentina

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36 horas de vergüenza: el paso a paso de la fallida final River-Boca

Por Steve Almasy

(CNN) -- El segundo partido de la final de la Copa Libertadores entre los clubes potencia de Argentina, Boca Juniors y River Plate, se pospuso indefinidamente el domingo después de que los hinchas barrabrava de River Plate atacaron un autobús del equipo de Boca el día anterior, según el organismo rector del fútbol sudamericano.

No está claro cuándo se podrá reprogramar el juego, pero los presidentes de los dos clubes, que son rivales feroces, se reunirán en Paraguay el martes.

El capitán de Boca Juniors, Pablo Pérez, y el mediocampista Gonzalo Lamardo, fueron atendidos en un hospital luego de que los fanáticos de River Plate lanzaron proyectiles en el autobús de su equipo en su camino hacia el estadio de River Plate en Buenos Aires, informó la estación de televisión estatal argentina Télam.

Se desplegaron casi 2.000 oficiales de policía en el área del estadio, informó TN, afiliada de CNN. Veintinueve fanáticos de River Plate fueron arrestados, informó TN.

Alejandro Domínguez, presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, Conmebol, condenó la violencia e instó a las autoridades a encontrar a los responsables de los ataques.

"Lo que debió ser un encuentro deportivo para vivir, disfrutar y compartir lo mejor del fútbol sudamericano se convirtió en una vergüenza.", escribió en Twitter la noche del sábado.

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"CONMEBOL condena los actos violentos y criminales que pusieron vidas en riesgo, atentaron contra el sustento de deportistas profesionales, afectaron a millones de aficionados de bien y avergonzaron a su club, su fútbol, su país y su continente".

No se permiten hinchas visitantes

Horas antes del ataque, cientos de hinchas vestidos de azul y amarillo de Boca rodearon el hotel donde se alojaba su equipo, según los jugadores compartieron en las redes sociales. El partido del sábado estaba abierto solo para los partidarios del equipo local, River Plate, debido a las crecientes tensiones.

Cuando los equipos se dirigían al Estadio Monumental de River, los jugadores de Boca se encontraron con una masa móvil de color blanco y rojo cerca del estadio y algunos fanáticos de River Plate comenzaron a lanzar proyectiles y piedras en su autobús, rompiendo las ventanas del vehículo.

Los gases lacrimógenos que usó la policía para dispersar a las multitudes terminó en el autobús y afectó a algunos jugadores.

Cuando llegaron al estadio, los jugadores Carlos Tevez, Cristian Espinoza y Mauro Zárate tenían dificultad para respirar y el entrenador Guillermo Barros Schelotto estaba tosiendo, informó Telam.

El partido final del Superclásico se retrasó inicialmente al menos tres veces el sábado cuando decenas de miles de fanáticos esperaban dentro y fuera del estadio mientras los jugadores también expresaban sus preocupaciones.

"Nos están obligando a jugar el partido en estas condiciones", dijo Tevez, el capitán de Boca, a los reporteros durante la demora. "La verdad es que tenemos tres compañeros que no están bien".

Los dos equipos acordaron jugar el domingo por la noche (los fanáticos de Boca estaban enojados porque el presidente del club, Daniel Angelici, había firmado el acuerdo), pero la Conmebol anunció más tarde que el partido fue cancelado indefinidamente.

La cumbre de líderes del G20 está programada para comenzar en Buenos Aires el viernes, lo que requerirá una fuerte presencia de seguridad argentina.

El partido decidirá el campeón de clubes para Sudamérica (también incluye a los mejores equipos mexicanos). Los dos equipos empataron 2-2 en el primer partido de la serie final.

Boca Juniors ha ganado el torneo seis veces, el más reciente en 2007. River Plate ganó el título en 1986, 1996 y 2015. Los dos equipos se enfrentan en una final continental por primera vez en los casi 60 años de historia del torneo.

Historial de problemas de los hinchas

Boca y River son los clubes más grandes de Argentina y tienen una larga y distinguida rivalidad.

Desde el primer partido oficial en 1913, que River ganó 2-1, los dos clubes se han convertido en las fuerzas dominantes en Argentina. Diego Maradona jugó para Boca a principios de la década de 1980 antes de firmar para el club español Barcelona.

Lo que comenzó como una pequeña rivalidad local en el barrio de clase trabajadora de La Boca de Buenos Aires, gradualmente se convirtió en la más grande del país, con River ganando una reputación como el club para los ricos y Boca como el equipo de trabajadores.

Y esa rivalidad a menudo ha estado acompañada por problemas entre los fanáticos fuera del campo.

En 2015, Boca fue expulsado de la Copa Libertadores luego de que sus hinchas lanzaran gas pimienta a los jugadores de River durante la ronda de octavos.

El incidente ocurrió en el estadio La Bombonera de Boca cuando los jugadores emergieron para la segunda mitad de un partido. El marcador quedó 0-0 en la noche con River liderando 1-0 desde el partido de ida en su estadio Monumental una semana antes.

El partido se cancelópoco después, y cuatro jugadores de River fueron llevados a un hospital para recibir tratamiento.

Dos años antes, otro partido en La Bombonera fue detenido por 15 minutos luego de que la policía antidisturbios ingresara para lidiar con los combates en las gradas.

Desde 2013, no se han permitido aficionados a otros estadios en toda Argentina después de que un policía disparó y mató a un fanático de Lanús antes de un partido en Estudiantes.

La Copa Libertadores, la competición de clubes más prestigiosa de Sudamérica, también ha tenido problemas de seguridad en el pasado. En 2013, un fanático boliviano fue asesinado por una bengala disparada por simpatizantes del club brasileño Corinthians.