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Ciencia y Espacio

Cómo se explican las fascinantes ráfagas de radio del espacio exterior

Por Dr. Don Lincoln

Nota del editor: Don Lincoln es un científico sénior del Laboratorio del Acelerador Nacional Fermi. Es autor de "The Large Hadron Collider: The Extraordinary Story of the Higgs Boson and Other Stuff That Will Blow Your Mind" ("El Gran Colisionador de Hadrones: la historia extraordinaria del bosón de Higgs y otras cosas que harán volar tu imaginación") y produce una serie de videos educativos sobre ciencia. Sígalo en Facebook. Las opiniones expresadas en esta columna son personales. Vea más notas de opinión en CNN.

(CNN) -- Usted ha visto la película. Una astrónoma agotada sentada en una sala de controles repleta de dispositivos electrónicos complejos, a la vez que sostiene, medio dormida, un audífono en su oreja. Oye un crujido, luego otro y otro, hasta que escucha el sonido inconfundible de una transmisión de radio. Se sobresalta y despierta, revisa las frecuencias conocidas y descubre que allí no debería haber nada.

No obstante, está allí. Toma el teléfono rojo y llama al presidente, le dice que se ha recibido la primera transmisión de radio de inteligencia extraterrestre. Normalmente, la trama se desarrolla con invasiones y explosiones.

Hasta cierto punto, eso acaba de suceder.

Pero ese "hasta cierto punto" es importante, porque es extraño que la verdadera ciencia siga cuidadosamente el guion para poder verse en una película de dos horas. Permítanme contarles la verdadera historia.

LEE: Una segunda misteriosa onda de radio es detectada en el espacio

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Los astrónomos que trabajan en un radiotelescopio canadiense informaron que observaron ráfagas rápidas de radio o FRB, por sus siglas en inglés. Mucho más emocionante, revelaron que una ráfaga rápida de radio se reprodujo seis veces en el mismo lugar. Esto es raro y es por eso que aquellos que creen en la existencia de civilizaciones extraterrestres están tan emocionados.

Pero, a partir de este logro científico, sería precipitado decir que “ET” intenta ponerse en contacto con nosotros.

Esto es lo que sí sabemos.

Las FRB son ráfagas de energía de radio cortas y de potencia extremadamente alta que podemos detectar con nuestros telescopios en la Tierra. Normalmente duran unos cuantos milisegundos y, en general, son de banda ancha, es decir, que cubren una gama de frecuencias. La ráfaga es, por lo general, un pico individual de energía que es estable y constante durante su corta duración.

Asimismo, las ráfagas rápidas de radio son un fenómeno descubierto recientemente y que fue observado por primera vez en 2007. Se las puede observar en cualquier parte del cielo y no están concentradas en la Vía Láctea. Combinadas con algunas observaciones técnicas sobre la hora precisa de llegada de las diferentes frecuencias, esta uniformidad apunta en gran medida a un origen extragaláctico. Cualquier cosa que provoque las ráfagas rápidas de radio es poco probable que éstas sean emitidas desde el interior de nuestra galaxia.

El anuncio más reciente fue hecho por el radiotelescopio del Experimento Canadiense de Cartografía de la Intensidad del Hidrógeno o CHIME, por sus siglas en inglés, que está ubicado en las colinas de la provincia Columbia Británica, en Canadá

Antes del anuncio, se había observado de 50 a 60 FRB y solamente una se había reproducido. CHIME agregó 13 ráfagas rápidas de radio adicionales y una segunda reproductora.

Es posible que la baja cantidad de FRB observadas se deba a las limitaciones de los instrumentos. Las ráfagas anteriores fueron observadas a frecuencias ligeramente más altas, mientras que el telescopio CHIME pudo ver las frecuencias en el rango de los 400 MHz. El siguiente nivel inferior fue de los 700 MHz.

Cabe mencionar que el observatorio CHIME está en la fase de puesta en marcha y no está operando a su plena sensibilidad. Cuando la planta trabaje, conforme a las expectativas, es posible que pueda observar muchas decenas de FRB por día.

Pese a algunos informes emocionantes en los medios de que usted se encontraría con uno, los astrónomos no creen que las ráfagas rápidas de radio sean intentos de los extraterrestres de contactarnos. Primero, parecen estar propagadas por todo el cielo. En algunos casos, las fuentes individuales están a miles de millones de años luz unas de las otras.

Segundo, es mucho más posible que las FRB tengan un origen natural. Debido a su corta duración (unos cuantos milisegundos) sería posible que la fuente no sea más extensa que unos cientos de kilómetros. Si las fuentes tuvieran un origen extragaláctico y estuvieran a cientos de millones de años luz, deberían tener una energía asombrosa, quizás liberando, en unos pocos milisegundos, la misma cantidad de energía que nuestro Sol libera en 10 a 100 años.

Entonces, ¿qué son? Francamente, no lo sabemos. Algunos astrónomos plantearon que se deben a la fusión de estrellas de neutrones. Otros indicaron que son resultado de destellos emitidos por magnetares, que son estrellas de neutrones altamente magnéticas. Esta idea se asemeja a las llamaradas solares, pero con mucha más energía.

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Otros plantearon que quizás las ráfagas rápidas de radio se deban a un agujero negro en proceso de convertirse en un agujero blanco y que esté explotando. Otras explicaciones raras dan cuenta de una colisión cósmica entre restos del Big Bang.

A estas alturas, la comunidad científica no tiene una respuesta contundente, pero la lectura más reciente agrega información crucial al debate. Casi todas las explicaciones presentadas sobre las FRB son cosas que ocurren una sola vez, como la fusión de dos estrellas.

La existencia de dos fuentes de las FRB que parecen ser reproductoras insinúan un origen distinto. Algo que ocurre una y otra vez se parece más a la hipótesis del magnetar. Pero se requerirán más datos y más razonamiento para determinar la fuente.

Debido a que CHIME recién comienza, nuestro conocimiento de las ráfagas rápidas de radio está en su etapa preliminar. Ese es siempre el caso cuando las nuevas instalaciones científicas comienzan sus operaciones. Los datos y el conocimiento comienzan a fluir como un chorrito y después el flujo aumenta hasta que los científicos quedan abrumados de información. Es posible que en unos años tengamos un nuevo conocimiento sobre un fenómeno astronómico interesante.

Y para aquellos a quienes realmente les gusta la idea de que las ráfagas rápidas de radio tengan un origen extraterrestre, vale la pena recordar el cuento admonitorio de Jocelyn Bell Burnell, quien descubrió una fuente distinta de las ondas de radio extraterrestres en 1967. Burnell también oyó una fuente de radio en su equipo, y la gente no sabía cómo interpretarla. Debido a la incertidumbre y, por algún tiempo, a sus fuentes de radio se las llamó LGM, que en inglés significa "hombrecitos verdes". Pero, a su debido tiempo, ella había descubierto los pulsares, que son estrellas de neutrones que rotan rápidamente.

La especulación es divertida, pero la verdadera ciencia es mucho más esclarecedora. Démosle un poco más de tiempo a los astrónomos para que descubran cómo funciona nuestro Universo.