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Donald Trump

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Todo el mundo de Trump está en la mira de las investigaciones demócratas

Por análisis de Stephen Collinson

(CNN) -- Casi todos en el mundo de Donald Trump ahora son testigos potenciales.

Los demócratas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos están estableciendo una vasta red a medida que ahondan su investigación en profundos aspectos de la vida personal, empresarial y política del presidente, con una impresionante solicitud de documentos de una lista de 81 personas, agencias y entidades.

Fueron tras la Organización Trump, los empleados de Trump, la campaña presidencial de Trump, el equipo de transición de Trump, el Comité de Toma de Posesión de Trump, la Casa Blanca de Trump y miembros del clan Trump.

La intención de la amplia ofensiva diseñada para acorralar al presidente, lanzada por el representante Jerry Nadler, el demócrata de Nueva Yorkm quien preside la Comisión Judicial de la Cámara, es clara. Los demócratas están considerando el caso de que Trump no está en condiciones de continuar en su trabajo.

"Nuestro objetivo es hacer que la administración se haga responsable por obstrucción de justicia, abuso de poder y corrupción", dijo Nadler en el programa de CNN "Erin Burnett OutFront" el lunes.

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"Nuestro objetivo es proteger el Estado de derecho en este país. Tenemos que averiguar qué está pasando y presentar un caso al pueblo estadounidense, y tenemos que revelarlo".

Aunque los demócratas están convencidos de que pueden presentar un caso que desacredite a Trump, una muestra de lo sensible políticamente que es su búsqueda es que no están dispuestos a hablar sobre las opciones que tienen.

Si el remedio final para ese caso es el juicio político o la elección de 2020, en la que se les pedirá a los votantes que rechacen lo que los demócratas ya califican como una presidencia históricamente corrupta, es una decisión para el futuro.

"Esta no es una audiencia previa al juicio político", dijo Nadler. "Si vamos a hacer algo, tenemos que tener una prueba".

Avanzar con cuidado

Para los demócratas, en este momento es política básica no calificar sus investigaciones de impulso rumbo a la destitución. Hacerlo sería un regalo al Partido Republicano, que afirma que el arreglo ya está en marcha: algo que los republicanos ya están diciendo, además de argumentar que los demócratas están tratando de revertir una elección presidencial y que las investigaciones constantes son un caso clásico de extralimitación del Congreso.

"Ahora están hurgando en cada parte de su vida. En Estados Unidos, investigamos delitos. No investigamos a las personas", dijo Rob Astorino, un destacado partidario de Trump, el lunes por la noche en CNN.

Para desactivar tales afirmaciones, la postura demócrata es que la mayoría simplemente cumple con el deber de controlar a un presidente que rompe las normas.

"Hacer algo menos sería un incumplimiento de nuestras obligaciones para ejercer nuestra supervisión", dijo el lunes la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Tal vez los demócratas no presenten delitos por parte de Trump que cumplan con el umbral de impugnación constitucional de "delitos graves y delitos menores".

O los líderes demócratas, sintiendo que el Partido Republicano nunca abandonará a su presidente, podrían llegar a la conclusión de que un frustrado esfuerzo por destituir a Trump en un juicio en el Senado podría dañar sus perspectivas políticas más que las de él en 2020.

Pero la sombra de un proceso de juicio político potencial nunca pasará, dado el uso de Nadler de términos como "abuso de poder" y "obstrucción", delitos por los cuales presidentes se han enfrentado a investigaciones de juicio político dos veces en los últimos 50 años.

Y Nadler, como presidente de la Comisión de Justicia, presidiría cualquier eventual proceso de juicio político, que probablemente se basaría en evidencia que sus investigadores ahora están buscando desenterrar.

Un vistazo al mundo post-Mueller

En el corto plazo, el movimiento del lunes fue otra señal de que incluso cuando el fiscal especial Robert Mueller presente su informe, e incluso si otros procesos civiles y penales en la vida y el comportamiento pasado y presente de Trump no llegan a nada, sus problemas no habrán terminado.

Los delitos potenciales que los demócratas están examinando son impresionantes en su amplitud. Incluyen presunta corrupción, obstrucción de la justicia, pagos para silenciar a mujeres, la supuesta colusión con Rusia y acusaciones de que Trump infringió la Constitución al utilizar su presidencia para obtener ganancias financieras personales.

Las personas que recibieron cartas en las que se les solicitan documentos incluyen a los hijos mayores de Trump, Eric y Donald Jr.; su yerno, Jared Kushner; su presidente de transición, Tom Barrack; miembros clave de su equipo de campaña como Steve Bannon, y funcionarios como el ex secretario general de la Casa Blanca, Reince Priebus.

Al ex secretario de Prensa de Trump, Sean Spicer, y a la confidente de comunicaciones Hope Hicks les solicitan notas privadas. La comisión también envió una carta a la antigua ama de llaves de Trump en la Torre Trump, Rhona Graff.

Una figura notable que no figura en la lista del lunes fue la hija de Trump y asesora de la Casa Blanca, Ivanka. Nadler no explicó por qué, aunque le dijo a Burnett que era "bastante probable" que ella pueda estar en una lista futura.

El presidente predijo la expansión del frente demócrata el fin de semana pasado durante su duro discurso en la Conferencia de Acción Política Conservadora, en la que ofreció una idea de cómo intentará escaparse de la red.

"No tienen nada con Rusia. No hay colusión. Así que ahora van y lo transformarán en 'Inspeccionemos cada contrato que haya hecho. Vamos a hurgar en sus finanzas. Vamos a revisar sus acuerdos'. Estas personas están enfermas", dijo Trump.

El lunes, adoptó un enfoque más moderado cuando se le preguntó cómo respondería a Nadler, y le dijo a los periodistas: "Coopero todo el tiempo con todos".

El enfoque de la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes es uno de un conjunto superpuesto de investigaciones del Congreso que ahora se están desarrollando, que también se centra en las comisiones de Asuntos Exteriores, Supervisión e Inteligencia de la Cámara.

Esos tres paneles, por ejemplo, pidieron el lunes al Departamento de Estado información sobre las reuniones privadas y las llamadas telefónicas de Trump en su misteriosa relación con el presidente de Rusia, Vladimir Putin.

También quieren que los intérpretes que participaron en las conversaciones privadas de ambos presidentes estén disponibles para entrevistas, lo que garantiza un enfrentamiento con la administración.

Los demócratas corren sus propios riesgos

La ofensiva lanzada el lunes trae sus propios riesgos y consecuencias, dado el aumento significativo de los riesgos. Y no hay garantía de que los líderes demócratas puedan contener un proceso constitucional tan grave y sus impredecibles repercusiones políticas.

Si los demócratas pasan meses haciendo de la vida de Trump una miseria y no encuentra nada que sea imputable, se arriesgan a darle al presidente una gran victoria política que él podría presumir en su intento de reelección.

Pero si encuentran evidencia de que Trump ha cometido "delitos graves y delitos menores" al atacar los principios fundamentales de la democracia estadounidense, enfrentarán una elección política opuesta y fatídica.

Si no logran imponer una sanción definitiva contra Trump debido a la timidez política, tendrán que explicar el porqué a los votantes de base que lo rechazan.

Nadler dijo que su deber con el Estado de derecho, la Constitución y los derechos civiles lo ayudarían a decidir qué hacer.

"Si al amparo de eso no hay juicio político, no apoyaré un juicio político", dijo. "Si al amparo de eso se debe tomar un curso diferente, tomaré ese camino".

También hay barreras prácticas que enfrentarán las investigaciones demócratas.

Una investigación que recoge documentos de más de 80 testigos y lleva a entrevistas y nuevas pistas, eventualmente podría terminar con millones de páginas de evidencia y demorar muchos meses.

Esa es una de las razones por las que algunos observadores sospechan que los demócratas están buscando un proceso que dañe gravemente a Trump, que ejerza presión sobre la Casa Blanca y caiga en medio de la campaña de 2020, pero que no incluya el arriesgado paso de las audiencias de juicio político.

Nadler dijo que su lista estaba compuesta por personas y organizaciones a las que Mueller y otras jurisdicciones ya habían solicitado cooperación en un esfuerzo por evitar los contenciosos juicios judiciales.

Sin embargo, la Casa Blanca y otras agencias seguramente darán un tránsito lento a las solicitudes y reclamarán el privilegio presidencial, lo que llevará a citaciones demócratas que podrían retrasar aún más el proceso al iniciar largas batallas en los tribunales.

Y los republicanos que recuerdan la batalla sobre el juicio político de Bill Clinton, hace 20 años, seguramente dirán que se trata de una revancha contra el presidente, en un esfuerzo por apuntalar su apoyo político.

Ya hay acusaciones del Partido Republicano de que los demócratas están lanzados en una investigación sin fin en busca de un crimen en la creencia de que Mueller no encontrará delitos válidos para el juicio político en su informe final, que se espera pronto.

"Ni siquiera sabemos lo que dice el informe de Mueller, pero los demócratas ya están cubriendo sus apuestas", dijo en un comunicado el representante Doug Collins, de Georgia, el principal republicano en la Comisión de Justicia.

"Después de prejuzgar de forma imprudente al presidente por obstrucción, el presidente Nadler está buscando pruebas para respaldar su conclusión porque, como él admite, 'todavía no tenemos los hechos'".

La posición inquebrantable de Trump entre los votantes republicanos, lo que podría mitigar las deserciones a gran escala en su partido en caso de un juicio político en el Senado, es legendaria.

Pero la potencia de la defensa del Partido Republicano aún no se ha probado. Casi todos los días surge otro escándalo o controversia en la Casa Blanca de Trump, lo que significa que cualquier prueba de irregularidades hallada por los demócratas podría ser especialmente poderosa.