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Política

La mitad de las mujeres se han ido del gabinete de Trump

Por Zachary B. Wolf, análisis

(CNN) -- El presidente de Estados Unidos ha tenido tres asesores de seguridad nacional, tres secretarios generales de la Casa Blanca y tres secretarios de Justicia y ni siquiera ha estado en el cargo durante tres años. Otro resultado de la caída caótica del gabinete del presidente Donald Trump es que tiene menos mujeres: ahora solo tiene tres.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, se vio obligada a retirarse el fin de semana porque su jefe quería una política de inmigración más estricta. Las repercusiones de su partida ya han llevado a lo que una fuente le describió a Kaitlan Collins de CNN como una "purga casi sistemática" en la agencia que supervisa la inmigración y las fronteras del país, entre muchas otras cosas.

Después del anuncio, hace menos de dos semanas, de que la jefa de la Administración de Pequeñas Empresas, Linda McMahon, abandonaría su puesto para unirse al grupo político externo de Trump. McMahon, quien hizo una fortuna como ejecutiva a cargo de la WWE, permanecerá en su órbita mientras intenta recaudar dinero para el súper Comité de Apoyo Político (PAC por sus siglas en inglés) que intentará ayudarlo a ganar la reelección.

El actual comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza, Kevin McAleenan, asumirá temporalmente los deberes como secretario de Seguridad Nacional. No está claro quién se hará cargo del puesto que tenía McMahon.

Estas salidas fueron precedidas por la de la embajadora de la ONU, Nikki Haley, cuya posición se ha quedado sin cubrir desde su partida hace meses.

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Fuente: CNN.

Dependiendo de quién reemplace permanentemente a Nielsen y McMahon, Trump tendrá a solo tres mujeres sentadas en la mesa en las reuniones del gabinete. La posición de Haley en la ONU, que ha sido ocupada por una sucesión de mujeres, fue degradada, dejando 23 puestos a nivel de gabinete.

Contando los roles vacantes, eso deja a las mujeres como solo el 13% de los funcionarios del gabinete de Trump, un porcentaje más bajo que el de Barack Obama o George W. Bush y el más bajo en décadas, según el Centro para Mujeres y Política de los Estados Unidos en Rutgers.

No está claro que las mujeres restantes en el gabinete de Trump estén en peligro, aunque la secretaria de Educación, Betsy DeVos, ha estado bajo escrutinio recientemente por la breve propuesta de su departamento de recortar fondos para las Olimpiadas Especiales, lo que la puso brevemente en contra de Trump. La secretaria de Transporte, Elaine Chao —esposa del líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell— y la directora de la CIA, Gina Haspel, a quien reemplazó por su actual secretario de estado, Mike Pompeo, son las otras dos.

Rotación en las posiciones más altas

Pero el número cada vez menor de mujeres en el gabinete de Trump es solo un síntoma del notable cambio entre sus principales funcionarios, algo que se ha visto a lo largo de su presidencia. Ha tenido cinco directores de comunicaciones, por ejemplo, que no es un cargo a nivel de gabinete, pero ha sido un papel central para las administraciones anteriores. Esa posición está actualmente vacante, esencialmente ocupada por Trump y su cuenta de Twitter.

Actualmente, tampoco hay un secretario general de la Casa Blanca permanente, supuestamente la mano derecha del presidente, y una posición que no requiere la aprobación del Senado, aunque tiene rango de gabinete.

Reince Priebus fue el primero, el insular republicano que duró poco más de seis meses en el papel. John Kelly duró más, un año y medio, desde julio de 2017 hasta finales de 2018. En lugar de darle a su sucesor el título absoluto, Trump le dio a Mick Mulvaney —quien aún es técnicamente el director de la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB)— una especie de ascenso a jefe de gabinete en funciones. Un subalterno de Mulvaney ahora está actuando como director de OMB.

Líderes interinos

Y ese es otro tema clave de la presidencia de Trump. Él dispara o expulsa a un secretario del gabinete que lo frustra y luego esperará meses para nominar a un sucesor permanente, incluso en roles cruciales.

Eso es lo que sucedió con Jeff Sessions, el fiscal más importante del país. Trump sacó a Sessions del rol después de más de un año de desahogar su frustración de que Sessions se hubiera retirado de la investigación sobre la interferencia electoral en Rusia. El presidente esperó un mes para nominar a William Barr en el lugar de Sessions.

En el Pentágono, Patrick Shanahan ha sido secretario de Defensa durante casi cuatro meses y aún no está claro si Trump lo nombrará como un reemplazo permanente.

Rotación en la seguridad nacional y posiciones de diplomacia

Shanahan no es el único funcionario clave de seguridad nacional en quedar en el limbo.

Trump sacó a su primer secretario de Estado, Rex Tillerson, con quien habitualmente estaba en desacuerdo, y ascendió a su entonces director de la CIA, Mike Pompeo. Su primer secretario de defensa, James Mattis, escribió una carta en la que describía su oposición a los planes de Trump de retirar tropas de Siria y Afganistán. El pilar del equipo de seguridad nacional de Trump es Dan Coats, el director de inteligencia nacional, aunque públicamente no está de acuerdo con Trump.

El que trabaja más cerca al presidente a diario es su asesor de Seguridad Nacional, que tampoco es un rol del gabinete, pero es clave para la política de seguridad nacional. Trump ha tenido tres. Michael Flynn, que fue despedido después de haber mentido al vicepresidente Mike Pence. HR McMaster, que se fue después de desacuerdos políticos con el presidente. Ahora en el papel está John Bolton, un halcón de la política exterior que no está de acuerdo con Trump sobre Siria.

La misma Nielsen había estado en la cuerda floja con Trump durante meses a pesar de que había defendido sus posiciones controvertidas, como separar a los hijos de inmigrantes indocumentados de sus padres en la frontera. Ella había sido llevada al cargo por su antecesor, John Kelly, un exinfante de Marina que dejó su puesto como secretario de Seguridad Nacional para convertirse en el segundo secretario general de Trump, antes de ser reemplazado por Mulvaney.

Trump ya ha tenido más rotación en su gabinete en poco más de dos años que los presidentes recientes en cuatro años, según una investigación de Brookings. Esa agitación se extiende a los principales empleados del gobierno que están fuera del gabinete. En el sitio web que describe a los principales líderes del Departamento de Seguridad Nacional, por ejemplo, que es la agencia sombrilla a cargo de todo, desde la política de fronteras y la aplicación de la ley de inmigración hasta la Agencia Federal de Manejo de Emergencias y el Servicio Secreto, hay 14 "interinos" o "puestos vacantes". Y eso no incluye a Nielsen o al director del Servicio Secreto, Randolph Alles, que van de salida.

Trump ha dicho que preferiría mantener algunas de estas posiciones abiertas porque, como dijo en enero, le da más "flexibilidad". Pero aún no ha elegido a una sola mujer para el papel de secretaria general interina.