(CNN) – Justo después de un terremoto de magnitud 6,4 que sacudió el sur de California el 4 de julio, la cineasta Ava DuVernay, angelina de toda la vida, tuiteó que era el terremoto más largo que jamás había sentido.
“Fue muy largo”, escribió ella, “Pensé por primera vez ¿este es el Grande?” Pero ni siquiera fue el temblor más grande que los californianos verían esa semana, con un terremoto de 7,1 más poderoso que se produjo apenas un día después.
En última instancia, tampoco lo fue el legendario Big One —como le le llaman al Gran Terremoto—, un terremoto catastrófico que podría ocurrir a lo largo de la falla de San Andrés y que los geólogos han advertido que es probable que “esté atrasado”.
FOTOS | Momentos de temor en California por poderoso segundo sismo
Esta semana fue solo un recordatorio. Jason Corona, cuya familia es dueña de un restaurante en Ridgecrest, cerca de los epicentros de los terremotos, dijo sentirse incómodo porque las réplicas lo mantuvieron despierto la noche del viernes.
“Es adrenalina constante”, dijo, “porque no sabemos si el próximo será el grande”.
La semana pasada, él y otros residentes se despertaron con los titulares: “El terremoto del 4 de julio no retrasará al Big One”, leyó uno el viernes en Los Angeles Times; el New York Times informó que el terremoto del jueves fue “un recordatorio de que el Big One está al acecho”.
A principios de este año, KPCC, una estación de radio pública en el sur de California, lanzó un nuevo podcast titulado “The Big One: Your Survival Guide”, dirigido a entrenar a los californianos para que se preparen para un terremoto potencialmente devastador.
A medida que el último gran terremoto se desvanece en el espejo retrovisor, la gente inevitablemente se olvida de la amenaza que se avecina, dijo Albert Adi, propietario de una pequeña empresa que ha vivido en el sur de California desde 1980. “Y luego llega uno grande y se lo recuerda”.
“Todos se preguntan: ‘¿Esto se está acercando al Big One?’”, Agregó. “Dios sabe que no es un sentimiento fácil”.
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El Grande se acerca
Según los geólogos, un gran terremoto a lo largo de la falla de San Andrés es probable que esté “atrasado”.
En el sur de la falla de San Andrés generalmente se han visto grandes terremotos cada 150 años, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). Y desde el último gran terremoto ocurrido en 1857, el segmento sur de la falla “se considera un lugar probable para un terremoto” en los próximos años.
Un fuerte terremoto de magnitud 7,9 en San Francisco en 1906 significa que hay una probabilidad ligeramente menor de que ocurra un gran terremoto en la parte norte del estado, dijo el sitio web de USGS.
Muchos residentes, como Steve Rios de Riverside, California, están muy conscientes de la amenaza.
“Honestamente, diría que es algo que los californianos siempre reconocen porque la falla de San Andrés está aquí”, dijo.
“Estamos parados en dos (lados) diferentes de la falla”, señaló. “Es una especie de sentimiento de miedo”.
Los sismos de esta semana probablemente no aumentarán la probabilidad de un gran terremoto en la falla de San Andrés, dijeron los sismólogos. Ocurrieron cerca de Ridgecrest, al norte de la falla.
Pero tampoco lo hacen menos probable, dijo a los reporteros la doctora Lucy Jones, una sismóloga del Instituto de Tecnología de California.
Hay cerca de un 2% de probabilidad de que ocurra el Big One cada año, dijo Jones en Twitter esta semana, o alrededor de 1 en 20.000 veces todos los días. Si bien las posibilidades pueden no ser altas, los residentes no deben ser sorprendidos.
“Uno siempre debe estar preparándose para el Big One”, dijo.
Según el USGS, tal evento probablemente estaría precedido por un período de mayor actividad sísmica durante varios años. Durante las últimas dos décadas, Jones dijo el jueves que el sur de California ha experimentado “un momento extremadamente tranquilo” en lo que respecta a la actividad sísmica.
Pero en el futuro, “esto es en lo que más deberíamos estar pensando”, dijo.
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‘No creo que nadie esté preparado’
Rachel Higgins, una estudiante en Diamond Bar, California, dijo que, como todos los californianos, ha oído hablar del llamado Big One. Es “parte de la leyenda de California”, dijo, pero admitió que no se ha preparado para eso. Eso probablemente cambiará en el futuro.
“Va a estar mucho más urgente en mi mente”, dijo.
Rios dijo que cuando era niño, él y sus compañeros aprendieron a “agacharse y cubrirse” y estar preparados.
Dicho esto, él no cree que muchos californianos estén listos. Él tiene un suministro de agua y comida a la mano, tal vez un poco de gasolina extra de reserva, dijo, “pero no creo que nadie esté preparado para algo tan catastrófico”.
Beth McCoy, quien vive en Glendora, California, no está muy ansiosa.
“No estoy muy preocupada”, dijo a CNN. “Soy ingeniera estructural, por lo que soy consciente de los riesgos”.
“A mi esposo le pareció divertido cuando compramos nuestras casas que estuviera gateando debajo de la casa, revisando los cimientos”, dijo.
Ella piensa que están “bastante preparados”. Atornillaron su librero a la pared tan pronto como se mudaron para evitar que se cayera. En cuanto a la comida, ella cree que su jardín podría durar indefinidamente.
Corona dijo que los terremotos de esta semana le han hecho reconsiderar si realmente está listo.
“Sé que personalmente he cambiado al vagón ‘estar preparado’”, dijo a CNN. “Creo que todo el mundo ha sido bastante indiferente al respecto, pero ahora siento que la gente se va a involucrar mucho más. Sé que mi familia lo hace”.
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‘Tienes que seguir viviendo’
Adi, quien también estudió ingeniería, dijo que a lo largo de los años ha visto muchas mejoras en lo que respecta a las regulaciones de construcción destinadas a reducir el alcance de la posible devastación.
En octubre de 2015, Los Ángeles aprobó amplias normas sísmicas, que requieren la remodelación de miles de edificios para resistir sismos violentos. San Francisco promulgó una ley similar en 2013.
Mientras tanto, el estado ha estado trabajando en un sistema de alerta temprana en todo su territorio, llamado Red Integrada de Sísmica de California. El sistema no solo advertiría al público, sino que también interactuaría con la infraestructura crítica para apagar automáticamente algunas partes de la infraestructura del estado, como los sistemas de trenes.
El gobernador Gavin Newsom dijo el sábado que el sistema está completado en un 70%, pero aún requiere una mayor expansión.
Pero el gobernador también hizo hincapié en la responsabilidad de cada individuo para prepararse.
Adi, un padre de cuatro hijos, ha adoptado un enfoque más práctico.
Él advirtió a sus hijos del peligro y les hizo conocer las mejores prácticas, dijo. Saben que no deben entrar en pánico, mantener los ojos abiertos ante las líneas eléctricas caídas y ponerse en contacto con sus padres. Y tener suficiente agua embotellada y alimentos secos almacenados en su garaje para que duren varias semanas, dijo.
Todo sus conocidos toman la amenaza en serio, dijo, pero los residentes no pueden vivir en un estado perpetuo de miedo. “Sabemos lo peligroso que es… pero hay que seguir viviendo”.
En última instancia, dijo, es solo una de las concesiones de vivir en un lugar con un clima hermoso y buenas oportunidades de trabajo.
“Es el riesgo que tienes que aceptar al vivir aquí en el sur de California”, dijo.
“Con suerte”, agregó, “todo saldrá bien”.
Sarah Jorgensen, Alexandra Fields y Chris Audick de CNN contribuyeron a este reportaje.