(CNN) – Cuando Evo Morales llegó por primera vez al poder hace casi 14 años, como primer presidente indígena de Bolivia prometió un gobierno enfocado en las necesidades de los pobres.
Después de su primera campaña exitosa, se declaró una “pesadilla” para el Gobierno de Estados Unidos
“Detengamos la guerra falsa y tengamos una guerra efectiva contra las drogas”, dijo.
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Evo Morales nació el 26 de octubre de 1959 y creció en una comunidad agrícola rural.
Conquistó a los votantes prometiendo regresar lo que les habían quitado a los pobres y discriminados.
Morales apoyaba abiertamente los cultivos de coca y luchó contra los esfuerzos bolivianos y estadounidenses para erradicar el cultivo porque creía que era una parte de su cultura indígena.
“Esta hoja de coca representa los cultivos andinos. Representa el medio ambiente y la esperanza de la gente. No es posible que la hoja de coca sea legal para la coca cola y sea ilegal para otros consumos en nuestro país y en todo el mundo”, afirmó.
En 2008, audazmente expulsó a la Administración para el Control de Drogas de EE.UU. de Bolivia.
Y en 2013 hizo lo mismo con a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, acusándola de injerencia y de conspirar contra su Gobierno, acusaciones que EE.UU. desestimó y calificó de infundadas.
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En 2011, dijo en una convención de trabajadores agrícolas que temía que las autoridades de EE.UU. estaban tratando de poner algo en su avión presidencial para vincularlo al tráfico de drogas.
En 2013, el Tribunal Constitucional determinó que Evo Morales podría presentarse por tercera vez a una campaña presidencial, algo sin precedentes. La decisión fue declarada como abusiva por la oposición.
Morales declaró ante una multitud de simpatizantes en La Paz en 2014 que prometía hacer de su país la capital energética de América del Sur.
“Este triunfo democrático del pueblo boliviano está dedicado a todos los pueblos de América Latina y del mundo que luchan contra el capitalismo y contra el imperialismo”.
Morales fue un líder instigador que, como otros latinoamericanos de su tiempo, se aferró al socialismo como respuesta a la desigualdad.
Pero no estuvo exento de la polémica.
Apoyó al dictador cubano Fidel Castro y al presidente Hugo Chávez (ambos ya fallecidos) y también dijo que estaría dispuesto a otorgarle asilo a Edward Snowden, el excontratista de la NSA acusado de revelar documentos clasificados.
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En 2015, Morales fue forzado a reconocer una relación secreta con una mujer que fue detenida por supuesta malversación de fondos.
A pesar de estar al frente de Bolivia durante una era de crecimiento económico, la economía del país comenzó a decaer al mismo tiempo que aumentaban los escándalos en torno a su figura.
En 2016, Morales perdió un referendo constitucional con el que pretendía postularse como candidato para un cuarto período en la presidencia.
Reacio a renunciar al poder, Morales encontró una forma de volver a ser candidato después de que un fallo judicial le permitió aspirar de nuevo a la presidencia.
El 20 de octubre de este año, Morales al parecer había ganado un cuarto periodo como presidente, pero fue una elección señalada por la oposición por un supuesto fraude, algo que Morales negó.
Después de que la publicación de resultados se suspendió por 24 horas, el conteo mostró una significativa tendencia a su favor.
Los manifestantes llenaron las calles del capital administrativa de Bolivia. Las muchedumbres indignadas calificaban a Morales de “dictador”.
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El país caía en la agitación a medida de que los llamados a que Morales dejara el poder se hacían más contundentes. Las Fuerzas Militares dijeron que no se enfrentarían a los manifestantes, y algunos policías se sumaron a la revuelta.
El domingo, el comandante-en-jefe de las fuerzas armadas y el comandante de la policía nacional le pidieron a Morales que renunciara.
Le quedaban pocas alternativas y Morales decidió ceder.
Después de cerca de 14 años como presidente, Morales deja atrás a una Bolivia que cambió mucho bajo su mando. Y también deja un vacío en el poder.