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Enfermedades

Niños que nacen de embriones congelados tienen mayor riesgo de cáncer infantil, revela estudio

Por Jen Christensen

(CNN) – Los niños nacidos a través de la transferencia de embriones congelados tienen un riesgo mayor de padecer cáncer infantil, aunque el peligro sería bajo, de acuerdo al hallazgo de una nueva investigación.

El estudio, publicado en la revista médica JAMA este martes, analizó a bebés nacidos en Dinamarca, país que tiene una de las tasas más altas de tecnología de reproducción asistida. En 2018, casi el 10% de todos los niños nacieron a través de algún tipo de tratamiento de fertilidad.

Los científicos ya conocían que los niños concebidos con la ayuda de tratamientos de fertilidad enfrentan mayores riesgos para su salud. Estudios anteriores demostraron que estos bebés tienen una mayor probabilidad de nacer prematuramente, presentar un bajo peso tras el parto y tener algunos defectos congénitos. Sin embargo, aún se desconoce parte de las consecuencias a largo plazo para la salud que tienen los procedimientos de fertilidad, destacaron los autores.

Esta investigación analizó los datos del Registro Médico de Nacimientos de Dinamarca, el Registro de Cáncer y el Cohorte de Infertilidad, que incluyeron a 1.085.172 niños nacidos en el país entre enero de 1996 y el 31 de diciembre de 2012. De ese total de menores, 2.217 fueron diagnosticados con cáncer.

Cuando los científicos compararon el número de niños nacidos de padres fértiles frente los nacidos con algún tipo de asistencia, notaron un riesgo elevado de cánceres infantiles en los casos en que se usaron embriones congelados.

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Específicamente, la tasa de cáncer infantil fue de 17,5 por cada 100.000 niños nacidos de mujeres fértiles y 44,4 por cada100.000 para niños usando embriones congelados.

No hubo vínculos estadísticamente significativos entre el cáncer y los otros tipos de tratamientos de fertilidad que los científicos en este estudio hayan identificado. El riesgo de cáncer no fue mayor para los niños con padres que utilizaron medicamentos para la fertilidad, fertilización in vitro o inyección intracitoplasmática de esperma, entre otros métodos.

“Creo que esto es interesante y potencialmente preocupante, pero hay que mirar este estudio en perspectiva”, indicó el doctor Jeffrey Goldberg, ginecoobstetra y endocrinólogo reproductivo de la Clínica Cleveland quien no participó en el estudio. “Afortunadamente, los cánceres infantiles son bastante inusuales”, añadió.

Y sostuvo que “es algo que merece una evaluación adicional, pero hay un par de explicaciones”. Goldberg dijo que es importante tener en cuenta que el estudio comenzó en 1996 y desde entonces ha habido muchos cambios en la tecnología y en los protocolos de laboratorio y de estimulación, lo que podría tener un impacto si el estudio se realiza nuevamente con datos más recientes.

Las mujeres que se someten a este procedimiento usando embriones congelados también pueden tener un riesgo más alto si ellas son mayores y sus parejas tienen una edad similar, pues aumenta la posibilidad de cáncer. Si la madre es obesa, el peso también podría presentar un mayor riesgo de que un niño desarrolle cáncer, dijo Goldberg.

“En cierto modo, (la investigación) plantea más preguntas de las que responde”, consideró Goldberg. “Creo que fue razonable hacer la pregunta en primer lugar en este estudio”.

La mayoría de los estudios anteriores no encontró una asociación entre el cáncer y los embriones congelados. Aunque una investigación previa sí observó un vínculo, todo los análisis se basaron en poblaciones de pacientes mucho más pequeñas.

Este estudio tuvo una gran cantidad de pacientes, pero no está claro si los resultados cambiarían si los científicos observaran a pacientes de otros países con diferentes características raciales y étnicas.

La investigación también se centra en datos retrospectivos, por lo que los investigadores no pudieron preguntar por qué podría haber un riesgo elevado de cáncer con este procedimiento.

Ahora, Goldberg señala que los padres no deberían preocuparse.

“Un aumento de 2,4 veces es clínicamente significativo, pero estos son números muy pequeños, y esto se basa en datos más antiguos que se remontan a 1996 y algunas de las cosas de ese momento pueden no ser aplicables ahora”, indicó Goldberg. “No quisiera que esto activara las alarmas”.