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Judicial

Un supuesto abusador sexual de niños murió antes de su juicio. Ahora sus denunciantes reciben amenazas

Por Alice McCool

Nota del editor: CNN se ha comprometido a cubrir la desigualdad de género en cualquier lugar del mundo. Esta historia hace parte de As Equals, una serie de un año.

(CNN) -- Cuando escuchó la noticia sobre la muerte de su abusador, Hope recuerda sentir que su corazón dejó de latir por unos segundos. “No sabía cómo reaccionar. Estaba quebrada, me dieron escalofríos. No sabía si creerlo o no, si llorar o no”, le escribió a CNN.

Hope es una de las niñas y mujeres jóvenes que durante el último año han viajando hasta los tribunales de Uganda para testificar contra el ciudadano alemán Bernhard “Bery” Glaser, quien supuestamente abusó sexualmente de niñas vulnerables como ella, que vivían bajo su cuidado.

Bernhard "Bery" Glaser.

“Le reconozco las buenas acciones que hizo, pero nadie es perfecto, también hay un lado oscuro de él y eso es lo que la gente no ha podido entender”, sostuvo Hope, cuyo nombre ha sido cambiado para proteger su identidad.

Glaser murió a principios de mayo en el Hospital Murchison Bay, la instalación que atiende a los reclusos de la prisión de Luzira en Kampala, Uganda. El día antes de su muerte, a Glaser se le había otorgado la libertad bajo fianza, incluyendo una licencia internacional para recibir tratamiento médico por cáncer de piel en etapa cuatro.

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Había estado detenido desde febrero pasado, cuando se entregó y fue acusado de 19 cargos de trata de personas. Luego ocurrió la acusación y el arresto formales en abril, con 19 cargos de trata de personas, siete cargos de corrupción agravada, un cargo de agresión indecente y un cargo de operar un hogar infantil no autorizado, conocido como “Bery's Place”. Glaser fue detenido por primera vez en 2013, pero el caso se desestimó después de que los sobrevivientes y sus padres no comparecieran ante el tribunal para declarar.

“Obviamente, la condición de Bery era grave y lo sentimos por su familia durante este momento. Pero también nos sentimos tristes por las víctimas en este caso, y son muchas”, señaló Rachel W. Bikhole, subdirectora de Acusaciones Pública de Uganda, quien describió la evidencia contra el acusado como “abrumadora”.

Bikhole le relató a CNN que cuando se realizó una búsqueda en “Bery's Place”, durante febrero de 2019, la computadora portátil de Glaser fue recuperada y sometida a un análisis, en el cual se hallaron videos y fotos de las víctimas desnudas, algunas de apenas cinco años. Según Bikhole, cuando se le preguntó a Glaser por este contenido él dijo que se utilizó para objetivos de recaudación de fondos.

En la computadora, los investigadores también encontraron mensajes de correo electrónico y de Facebook que Glaser envió a una testigo clave en el caso de 2013, en los que le ofrecía dinero para no testificar, según Bikhole. CNN ha contactado a su abogado para obtener una respuesta.

“Estas niñas y mujeres jóvenes no vivirán el día en que Bery sea considerado responsable de sus crímenes”, agregó Bikhole. “No podrán contar el terrible abuso sexual que sufrieron durante tantos años y el impacto duradero que ha tenido y tendrá en ellas por el resto de sus vidas”, añadió.

Los abogados que respaldan la acusación y una fuente policial le dijeron a CNN a principios de este año que el juicio de Glaser fue aplazado debido a tácticas dilatorias de la defensa, como solicitar un acuerdo de negociación y exigir un intérprete del idioma flamenco a pesar del demostrado dominio del inglés del acusado. Como resultado, Glaser no hizo una declaración de culpabilidad antes de su muerte. Los defensores de Glaser han negado tratar de retrasar los procedimientos. En una declaración de febrero enviada a CNN por WhatsApp, un abogado de Glaser negó que su cliente hubiera cometido los presuntos delitos.

Patricia, otra sobreviviente cuyo nombre también fue cambiado, le dijo a CNN que “nunca se había faltado a una sesión de la corte”. Ella viajó para testificar en Kampala y Masaka ocho veces, solo para que una y otra vez le dijeran que el caso se aplazaría nuevamente.

“Terminamos con un mal desempeño debido al trauma y los viajes interminables a la corte, lo que nos llevó a perder los exámenes”, añadió Patricia, de 20 años, quien dice que fue abusada desde los 11 años y ahora está en la universidad.

Hope describió el último año como uno “muy difícil de abuso y acusaciones”. Después de hablar sobre sus experiencias, los sobrevivientes como Hope y Patricia fueron señaladas ​por ser víctimas y sus testimonios fueron cuestionados, incluso en algunos informes de medios de comunicación y redes sociales de Uganda.

Antes de que tuvieran tiempo si quiera de procesar la noticia de la muerte de Glaser, Hope dijo que ella y otros testigos comenzaron a recibir llamadas y mensajes con amenazas y maldiciones, llamándolos “asesinos”.

Como se reportó en una investigación de CNN sobre el caso en febrero pasado, Asia Namusoke Mbajja –una trabajadora social con conexiones con Bery's Place que finalmente denunció a Glaser– ha abierto un caso policial por comunicación ofensiva y amenaza violenta después de sufrir interacciones similares.

El caso está en curso, con cinco números de teléfono, utilizados para amenazar con “herir o dañar” a Mbajja, bajo investigación, incluido uno registrado a nombre de la esposa de Glaser, Ingrid Dilen, según un informe policial preliminar visto por CNN. Dilen le dijo a CNN que no ha amenazado a nadie.

Mbajja también recibió un nuevo aluvión de amenazas tras la muerte de Glaser, y la fiscal del gobierno Bikhole le dijo a CNN que ella a su vez ha sido “atacada mucho” y recibió amenazas en las redes sociales.

“Quiero esconderme, quiero correr, escapar lejos para que nadie me encuentre”, escribió Hope. “Pero, ¿es esto lo correcto? Soy solo un testigo”, dijo, y agregó que incluso “algo simple por parte de él solo para pedirnos perdón” habría significado mucho. Hope también le señaló a CNN que está luchando para mantener a los otros sobrevivientes, muchos más jóvenes que ella, con quienes actualmente vive en un refugio.

“No puedo prestarles un hombro para llorar porque también necesito uno para llorar”, escribió.

“Continuaremos buscando maneras de ayudar a estas víctimas", dijo Bikhole. “Y seguiremos luchando contra la trata de personas en Uganda, ya que todavía hay muchos casos y víctimas que requieren nuestra atención”, añadió.