Deborah Trueman y su pareja, Marco, en 2007 durante una visita a Llançà, España.

Nota del editor: Deborah Trueman es una periodista ganadora del premio Emmy que trabajó como productora en Dateline de NBC, CBS News y WCBS-TV. Las opiniones expresadas en este comentario son de la autora. Leer más opinión en CNNe.com/opinion.

(CNN) – He estado con mi compañero Marco durante casi 20 años.

Hemos sobrevivido a las cosas normales que enfrenta cada pareja, junto con los serios desafíos que la vida te presenta. Pero ahora estamos siendo separados por el covid-19.

Estoy en la Ciudad de Nueva York. Marco está en Italia.

No nos hemos visto en seis meses.

El 1 de julio, la Unión Europea prohibió a los estadounidenses viajar allí.

Los cónyuges de ciudadanos de la UE están exceptuados y se les permite ingresar, pero a las parejas que no están casadas no.

Dado que no estamos legalmente casados, un océano nos separa a mí y a mi pareja indefinidamente.

En todo el mundo, miles de parejas que no están casadas se han visto afectadas y han unido sus fuerzas para llamar la atención con el grupo “Love is not tourism” (El amor no es turismo) y los hashtags #Loveisnottourism y #Loveisessential.

Deborah Trueman durante una visita de 2018 a Bevagna, Italia.

De hecho, ciertamente no se trata del turismo. No quiero ir a Italia para ver el Coliseo o ir al Vaticano. Quiero estar con mi otra mitad. Quiero estar con mi otra mitad; la persona con quien he compartido momentos que cambian la vida.

Conocí a Marco en Italia en un año sabático que tomé después de la pérdida de mis padres. Me ayudó a superar el dolor y me apoyó en algunos días difíciles al principio de nuestra relación.

Hemos pasado por mi diagnóstico de cáncer de seno, radioterapia y, justo cuando estábamos a punto de comenzar nuestra vida juntos a tiempo completo en Italia, surge nuestro obstáculo más difícil.

Había renunciado a mi carrera como periodista en la Ciudad de Nueva York en 2008 para unirme de forma permanente a Marco en Italia, donde planeaba trabajar de manera independiente, pero luego todo se detuvo de manera devastadora.

Debido a mi diagnóstico de cáncer de seno, me realizaban chequeos anuales. Durante uno de ellos, me diagnosticaron leucemia, que luego se confirmó que estaba vinculada a mi trabajo voluntario en la Zona Cero. Estuve allí días después del ataque del 11 de septiembre sirviendo comida a los socorristas que buscaban sobrevivientes.

El diagnóstico fue absolutamente devastador.

Puse una pausa a los planes para la mudanza definitiva, y juntos Marco y yo navegamos por el estrés y la incertidumbre de una enfermedad potencialmente mortal.

Aceptamos que tendríamos que estar en una relación de larga distancia durante buena parte de 2008, y encontré doctores increíbles en la Ciudad de Nueva York por quienes estoy muy agradecida.

Mi salud y supervivencia estaban primero.

Así que durante la última década he ido y venido entre Nueva York e Italia, volviendo a ver a mi hematólogo y recibiendo tratamiento del Programa de Salud del World Trade Center (programa de asistencia médica a víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001).

No siempre es fácil. Ha habido demasiadas visitas a las salas de emergencia en Italia, y el viaje es agotador debido a los medicamentos de quimioterapia que debo tomar.

Pero a pesar de todo, Marco y yo hemos logrado que nuestra relación funcione y se fortalezca aún más. No es tradicional, pero nos hemos comprometido a una vida juntos.

Realmente creo que la belleza y la gente maravillosa de Italia también me han ayudado a seguir adelante. Y eso sin mencionar los espaguetis y el helado.

En enero, después de otra maravillosa estadía navideña en la Toscana, regresé a Nueva York como de costumbre para mis visitas médicas.

Y entonces el coronavirus paralizó al mundo. Mi vuelo de abril de regreso a Roma fue cancelado. Y luego mi vuelo de julio también.

Y no hay señales de que se me permita regresar pronto.

Sí, no estoy legalmente casada. Nunca firmé un documento, pero Marco y yo definitivamente hemos estado juntos en la salud y en la enfermedad.

Esta es mi historia, pero es solo una historia. La campaña para crear más conciencia sobre este tema ha puesto de relieve las luchas, por ejemplo, de las futuras mamás separadas de sus parejas y de parejas que trabajan en diferentes países.

Algunos países de la UE -al momento de escribir esta nota-, que no incluyen a Italia, ahora han aceptado permitir la entrada de parejas no casadas, por lo que hay algo de esperanza.

Entonces, a mi querida Italia: por favor, déjame volver a ti.

Tomaré una prueba de covid-19. Me pondré en cuarentena. Sé que crees en el amor. Prácticamente lo has inventado.

L’amore è amore.