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Mercado financiero

Una agencia gubernamental notoriamente reservada acaba de pagar la cifra récord de US$ 114 millones a un informante

Por Matt Egan

(CNN Business) -- Una persona acaba de ganar US$ 114 millones en un día, sin jugar a la lotería ni entrar en un casino. El cheque que recibió, en cambio, fue firmado por el tío Sam.

La Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) otorgó la asombrosa cantidad de US$ 114 millones a un informante que alertó al Gobierno de una mala conducta y brindó asistencia "extraordinaria" en una investigación, anunció la agencia el jueves.

Eso duplica con creces el récord anterior de informantes de la SEC, que se alcanzó hace apenas cuatro meses.

"Espero que este premio récord anime a otros con información sobre posibles violaciones a las leyes de valores a dar un paso adelante", dijo Jane Norberg, jefa de la oficina de denuncias de irregularidades de la SEC, a CNN Business en una entrevista exclusiva.

El enorme premio también debería servir como una fuerte advertencia para las grandes corporaciones de Estados Unidos.

En este caso, el informante inicialmente denunció la infracción a nivel interno, pero sin éxito. En ese momento, él o ella informó a la SEC.

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"Una gran lección de este premio es que las empresas deben tomar en serio los informes de los denunciantes", dijo Norberg. "Porque es probable que la SEC ya tenga la información, o la tendrá poco después. Y le daremos seguimiento", explicó.

En otras palabras: chicos malos, cuidado.

Envuelto en un manto de silencio

El camino que tomó este informante —reportarlo primero a nivel interno sin éxito antes de ir a las autoridades— es común, dijo Norberg.

"La gente simplemente se frustra", agregó. "Se desencantan bastante y es entonces cuando vienen a la SEC. Los informantes a menudo son empleados que no pueden vivir con ver que suceden irregularidades en la empresa", explicó.

Los tipos de comportamiento turbio que los informantes han ayudado a la SEC a descubrir incluyen de todo, desde esquemas Ponzi y uso de información privilegiada hasta manipulación del mercado y soborno.

"Estas pistas de los informantes tienen un gran impacto en nuestro programa de aplicación de la ley. Cambian las cosas de manera significativa", dijo Norberg.

La SEC protege ferozmente las identidades de los informantes, lo que significa que es posible que nunca sepamos quién recibió los US$ 114 millones o qué mala conducta él o ella ayudó a descubrir.

"Es increíblemente seria", dijo Norberg sobre la confidencialidad. "La gente tiene que sentirse cómoda para venir a nosotros", explicó.

La SEC sí dijo que la retribución incluía alrededor de US$ 52 millones vinculados a su caso, más US$ 62 millones por acciones relacionadas de otra agencia no identificada. Y, según la SEC, el informante soportó "dificultades personales y profesionales".

Un año récord para los informantes de la SEC

Stephen Kohn, presidente del Centro Nacional de Informantes, aplaudió la retribución de US$ 114 millones el jueves.

"Este es el tipo de premio que cambia las culturas", dijo Kohn, un abogado de informantes de Kohn, Kohn & Colapinto. "Incentiva a la gente a presentarse y también disuade las irregularidades. Lo convierte en algo muy real para las personas que están pensando en participar en un fraude. Se dan cuenta de que hay una gran probabilidad de que las entreguen", explicó.

Últimamente, ha sido un momento particularmente lucrativo para ser denunciante.

La SEC entregó 39 premios a informantes individuales por un total de aproximadamente US$ 175 millones durante el año fiscal que finalizó en septiembre. Eso es más que en cualquier año desde que se inauguró la oficina de denuncia de irregularidades de la agencia en 2011. Y la SEC recibió un número récord de pistas el año pasado sobre posibles irregularidades.

(El Servicio de Impuestos Internos tiene su propia oficina de denuncia de irregularidades, creada en 2007, así como sus propios premios).

"Cuando empezamos, éramos una oficina realmente pequeña. Al principio del programa nos preguntábamos si tendría éxito", dijo Norberg, quien se desempeñó como primer subjefe de la oficina de denuncia de irregularidades. "Entonces empezaron a llegar las pistas. Simplemente creció y creció y creció".

Desde su primer pago en 2012, la SEC ha otorgado un total de US$ 676 millones a 108 personas. Los premios se pagan de un fondo financiado en su totalidad a partir de las multas que cobra la SEC, no con el dinero de los contribuyentes.

Norberg dijo que el año récord fue posible gracias a los esfuerzos para simplificar la forma en que la agencia distribuye las recompensas.

El dinero y la venganza también pueden ser factores motivadores

El programa de denuncia de irregularidades ayuda a descubrir actividades sospechosas al ofrecer un incentivo financiero lucrativo para los empleados e inversores que, de otro modo, podrían permanecer callados.

Los premios varían entre el 10% y el 30% de las multas impuestas en las acciones de la SEC que resulten de las denuncias de los informantes. Y bajo las nuevas reglas, se presume que las recompensas de US$ 5 millones o menos —que son la mayoría— obtienen el 30% máximo.

La SEC pasa las pistas de los denunciantes a los investigadores para que indaguen. Si esa información ayuda a llevar adelante una acción de cumplimiento de la ley exitosa, el informante es elegible para una porción de las multas pagas.

"El dinero también es un factor motivador. Puede empujar a alguien que de otro modo estaría indeciso con respecto a informar sus preocupaciones", dijo Norberg. "Hay una verdadera dificultad, tanto personal como profesional, que la gente soporta. El dinero, espero, ayuda", explicó.

Y, en ocasiones, la venganza también puede ser un factor motivador.

"He visto informantes que tienen relaciones personales con el infractor e informan sobre ellos cuando la relación se deteriora", dijo Norberg.

Un programa de la SEC que emergió ileso

En una era en la que incluso las agencias gubernamentales más rutinarias están politizadas, el programa de denunciantes ha sobrevivido a innumerables esfuerzos por destriparlo. Y ha emergido con el apoyo bipartidista por su éxito en la captura de estafadores.

Ese es un gran cambio considerando que el programa nació de Dodd-Frank, la controvertida ley de reforma de Wall Street que se promulgó en 2010 a pesar de la fuerte oposición de los republicanos y la industria bancaria. A los críticos les preocupaba que la oficina de denuncias disuadiera a los empleados de denunciar las irregularidades internamente.

Durante casi una década, las denuncias de los informantes de la SEC han dado lugar a más de US$ 2.000 millones en multas y la devolución de US$ 500 millones a inversores perjudicados.

Los defensores de los informantes dieron un suspiro de alivio el mes pasado cuando la SEC se retractó de una regla propuesta que habría puesto un tope a las recompensas más altas. Después de una batalla de dos años, la propuesta, que habría permitido a la agencia reducir las recompensas por multas de US$ 100 millones o más, fue retirada unánimemente tras la oposición de los defensores de los denunciantes.

"Fue una gran victoria para la supervisión y la rendición de cuentas", dijo Kohn, quien se reunió con el presidente de la SEC, Jay Clayton, y otros funcionarios para persuadirlos de que retiraran la propuesta. "Todos los programas exitosos de denuncia de irregularidades se vuelven bipartidistas. ¿La razón? Funcionan", afirmó.

El mes pasado, la SEC impuso una nueva regla que permite a la agencia prohibir de manera permanente a un solicitante que abuse del proceso presentando hasta tres solicitudes de recompensa poco serias.

"Hemos tenido personas que tratan este programa un poco como a la lotería", dijo Norberg. "Es frustrante para mí, especialmente cuando sé los verdaderos sacrificios que han hecho los verdaderos denunciantes", explicó.

Pero hay un punto en el que es como ganar la lotería: las recompensas a los informantes están sujetas a impuestos federales y estatales. Los premios más grandes se gravan hasta en un 50%. Y los abogados que representan a cualquier informante también deben pagar impuestos sobre sus honorarios.