(CNN Español) – Enrique Bonilla regresaba de trabajar como todos los días por la Línea 12 del metro de la Ciudad de México y estaba por enfrentar “al peor día de su vida”. En el mismo tren se encontraban las hermanas Nancy y Tania Lesama, de 23 y 15 años. Ambas regresaban del trabajo y de realizar unas compras, respectivamente, según relató a CNN una de sus primas. Infortunadamente Nancy falleció y no volverá a casa. Tania lucha por su vida y por poder recuperarse del accidente en un hospital de la capital mexicana. Estas son sus historias.
CNN pudo conversar con Enrique Bonilla, quien aseguró que los gritos de las personas que se encontraban atrapadas en el desplomado tren de la Línea 12 el lunes, lo ayudó a pedir ayuda y logró salir del vagón. Bonilla, entre lágrimas, dijo que el momento es indescriptible y permanecerá en su cabeza.
“Estaba yo por bajar en la estación de metro Olivos, que es la que seguía, entonces en el momento que yo me levanté de mi lugar para poder bajarme. En ese momento se oyó un fuerte sonido, tremendamente y siento cómo se van los vagones del metro hacia abajo, como resbaladilla, se empiezan a caer todos. Yo alcancé a sujetarme, de unos tubos, un tubo y con un pie un tipo como frenándome. Porque ya estaba ya a punto de caer”, mencionó el mexicano.
Bonilla dijo que empezó a tomar noción del accidente. “La desesperación de la gente fue la que me hizo reaccionar y se oían muchos gritos, mucha desesperación. Vi una ventana que estaba entreabierta entre la ventana y la puerta y lo que hice fue acercarme. En ese momento yo creo que en unos cinco minutos o diez, subieron unas personas con una escalera romper vidrios, cristales. Como son vidrios que vienen protegidos, les costó, pero en el momento que se abrió más el hueco, les dije que si me ayudaban a salir”.
Bonilla asegura que fueron ciudadanos quienes le ayudaron a escapar tras el incidente y agrega que fue asistido por otras personas que le pedían que se tranquilizara.
“Yo quería gritar, correr, pero cuando vi a otras personas que estaban abajo de unos carros. Créame que me ganó el sentimiento y le di gracias a Dios que había vuelto a nacer, a vivir. Y comencé a llorar. Créame que esto es algo que se queda en la cabeza. Y no, no es fácil, no es fácil”.
En ese mismo vagón las hermanas Lesama estaban a punto de llegar a la estación donde sus padres las esperaban. Su prima, Adriana Martínez, relató a Gabriela Frías el calvario que desde la trágica noche ha sufrido su familia para recuperar el cuerpo de Nancy y para brindar atención médica a Tania por las lesiones sufridas en el accidente.
“Nos fue entregado su cuerpo de mi prima y se están llevando los funerales con toda la familia, en la casa de mis de mis primas. Ahí es donde se están haciendo los funerales”, dice Adriana.
Ella asegura que pasaron horas para ubicar el cuerpo de su prima Nancy y que la familia vivió un viacrucis para poder conseguir un hospital donde pudieran atender debidamente las lesiones de Tania.
“Son dos hermanas que se querían mucho se amaban, hijas de familia que siempre apoyan emocional y económicamente a sus padres y pues que estudiaban”, mencionó Adriana.
Las autoridades mexicanas han contratado a una empresa noruega para realizar la investigación que ayude a dar justicia a las víctimas y saber la verdad sobre el accidente.
La llamada “línea dorada” es la infraestructura más reciente del metro que comunica al oriente con el poniente de la capital de México, pero desde su concepción en 2007, los actores políticos y las empresas que formaron parte de su construcción han sido cuestionados por sus constantes fallas, según lo consignado por la Comisión Investigadora de la Asamblea Legislativa de la Línea 12 de STC Metro.
Este miércoles la familia de Nancy Lesama enterró a su hija y le dio un último adiós. Esperan que Tania logre recuperarse de sus heridas.
Tlahúac continúa enterrando a sus muertos y esperando que su tragedia obtenga justicia.
Mario González, Gabriela Frías y Krupskaia Alis contribuyeron a este reporte.