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Análisis

ANÁLISIS | La explosión de la violencia entre israelíes y palestinos pone una prueba para Biden

Por análisis de Stephen Collinson, Caitlin Hu

(CNN) -- "Justo cuando pensaba que me había salido, me vuelven a meter".

La famosa frase de Al Pacino en "The Godfather: Part III" (El Padrino: Parte III) podría aplicarse también a los presidentes de EE.UU. que intentan evitar los conflictos en Medio Oriente. Joe Biden, mientras posiciona a Estados Unidos para competir con China, ha mostrado poca inclinación a involucrarse en la traicionera política de la región. Durante los últimos 20 años ha tenido un asiento en primera fila mientras el Medio Oriente destrozaba vidas, tesoros y prestigio de Estados Unidos.

¿Es este el conflicto más violento entre Israel y Gaza? 0:41

Su mayor preocupación no es el conflicto palestino-israelí, sino un intento de revivir el acuerdo nuclear con Irán. Sin embargo, la explosión de la violencia entre Israel y Palestina pondrá a prueba su postura, puesto que los intereses vitales de Estados Unidos siguen siendo rehenes de las turbulencias en el Mediterráneo oriental.

Los presidentes Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama intentaron, y fracasaron, en poner fin al conflicto entre Israel y Palestina con grandes iniciativas. El presidente Donald Trump dijo que llegar a un acuerdo "no era tan difícil" como la gente cree. Pero su propuesta que favorecía enormemente a los israelíes estuvo condenada al fracaso desde el principio.

En una época anterior, el avión azul y blanco del secretario de Estado de Estados Unidos habría volado entre Israel, Egipto y Jordania para propiciar un cese al fuego. El hecho de que el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, siga en casa no es solo un reflejo de que el país está evadiendo el conflicto. También subraya que las perspectivas de cualquier negociación seria entre Israel y Palestina rara vez han sido peores.

Los años de un gobierno de Israel bajo el mando de Benjamín Netanyahu que fomentó el crecimiento de los asentamientos en la Cisjordania ocupada hacen que las esperanzas de un Estado de Palestina sean sombrías. La inestabilidad política de Israel lo priva de un gobierno fuerte y politiza aún más las cuestiones de seguridad. Un liderazgo desvanecido e ineficaz en Ramallah y el poder del grupo militante Hamás en Gaza ha dividido la unidad de Palestina.

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La violencia tal vez podría favorecer a una de las partes: Irán, que debe esperar que el conflicto rompa los nuevos lazos entre el Estado judío y algunas naciones árabes. Y cualquier cosa que implique a Israel tiene fuertes repercusiones políticas en Estados Unidos. Los liberales quieren que Biden sea más duro con Netanyahu por los ataques aéreos de Israel que matan a civiles en Gaza y las políticas agresivas de asentamientos que, según ellos, desbordaron la copa. Los republicanos acusan al presidente de Estados Unidos de preparar el terreno para la violencia al apaciguar a Irán, que financia a Hamás. Esto también pone en juego el acuerdo con Irán. Si la intrincada diplomacia logra forjar de algún modo un compromiso nuclear, será aún más difícil de vender en Washington mientras se acusa a la República Islámica de respaldar la lluvia de cohetes de Hamás sobre Israel.

Así que Biden puede no tener más remedio que involucrarse de nuevo.

Gran parte de nuestro compromiso se produce en privado

Mientras la violencia en Medio Oriente provocó la muerte de más de 70 personas esta semana, EE.UU. trabaja silenciosamente para transmitir un mensaje de "desescalada" entre israelíes y palestinos.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo este martes que se habían realizado 10 llamadas telefónicas entre "altos funcionarios con sede en Washington" y funcionarios de Medio Oriente, incluyendo diplomáticos de Israel, Palestina, Qatar, Túnez y Egipto.

"Nuestro compromiso, en gran parte, está ocurriendo en privado, a través de canales diplomáticos, está ocurriendo con funcionarios de la región", afirmó. El miércoles, Biden dijo que había hablado largo y tendido con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Blinken ha hablado tanto con el líder de Israel como con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas.

Sin embargo, Estados Unidos ha bloqueado la aprobación de una declaración del Consejo de Seguridad de la ONU condenando la violencia, que había sido propuesta por Noruega. Dos diplomáticos de la ONU dijeron a Richard Roth de CNN que Estados Unidos había informado a otros miembros del Consejo que consideraba que una declaración podría tener un impacto negativo en los esfuerzos diplomáticos para desescalar el conflicto.