(CNN) – El discurso que hizo Donald Trump ante el Partido Republicano de Carolina del Norte el sábado por la noche fue un recordatorio del peligro que supone el expresidente al socavar el sistema electoral de Estados Unidos mientras intenta reafirmarse como el poder detrás del trono en el escenario nacional.
Su discurso a los seguidores del partido fue un relato familiar para cualquiera que haya sintonizado sus mítines de la campaña de 2020. Atacó las maniobras de política exterior del presidente Joe Biden y afirmó que el mandatario está destruyendo la economía. Insistió en que él merece más crédito por el rápido desarrollo de las vacunas contra el covid-19 y argumentó que la izquierda radical y la “cultura de la cancelación” están destruyendo las libertades de Estados Unidos.
Pero lo más preocupante fue que continuara con la campaña de desinformación sobre la contienda presidencial de noviembre, en parte porque los últimos meses demostraron que una mayoría de republicanos acepta las mentiras de Trump como un evangelio.
En un momento en que los seguidores de QAnon y los foros en línea que apoyan a Trump promueven el mortífero golpe militar en Myanmar como un remedio que debería suceder en Estados Unidos para que Trump pueda ser restituido, las encuestas recientes muestran que la mayoría de los republicanos creen que las elecciones de 2020 fueron robadas a pesar de que no hay pruebas de un fraude electoral generalizado.
Y el expresidente siguió avivando esas llamas de desinformación el sábado por la noche, afirmando que las elecciones de 2020 “pasarán a la historia como el crimen del siglo”.
Las felicitaciones de Trump a los suyos
Trump felicitó a los senadores estatales republicanos de Arizona que forzaron una auditoría de los resultados de las elecciones de 2020 del mayor condado de ese estado, y elogió a los legisladores estatales de Pensilvania y Georgia que están siguiendo su ejemplo, explorando recuentos y auditorías adicionales de sus resultados electorales.
“No vamos a tener un país si no hay integridad electoral, y si no hay fronteras fuertes, nuestro país puede ser dirigido como una dictadura y eso es lo que les gustaría hacer”, dijo Trump. “Quieren silenciarlos. Quieren silenciar sus voces. Recuerden que no soy yo el que intenta atentar contra la democracia estadounidense. Soy el que está tratando de salvarla”.
El expresidente también elogió a estados como Texas, Florida y Georgia, que han impulsado leyes que dificultan el voto de los estadounidenses (medidas que afectarán de forma desproporcionada a los estadounidenses negros y latinos) al restringir las opciones de voto por correo, los buzones de votación y los horarios ampliados que proporcionaban más acceso a los trabajadores por turnos.
(La ley de Texas estaba a punto de aprobarse hasta que los demócratas organizaron un paro nocturno que privó a la Cámara de un quórum para aprobarla antes de que terminara la sesión legislativa).
Duro golpe
Mientras tanto, los esfuerzos demócratas en el Congreso para combatir las diversas leyes estatales con legislación federal recibieron un duro golpe cuando el senador demócrata de Virginia Occidental Joe Manchin dijo el domingo que se opone a eliminar el filibusterismo para aprobar la legislación sobre el derecho al voto.
“Ahora estamos siendo testigos de que el derecho fundamental al voto se politizó abiertamente”, dijo Manchin en un artículo de opinión en Charleston Gazette. “El debate de hoy sobre cómo proteger mejor nuestro derecho al voto y a celebrar elecciones, sin embargo, no se trata de encontrar un terreno común, sino de buscar ventajas partidistas”.
Las declaraciones de Trump se produjeron en medio de las revelaciones del sábado de que Mark Meadows, su ex secretario general de la Casa Blanca, presionó al Departamento de Justicia en las últimas semanas del expresidente en el cargo para que investigara teorías conspirativas infundadas y denuncias de fraude sobre las elecciones presidenciales de 2020, según documentos obtenidos por CNN y reportados primero por The New York Times.
Los correos electrónicos de Meadows —que se encontraba entre el público de Carolina del Norte el sábado por la noche— fueron un ejemplo más de los excesos del Gobierno de Trump y del flagrante menosprecio del expresidente por la democracia.
Trump como poder en la sombra del Partido Republicano
El sábado por la noche, Trump intentó presentarse como el poder en las sombras del Partido Republicano al respaldar al representante republicano Ted Budd para la carrera al Senado de EE.UU. cuando dijo que no “quería que se presentara mucha gente”.
Trump sugirió que su respaldo a Budd despejaría inmediatamente el campo de los republicanos que compiten para reemplazar al senador de tres mandatos Richard Burr, que se retira, en uno de los escaños más buscados por los demócratas.
Asimismo, el expresidente dijo que había esperado hasta que su nuera Lara Trump, a la que invitó a subir al escenario, hubiera tomado la decisión de que no quería presentarse al escaño.
Budd, miembro del conservador House Freedom Caucus, se ganó la lealtad de Trump en parte por ser uno de los 147 republicanos de la Cámara de Representantes que votaron en contra de certificar el resultado de las elecciones de 2020 el pasado 6 de enero.
Castigo a republicanos que no apoyan a Trump
Más al sur, en Georgia, las ruidosas bases del Partido Republicano siguieron castigando el sábado a los republicanos que no apoyaron las mentiras electorales de Trump.
Los asistentes a la convención del partido de ese estado abuchearon al gobernador Brian Kemp, que se negó a ayudar a Trump a anular los resultados electorales. También censuraron al secretario de estado, Brad Raffensperger, por enfrentarse a Trump, y sus miembros lo calificaron de “abandono de su deber constitucional”, según el Atlanta Journal-Constitution.
Trump ya apoyó a la representante republicana Jody Hice, quien secundó sus falsedades electorales, para que se presente como candidata contra Raffensperger.
Los republicanos anti-Trump alzan la voz
Aunque Trump sigue disfrutando de un control fuerte sobre el Partido Republicano y coquetea con la posibilidad de volver a presentarse a la Casa Blanca en 2024, un pequeño pero cada vez más enérgico grupo de líderes republicanos contrarios a Trump está hablando para combatir sus mentiras electorales.
Este grupo también se enfrenta a algunos obstáculos para difundir su mensaje, ya que las plataformas de redes sociales siguen debatiendo cómo deben manejar sus falsedades.
En reconocimiento a la peligrosa retórica de Trump, Facebook anunció esta semana que Trump permanecerá suspendido de esa plataforma hasta al menos el 7 de enero de 2023 —dos años después de su suspensión inicial— y que entonces evaluará las circunstancias para ver si se le permite volver a entrar.
En una publicación del viernes, la empresa dijo que, una vez que hayan pasado los dos años, “recurrirá a expertos para evaluar si el riesgo para la seguridad pública disminuyó. Evaluaremos los factores externos, incluidos los casos de violencia, las restricciones a las reuniones pacíficas y otros indicadores de disturbios civiles. Si determinamos que sigue existiendo un riesgo grave para la seguridad pública, ampliaremos la restricción durante un tiempo determinado y seguiremos reevaluando hasta que ese riesgo haya disminuido”.
Trump califica de insulto decisión de Facebook
Trump calificó el fallo como “un insulto a los 75 (millones) de personas” que votaron por él. “No se les debería permitir salirse con la suya con esta censura y silenciamiento”, dijo en un comunicado el viernes.
El sábado por la noche, se burló del fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, afirmando que le había rogado ir a la Casa Blanca con su esposa.
Republicanos destacados se pronuncian cada vez más sobre el daño que están causando las mentiras electorales de Trump. Entre ellos están la representante Liz Cheney, de Wyoming, que fue destituida del liderazgo republicano de la Cámara de Representantes, y el expresidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan, de Wisconsin.
“Se está desvaneciendo como figura”
Algunos, como la exrepresentante de Virginia Barbara Comstock, pronosticaron que Trump seguirá perdiendo cuota de votos mientras continúa con su farsa electoral.
“Se está desvaneciendo como figura”, dijo Comstock a Pamela Brown de CNN en “Newsroom” el sábado antes de que Trump hablara.
John Bolton, exasesor de seguridad nacional de Trump, dijo a Brown que es “ridículo” que Trump, según algunos informes, esté diciendo a la gente de su entorno que será restituido a la Casa Blanca a finales de este año.
La teoría de la reincorporación que Trump ha estado compartiendo con sus ayudantes fue reportada por primera vez por Maggie Haberman, del New York Times, la semana pasada.
“No se reincorporará en agosto. Perdió las elecciones. La gente tiene que afrontarlo y aceptar la realidad de que fue un candidato impopular y la gente no lo reeligió”, dijo Bolton el sábado en “Newsroom”.
Al igual que Comstock, Bolton señaló que la influencia de Trump dentro del Partido Republicano está “disminuyendo” y advirtió que los candidatos republicanos podrían enfrentar consecuencias por apoyar la campaña de desinformación del expresidente.
“Las mentiras que dice son perjudiciales no solo para el país. Son particularmente dañinas para los republicanos, y creo que tenemos que entender que nuestros oponentes nos condenarán si no dejamos claro que pensamos que el tipo de cosas que Trump dice son simplemente una locura”, agregó Bolton.