(CNN) – Erick de Moura tenía planeado pasar la noche en su apartamento en el edificio Champlain Towers South en el momento en que gran parte del mismo se derrumbó.
La única razón por la que esto no ocurrió es que su novia lo convenció para que se quedara con ella.
De Moura y su pareja, Fernanda Figueiredo, creen que él está vivo porque no se encontraba en su unidad en el edificio que se derrumbó en la madrugada del 24 de junio en Miami, Florida.
“Estaba justo en la puerta de su casa, a punto de salir. Y por alguna razón, ella me pidió que me quedara”, dijo de Moura a John Berman de CNN el martes por la mañana.
De Moura estaba en casa de Figueiredo aquella noche del 23 de junio para ver por televisión un partido de la Copa América entre su país natal, Brasil, y Colombia, con unos amigos.
Tras el partido se levantó para marcharse. Pero uno de los hijos de Figueiredo -en una situación inusual para un miércoles por la noche- no estaba ese día en la casa. Entonces ella vio la oportunidad de que pasaran un rato juntos, dijeron, a pesar de que él tenía algunos compromisos que atender por la mañana.
“Quería ducharme y dormir cómodamente. Pero ella insistía en que me quedara”, dijo de Moura.
“Y cuando me desperté a las 5:30 (de la mañana) para revisar mi teléfono y poner la alarma para levantarme para mi asistir a mi compromiso, tenía algunas notificaciones” que le decían que algo había pasado, dijo de Moura.
Vio un mensaje de una mujer que trabajaba en el edificio de apartamentos en el que le preguntaba si estaba bien. La llamó y ella le dijo que el edificio se había derrumbado.
“Simplemente no lo crees”
“Estás medio despierto, medio dormido, y alguien te dice que tu casa se ha derrumbado. Un edificio en Miami. Simplemente no lo crees”, dijo.
Figueiredo dijo a CNN que también tiene problemas para comprender lo que había sucedido.
“Es tan increíble que un edificio así” pueda derrumbarse, dijo. “Él podría haber estado allí unas horas antes”.
Desde el derrumbe, de Moura se está alojando en un hotel con otros residentes desplazados.
Está agradecido por estar vivo, pero él y los demás dicen estar sufriendo “mucho dolor”.
“A algunos de ellos (los desaparecidos) los veíamos todos los días”, dijo. “Y aunque no somos familia, veíamos a esas personas casi todos los días.”
“Nos juntábamos en la piscina y en la playa. Así que definitivamente hay mucho dolor en este momento. Estoy muy agradecido por estar vivo, pero muy triste por la tragedia”.