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Alemania

Alemania es la economía más grande de Europa. ¿Qué puede pasar si gira a la izquierda tras las elecciones?

Por Julia Horowitz

(CNN) -- Angela Merkel está a punto de dejar de ser canciller de Alemania después de 16 años, marcando el inicio de una nueva era para la mayor economía de Europa.

Los resultados de las elecciones del domingo son difíciles de predecir, y la formación de un Gobierno podría tardar semanas o meses en desarrollarse. Pero cuando el polvo se asiente, las encuestas indican que el nuevo canciller podría ser Olaf Scholz, del Partido Socialdemócrata (SPD), de tendencia izquierdista, quien dirigió la economía alemana durante la pandemia como ministro de Economía en una coalición con Merkel. Mientras tanto, los Verdes podrían duplicar su número de escaños en el Parlamento.

El SPD, de Scholz, y los Verdes podrían asociarse con el Partido Democrático Libre (FDP), proempresarial, ganando suficiente poder para cambiar la agenda económica del país hacia la izquierda. Los impuestos y el gasto podrían aumentar a medida que los líderes políticos redoblen la apuesta por la digitalización y la política climática, mientras que la preocupación por el aumento de la deuda pública podría pasar a un segundo plano.

"Los verdes y los liberales en una coalición aportarían las fuerzas innovadoras más frescas que hemos tenido en mucho tiempo en un Gobierno alemán", dijo Carsten Brzeski, jefe global de Investigación Macro de ING.

Alemania

Olaf Scholz, del Partido Socialdemócrata (SPD).

¿Gastar más, preocuparse luego?

Los bancos mundiales afirman que el resultado final de la pugna entre los partidos tras las elecciones está lejos de ser seguro, al tiempo que aconsejan a los inversores que se preparen para dos posibles resultados: una coalición del SPD, el Partido Verde y el FDP, o una estrecha victoria de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), de Merkel, de centro-derecha, liderada por Armin Laschet, que probablemente también tendría que formar equipo con los Verdes y el FDP.

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La primera opción marcaría un movimiento hacia la izquierda, pero sería menos dramática que una alianza entre el SPD, los Verdes y el partido Die Linke, de izquierda dura. Este resultado, que podría dar lugar a esfuerzos mucho más ambiciosos para redistribuir la riqueza y recaudar impuestos, ha sido minimizado por los analistas, y probablemente tomaría a los inversores por sorpresa.

Cualquiera que sea la combinación que tome el mando tendrá que gestionar la recuperación en curso de la pandemia de coronavirus. La economía alemana va camino de crecer un 2,9% este año y un 4,6% el próximo, tras contraerse un 4,9% en 2020, según las últimas proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

Sin embargo, datos recientes indican que el impulso podría estar perdiendo fuerza. El índice Ifo, que sigue el clima empresarial del país, cayó por tercer mes consecutivo en septiembre, según los datos publicados el viernes. La ralentización del crecimiento en China, el bloqueo de las cadenas de suministro y el aumento de los precios del gas pueden estar pasando factura.

Este retroceso podría aumentar la presión sobre los nuevos líderes del país para que eliminen las notoriamente estrictas normas fiscales alemanas y puedan seguir gastando en la economía nacional.

El país consagró el llamado "freno a la deuda" en la Constitución en 2009, limitando severamente el endeudamiento público tras la crisis financiera, con pocas excepciones. Debido a la pandemia, las normas de endeudamiento se suspendieron hasta 2023. Esto permitió que el endeudamiento alemán se disparara, y que la relación entre la deuda y el PIB del país aumentara bruscamente hasta el 70% en 2020.

Aunque esa proporción palidece en comparación con la de Estados Unidos, donde se prevé que la deuda supere el PIB anual, los partidos centristas alemanes se han mostrado ansiosos por volver a controlar las finanzas públicas del país. Los Verdes, por su parte, quieren una flexibilización más permanente de las normas de endeudamiento.

Los estrategas de UBS, Dean Turner y Maximilian Kunkel, creen que el freno de la deuda –que se ha convertido en un principio clave del conservadurismo fiscal alemán– probablemente se mantendrá, ya que para anularlo se necesitaría una mayoría de dos tercios en el Parlamento.

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Sin embargo, esperan que los nuevos líderes alemanes encuentren otras formas de aumentar el gasto para hacer frente a la crisis climática, un tema que cobró aún más importancia tras las devastadoras inundaciones que afectaron al país en julio.

"La única área de acuerdo común para todos los partidos es la necesidad de abordar el cambio climático", escribieron Turner y Kunkel en una reciente nota de investigación. Sea cual sea la coalición que surja, continuaron, la inversión en política climática "aumentará".

Abordar la crisis climática

Brzeski espera que la coalición de Gobierno entrante, sea cual sea su composición, cree un mecanismo especial de inversión para eludir el freno de la deuda, permitiendo que el dinero fluya hacia las iniciativas verdes.

Sin embargo, con un Gobierno de coalición más liberal, algunos plazos podrían adelantarse.

"Es probable que [los Verdes] presionen para que se acelere la transición ecológica de la economía alemana como condición previa para entrar en el Gobierno", dijo Goldman Sachs en una reciente nota a los clientes.

El Partido Verde ha pedido una reducción del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a los niveles de 1990, para 2030, frente al objetivo actual del Gobierno del 65%. También quiere que se cierren las centrales de carbón a finales de esta década, en lugar de en 2038, y que los autos nuevos estén libres de emisiones también en ese momento.

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Esto podría provocar un enfrentamiento con las empresas más poderosas de Alemania. En su última actualización de la estrategia, Volkswagen dijo que quería que el 50% de las ventas procedieran de coches eléctricos para 2030, y que aumentaran hasta casi el 100%, en 2040.

El grado de intervención del Estado podría generar fricciones entre los miembros de la coalición.

"La mayor controversia será cómo cambiar el comportamiento de la gente", dijo Brzeski. "¿Lo haces mediante incentivos y educando a la gente, o lo haces [aumentando] los precios y los costes?".

Un Gobierno de izquierda en Alemania también podría suponer un aumento de los impuestos para los alemanes más ricos, ya que el SPD propone un nuevo impuesto sobre el patrimonio para los superricos.

Pero los bancos subrayan que sigue siendo muy poco claro cómo se desarrollarán las elecciones, y que la CDU, más conservadora, podría imponerse, manteniendo a Alemania más firmemente en su actual camino fiscal y económico.