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(CNN) – Durante tres de los últimos seis años, Kristin Lammert ha pasado el 25 de agosto en una sala de partos.

Se define a sí misma como una persona planificadora, pero nada podría haberla preparado para cómo se desarrollaron sus embarazos: tres hijas, nacidas con tres años de diferencia en el mismo día.

Cuando Sophia, la primera hija de Lammert, nació el 25 de agosto de 2015, el único otro miembro de la familia con el que compartía cumpleaños era su perro de rescate, Oso Koda.

Sophia pasó su tercer cumpleaños dando la bienvenida al mundo a su hermana Giuliana. Este año, repitieron la tradición del 25 de agosto con el nacimiento de su hermana, Mia.

“A la tercera, me dije: ‘Vaya, esto es como un destino extraño’”, dijo Lammert.

Contra todo pronóstico

Después de que Today publicara un artículo sobre su familia, Lammert dice que ha visto una avalancha de comentarios, en su mayoría positivos, sobre las experiencias de la gente con las coincidencias y los cumpleaños compartidos. También ha observado comentarios escépticos: que sus inducciones fueron planificadas, o que ella orquestó estos cumpleaños.

Lammert dice que planearon cuándo querían tener sus bebés. Sabían que querían pasar tres años entre cada bebé. Para el primero, pensaron en agosto, porque estaba entre las grandes fiestas. Para el segundo, solo planearon tres años después del primero. Para el tercero, querían una fecha de parto posterior al 1 de septiembre, ya que Lammert no quería que su hija fuera la más joven de su clase en el colegio.

Giuliana, Mia y Sophia nacieron el 25 de agosto, con tres años de diferencia.

Además, Lammert se sometió a una inducción en sus tres embarazos por indicación de sus médicos, debido a la tensión que tuvieron Lammert y el bebé durante el parto prematuro.

“La fecha no se ajusta automáticamente. Mis médicos no iban a inducirme solo porque la fecha sonara bien”, dijo Lammert. “Mi cuerpo simplemente, ahora lo sabemos, necesita esa ayuda extra”.

La Dra. Christine Greves, ginecóloga y obstetra del Orlando Health Winnie Palmer Hospital for Women & Babies, no supervisó el parto de Lammert, pero dijo que la coincidencia “no es algo que haya visto o escuchado personalmente”.

“Lo que sí sabemos es que este fenómeno es extremadamente raro”, dijo Greves.

Greves dijo que las inducciones del parto se producen caso por caso. Las complicaciones de la preeclampsia, una condición de presión arterial alta relacionada con el embarazo, pueden ser un factor para inducir un embarazo.

Lammert dijo que su último embarazo fue el más duro.

A las diez semanas de su tercer embarazo, Lammert tuvo covid-19. También se le diagnosticó preeclampsia, que según su médico puede provocar un parto prematuro. Su fecha de parto de septiembre de 2021 se convirtió en agosto, y el 25 de agosto nació otra hija.

Debido a las restricciones del covid-19, sus familias no pudieron asistir en persona al nacimiento de Mia, pero Lammert dijo que las enfermeras y los médicos eran conscientes de la importancia del día. Su marido, Nick, estaba ansioso por avisar a todo el personal de la historia de fondo.

“Decían: ‘¿Qué? Tenemos que hacer que este bebé nazca el 25 de agosto’. Así que, para cuando estábamos en la sala de partos, todo el mundo lo sabía”, dijo Lammert. “Pero en el momento en que estaba en ya en el parto… creo que no tenía ni idea de lo que estaba pasando”.

En la sala de partos, Lammert dijo que su grupo de charlas familiares se dedicó a hacer conjeturas sobre la hora del nacimiento. Lammert adivinó las 7 de la tarde y Nick las 6:59. Mia nació a las 6:58 de la tarde.

“Miré a Nick y le dije: ‘Me ganaste’”, dijo Lammert. “Somos muy competitivos”.

Tres cumpleaños en uno

Las hijas estaban emocionadas por dar la bienvenida a Mia y planear sus cumpleaños juntas, dijo Lammert. Sophia y Giuliana celebraron una fiesta de cumpleaños inspirada en la película Luca el fin de semana anterior a su cumpleaños, y un día antes de que Lammert fuera al hospital.

Nick dijo que no querían que ninguna de las niñas se sintiera excluida, así que durante todo el embarazo las mantuvieron involucradas. Escuchaban los latidos del corazón de Mia, le leían libros a la barriga de Lammert, elegían canciones para ella y jugaban a los médicos.

Pasaron el 25 de agosto comiendo helado con sus abuelos y esperando la noticia.

Mientras Sophia hablaba por primera vez por teléfono con Mia, que apenas tenía unos minutos de nacida, pudo escuchar el primer llanto del bebé.

“Le dije: ‘Este es tu regalo de cumpleaños de mamá y papá’. Y empezó a llorar, y todos lloramos”, dijo Lammert.

Ahora notan los números 3 y 825 (por el 25 de agosto) en todas partes, dijo Lammert. Sophia tiene que estar en la escuela a las 8:25. La factura del almuerzo de Lammert a principios de este mes ascendió a US$ 8,25. Había tres enfermeras en la sala de partos. Su inducción comenzó a las 3 p.m. Nick cumplió 33 años este año.

“Hay pequeñas cosas como esas”, dijo Lammert. “No son cosas realmente significativas las que ocurren, pero simplemente aparecen en todas partes”.

Su familia bromea diciendo que Lammert es conocida por ser la afortunada de la familia. En cualquier concurso en el que haya suerte, ella suele llevarse el premio. Su hermano, que es médico, no podía entender las probabilidades de esta coincidencia, pero le dijo a Lammert que si esto podía ocurrirle a alguien, sería a ella.