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Empleo

OPINIÓN | Sin fronteras y sin límites: la nueva geografía del trabajo remoto

Por Silvina Moschini

Nota del editor: Silvina Moschini es emprendedora especializada en la transformación digital del mundo del trabajo. Es fundadora y presidente de TransparentBusiness, una plataforma que permite gestionar equipos remotos de forma transparente. Además, es fundadora y presidenta ejecutiva de SheWorks!, una tienda virtual para contratar mujeres profesionales con modelos flexibles. Las opiniones expresadas en este comentario pertenecen exclusivamente a la autora. Ver más artículos de opinión en CNNE.com/opinion

(CNN Español) -- La experiencia personal de las millones de personas que en los últimos años descubrieron el trabajo remoto es intransferible. Frente a la pantalla y de un día para otro, se pusieron a prueba no solo viejas y nuevas habilidades individuales, sino también la consistencia de vínculos profesionales forjados durante años en oficinas “tradicionales”.

Ya cerca del 2022, el “curso acelerado” de teletrabajo que se impuso con la pandemia comienza a mostrar resultados menos coyunturales. Según Gartner, el 51% del empleo en la economía del conocimiento se efectúa actualmente de manera remota, un porcentaje que en 2019 solo llegaba al 27%. Otras proyecciones se focalizan en las modalidades flexibles: según Statista, 7 de cada 10 empleados las ven con buenos ojos y el 66% de los líderes se plantea rediseñar el espacio físico de su compañía para adaptarlo al formato híbrido.

Más y mejores habilidades

Este escenario deja en claro que las ventajas de la virtualidad son claramente visibles tanto para las empresas como para sus trabajadores. Como emprendedora temprana del trabajo remoto, me entusiasma comprobar que el talento deslocalizado y las soluciones tecnológicas que mejor maridan con él son ideas cada vez más extendidas.

En el nuevo paisaje profesional, la ubicación geográfica pierde relevancia mientras emergen con fuerza las habilidades necesarias para asegurar flujos eficientes de trabajo remoto. Los conocimientos relativos al marketing digital, el comercio electrónico y la generación de contenidos resultan cada vez más decisivos en este contexto y es fundamental intensificar la capacitación en ese sentido.

Otro gran desafío seguirá siendo el incentivo a las llamadas “habilidades blandas”, es decir, al conjunto de aptitudes que no solo potencian el trabajo colaborativo, sino que nos permiten lidiar con los retos de un mundo cada vez más acelerado. Aprender a aprender —y en muchos casos, ¡a desaprender!— se ha vuelto crucial para desenvolverse en el ámbito digital y puede ser el pasaporte para la inclusión laboral de mujeres y minorías todavía afectadas por sesgos raciales, culturales y de discapacidad.

Trabajo remoto: se puede y se quiere

Si 2020 mostró que el trabajo remoto era posible y 2021 nos está confirmando que es, además, altamente deseable, se tornan fundamentales algunos interrogantes sobre su futuro. Más allá de la fascinación tecnológica, lo mejor de los formatos flexibles de trabajo es su redefinición conceptual. Cuando fundamos Transparent Business en 2012 yo insistía en que el trabajo era cada vez menos “un lugar a donde ir” y cada vez más “un conjunto de tareas por resolver”.

Buena parte de esa filosofía ya ha sido adoptada implícitamente por millones de personas. Pero el próximo capítulo de esta transformación debe tener más en cuenta a los emprendedores. Si aprender en remoto está ya completamente naturalizado, para emprender en remoto aún se necesitan más alianzas estratégicas con el sector público y una apropiación plena de herramientas de financiación acordes a la era digital, como el “equity crowdfunding”.

Estamos ante un momento altamente propicio para que los emprendimientos de la región den un salto cualitativo. El ascenso de los unicornios de América Latina, muchos de los cuáles corresponden al “fintech” y a negocios 100% digitales, dibuja un horizonte prometedor. Afrontar este escenario a partir de la experiencia capitalizada en menos de dos años implica que lo remoto ya no es una circunstancia pasajera, sino una estrategia que potencia las posibilidades del talento gracias a la tecnología.