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Economía

¿Qué es la inflación, qué provoca que suban los precios y cómo nos afecta?

Por CNN Español

(CNN Español) -- La inflación y cómo afecta a los precios siempre genera conversación, aunque a veces los términos técnicos hagan que comprender realmente lo que es y lo que implica para tu vida parezca complicado.

Por eso, en momentos en que la inflación afecta a varios países en todo el mundo, aquí te explicamos todo lo que tienes que saber para entender este fenómeno.

¿Qué es la inflación?

La inflación es el término que indica que los precios aumentan con el tiempo y, por ende, el poder adquisitivo disminuye.

En otras palabras, la inflación indica cuánto han subido los precios de los bienes y servicios en un tiempo determinado; cuando los precios aumentan con el paso del tiempo, tu dinero disminuye su valor (lo que se conoce como la reducción del poder adquisitivo).

En resumen, “la inflación es el aumento sostenido y generalizado de los precios de los bienes y servicios de una economía a lo largo del tiempo”, de acuerdo con el Banco de México (Banxico), el banco central mexicano que está encargado de preservar el valor de la moneda del país.

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Un ejemplo hipotético

Pongamos un ejemplo hipotético. Supongamos que un kilo de pollo hace un año costaba US$ 5 y ahora tiene un valor de US$ 5,31 (es decir, un aumento de 6,2%, que de hecho fue la inflación anual en EE.UU. en 2021). Esto quiere decir que, si antes tenías US$ 5, podías comprarte ese kilo de pollo, pero ahora con la misma cantidad de dinero ya no te alcanza. ¿Por qué? Por la inflación: los precios subieron y tu poder adquisitivo disminuyó.

Más claro: antes podías comprar más cosas con el mismo dinero y ahora ese poder de compra bajó porque, aunque tienes la misma cantidad de dinero, los precios subieron.

Punto importante

Aquí hay que recalcar que el anterior es un ejemplo para ilustrar la subida de los precios. En realidad, el fenómeno de la inflación es más complejo.

¿Qué pasa? El Banxico explica que no se puede hablar de inflación cuando solamente sube el precio de uno o pocos productos, ni tampoco se puede hablar de inflación cuando el precio subió una sola vez y poco tiempo después ya volvió a la normalidad.

Como dice la definición, para hablar del fenómeno de la inflación, el aumento de los precios tiene que ser “sostenido y generalizado”, es decir, debe ser constante en el tiempo y abarcar a la generalidad de bienes y servicios en el mercado.

Cuando hay inflación, los precios suben en los alimentos, por supuesto; no obstante, también puedes observar aumentos en los combustibles o en los vehículos, por ejemplo. De hecho, alimentos, gas, gasolina y vehículos son de los grupos que más subidas de precio tuvieron en Estados Unidos durante el 2021, ya que en octubre registró una inflación de 6,2% en los últimos 12 meses, el mayor aumento en más de 30 años.

¿Qué provoca que suban los precios cuando se habla de inflación?

En este punto podemos hablar de varios escenarios:

  • El aumento de los costos de producción. Por ejemplo, si los precios de los combustibles suben, transportar los productos de un lugar a otro resulta más caro, por lo que los productos tienen que subir sus precios para que les genere rendimientos.
  • El aumento de salarios también puede contribuir a que suban los precios y por tanto contribuye al fenómeno de la inflación. Si los empresarios pagan más a sus empleados, es probable que tengan que subir sus precios para cubrir esos costos laborales.
  • La subida de los precios en el contexto de inflación se puede generar cuando la demanda de bienes supera la oferta. ¿Qué quiere decir esto? Relacionémoslo con el punto anterior: si un trabajador gana más dinero por un aumento de sueldo, normalmente esto provoca que compre más cosas (un aumento en la demanda); sin embargo, en el mercado no hay tantos productos para cubrir esa demanda cada vez mayor. Por tanto, al haber menos productos en los anaqueles pero más demanda por ellos, los precios suben para los pocos productos que hay (en término coloquiales, es como si fuera una competencia para ver quién tiene más para pagar).
  • Sumado a los dos puntos anteriores, también podemos encontrar otro: si hay más dinero en circulación, esto hace que la demanda aumente más allá de lo que hay disponible en el mercado (la oferta) y por ello los precios suben.

¿Cómo se mide la inflación?

Esto depende de las instituciones y de la metodología de cada país. Pero es posible hablar de algunos puntos esenciales para la medición.

  • Se tiene que hacer un seguimiento del precio de miles de productos en el país.
  • En el caso de México, por ejemplo, el seguimiento es a más de 230.000 precios que se agrupan en más de 283 categorías (de las cuales 82 son de productos de la canasta básica, como huevo, tortillas, frutas, verduras, etcétera).
  • Ya que se tienen identificados los productos y cuál es su precio, se hace un seguimiento de cuánto gastan las personas en ellos.
  • El seguimiento de los precios de los productos y del gasto en ellos suele ser semanal, quincenal, mensual o anual, justamente para ver su evolución en el tiempo.
  • Cuando se tienen los datos anteriores, se puede hacer el cálculo de cuánto ha aumentado el precio, si las subidas han sido constantes y si ha sido un aumento generalizado en todos los productos. Si es así, podemos hablar de inflación.

La inflación no es sinónimo de “malo”

Ya vimos que el aumento de los precios de los productos puede afectar los bolsillos de las personas, pues, si el producto es más caro que antes y yo tengo el mismo dinero, no me va a alcanzar para hacer mis compras (menos poder adquisitivo o, lo que es lo mismo, tu dinero vale menos).

“Si a lo largo del tiempo vemos que es cada vez menor el número de cosas que podemos comprar con la misma cantidad de dinero, tenemos menos posibilidades de ahorrar y es más difícil invertir en un negocio, esto significa que nuestro dinero vale menos. Es decir, hay inflación”, explica el Banxico.

Sin embargo, no podemos decir que la inflación por sí misma es algo malo.

La inflación es un fenómeno económico que responde a diversos factores, como ya se explicó anteriormente. Cuando la inflación es alta, es claro que nos afecta.

Pero, cuando los precios suben lentamente en un lapso determinado, se considera normal e incluso saludable para la economía (sobre todo cuando hay aumentos de sueldo), ya que hay una compra constante (y no desmedida) de los productos, lo que mantiene el dinamismo del mercado y lo que provoca crecimiento económico.

Hiperinflación y deflación

Los países suelen tener un objetivo de inflación para cada año (que requiere de factores internos y externos para cumplirse). El de Estados Unidos era de 2% para 2021 y, como es sabido, la inflación ha seguido en aumento, lo que se ha reflejado en afectaciones en los bolsillos de las personas.

Aquí hablamos de una inflación más alta de lo normal, pero no fuera de control.

Cuando la inflación está fuera de control y sube demasiado, se habla de hiperinflación, que “tiene su origen en el rápido y excesivo crecimiento de la oferta de dinero en la economía, el cual no está respaldado por una producción equivalente de bienes y servicios”, según el Banxico.

En pocas palabras, ocurre cuando la producción de bienes y servicios es mucho menor a la cantidad de dinero disponible. Tengo “mucho dinero”, pero no hay productos. Esto hace que los pocos productos en el mercado incrementen su valor de manera desproporcionada (pues hay muchas personas que buscan esa cantidad mínima de bienes disponibles) y, aunque tengan dinero, ya no me alcanza con lo que tengo porque el precio es muy elevado.

El caso más representativo de esto es Venezuela: el Fondo Monetario Internacional pronostica que la inflación en el país sudamericano para 2021 será de 2.700% (la peor en todo el mundo), o 225% por mes.

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El Banxico señala que se suele hablar de hiperinflación cuando la inflación es de 50% o más en un mes.

En el caso contrario, tenemos la deflación, que es cuando la inflación baja de manera significativa.

“Las causas de este fenómeno pueden ser varias, pero generalmente se asocian con reducciones en la oferta de dinero y en la demanda de bienes, aunque de igual forma puede resultar de una mayor producción a la requerida”, indica el Banxico.

Lo anterior quiere decir que la deflación se suele producir cuando se imprime menos dinero y la compra de bienes disminuye. Como hay menos demanda de productos, más oferta de estos por la subida de la producción y menos dinero circulando, los precios bajan y tu dinero vale más. Pareciera algo bueno, ¿no? Pero en economía todo debe ser visto con lupa.

“Si esta dinámica (de precios bajos) se prolonga, puede provocar que los consumidores decidan postergar su gasto en espera de menores precios, disminuyendo la demanda de bienes y servicios, haciendo que los negocios bajen aún más sus precios, provocando un ciclo vicioso. Lo anterior puede orillar a las empresas a producir menos, aumentando el desempleo. De esta forma, la deflación puede desembocar en una recesión económica”, explica el Banxico.