CNNE 1140213 - biden, un presidente bajo presion
Biden responde a los periodistas: Realmente no prometí de más
02:13 - Fuente: CNN

Washington (CNN) –  Cuando el presidente Joe Biden dijo de pasada en un discurso sobre el derecho al voto la semana pasada que había sido “arrestado” en el contexto del movimiento por los derechos civiles, incluso sugiriendo que había sucedido más de una vez, fue una clásica afirmación falsa de Biden: una anécdota sobre su pasado de la que no hay evidencia, provocada por una decisión de improvisar en lugar de ceñirse a un texto preparado, lo que da lugar a preguntas fácilmente evitables sobre su honestidad.

Las anécdotas imaginarias o embellecidas de Biden sobre su propia historia fueron las falsedades más memorables de su primer año en el cargo. No fueron, sin embargo, las únicas.

El presidente también hizo múltiples afirmaciones falsas sobre asuntos políticos importantes, entre los que destacan tres temas que ocuparon gran parte de su tiempo: la retirada de EE.UU. de Afganistán, la economía y la pandemia de covid-19.

Y Biden se equivocó en numerosas ocasiones al improvisar sobre una amplia gama de hechos y cifras, a veces de forma que parecía inadvertida, pero otras veces de forma que le ayudaba a hacer un punto político.

A diferencia de su predecesor, excepcionalmente deshonesto, Biden no enterró a los verificadores de hechos en una avalancha diaria de falsedades. Biden nunca estuvo cerca de hacer una decena de afirmaciones falsas en un solo discurso, y mucho menos cinco docenas de afirmaciones falsas en un solo discurso, como hizo Trump en una ocasión.

De hecho, el número total de afirmaciones falsas de Biden hasta ahora es de decenas, mientras que Trump hizo más de 1.000 afirmaciones falsas en total en su primer año y más de 3.000 al año siguiente.

Así que Biden no es Trump. Dicho esto, docenas de afirmaciones falsas del presidente de Estados Unidos no es algo poco significativo. Y teniendo en cuenta que Biden añadió decenas de afirmaciones más que eran engañosas o carecían de un contexto importante, proporcionó material más que suficiente para mantener a los verificadores de hechos en alerta.

He aquí un resumen del primer año de las inexactitudes de Biden. La Casa Blanca se negó a hacer comentarios para este artículo, pero ya ha hecho comentarios para comprobaciones individuales sobre algunas de las afirmaciones falsas que volvemos a comentar a continuación.

Afirmaciones falsas sobre su propio pasado

Biden hizo una serie de afirmaciones sobre su propio pasado que simplemente no eran ciertas. Fueron estas falsedades personales fáciles de entender y difíciles de defender, más que sus afirmaciones falsas sobre cuestiones políticas complejas o estadísticas oscuras, que los partidarios podían descartar más fácilmente como errores de buena fe, las que proporcionaron la mejor munición para los detractores que buscaban retratarlo como engañoso.

Y al igual que algunas de las historias de Trump sobre su pasado, las de Biden tendían a ser periféricas a su mensaje. En otras palabras, estaba dañando su reputación para obtener poca ganancia.

Mientras hablaba en noviembre con estudiantes de universidades técnicas que estaban cerca de un camión, Biden afirmó: “Solía conducir un tractor-remolque”, aunque solo durante “parte de un verano”. Esto era similar a algo que había dicho en unas instalaciones de Mack Trucks en julio, cuando afirmó: “Solía conducir un camión de 18 ruedas”, y añadió: “Llegué a hacerlo”. No hay pruebas de que Biden haya conducido alguna vez un gran camión; la Casa Blanca señaló previamente a CNN que una vez tuvo un trabajo conduciendo un autobús escolar (que no es un camión de 18 ruedas, ni un remolque) y que, como senador en 1973, pasó una noche en un camión de carga (no conduciéndolo).

Biden contó repetidamente una historia sobre una supuesta conversación durante su vicepresidencia con un viejo amigo, un conductor de tren de Amtrak, que simplemente no pudo ocurrir porque el hombre estaba muerto en ese momento. Se jactó repetidamente de haber viajado “17.000 millas” (más de 27.000 kilómetros) con el presidente de China Xi Jinping, una cifra que no es ni cercana a la real.

Biden desvió la atención de su mensaje sobre el derecho al voto con la afirmación infundada, que ya había hecho antes, de haber sido detenido durante una protesta por los derechos civiles; en algunas de las versiones anteriores de la historia, se había limitado a afirmar que un agente de policía lo había llevado a casa después de una protesta.

(Hay pruebas de que Biden participó en algunas actividades por los derechos civiles en su juventud, pero no hay constancia de ninguna detención).

Y Biden contó dos historias inexactas diferentes mientras intentaba destacar su conexión con la comunidad judía.

En un evento de septiembre en conmemoración del Yamim Noraim (los “Días Temibles”) Biden dijo a los líderes judíos que recordaba haber “pasado tiempo en” y “haber ido a” la sinagoga Tree of Life de Pittsburgh, el lugar de una masacre antisemita en 2018; había hablado por teléfono con el rabino de la sinagoga en 2019, pero nunca asistió. En un evento de Hanukkah en diciembre, Biden afirmó que la difunta primera ministra de Israel Golda Meir lo había invitado a reunirse con ella durante la Guerra de los Seis Días de 1967 (en realidad se reunió con ella semanas antes de la Guerra de Yom Kippur seis años después) y, más significativamente, que ella había querido que él fuera “el enlace entre ella y los egipcios sobre el Suez, etc”.

No hay ninguna prueba de que Meir quisiera utilizar a un senador novato de 30 años como “enlace” con un adversario importante.

Afirmaciones falsas sobre Afganistán

Biden se vio acosado durante el verano por su caótica retirada de las tropas de Estados Unidos de Afganistán. E hizo una serie de afirmaciones falsas al tratar de defender su gestión de la situación, socavando aún más su autoridad en una cuestión sobre la que ya estaba luchando por convencer al público.

En agosto, el presidente dijo: “¿Qué interés tenemos en Afganistán en este momento, con al-Qaeda desaparecida?”. Al Qaeda se había degradado en Afganistán, pero no había “desaparecido”, como reconoció un portavoz del Pentágono ante las cámaras ese mismo día. En una entrevista concedida esa misma semana, Biden defendió la retirada de Estados Unidos afirmando en parte que el concepto de construcción de la nación en Afganistán “nunca tuvo ningún sentido para mí”, aunque, de hecho, él había defendido explícitamente la construcción de la nación en los primeros años de la guerra, tanto en Afganistán como en un ámbito más amplio.

En julio, cuando Biden se vio presionado para reubicar rápidamente a los afganos que habían ayudado a las tropas estadounidenses, dijo que “la ley no permite” que los traductores afganos vengan a Estados Unidos a esperar la tramitación de sus solicitudes de visado. Pero los expertos en leyes de inmigración dijeron inmediatamente que esto no era cierto, dada la autoridad de la administración para conceder “libertad condicional” y, de hecho, la administración de Biden terminó utilizando la libertad condicional más tarde en el verano para hacer lo que Biden había afirmado que no estaba permitido.

En diciembre, Biden dijo en otra entrevista que “he estado en contra de esa guerra en Afganistán desde el principio”. Aunque finalmente se opuso a la guerra, no estuvo en contra de ella desde el principio, como señalaron los fact-checkers cuando hizo comentarios similares durante su campaña presidencial.

Afirmaciones falsas sobre la economía

El estado de la economía fue un campo de batalla retórico clave entre Biden y sus críticos: él sostenía que estaba prosperando; ellos, que estaba fracasando. Y aunque ambas partes citaron a menudo datos válidos, el presidente también hizo algunas afirmaciones falsas para reforzar sus argumentos.

En ocasiones, Biden exageró los avances y subestimó los problemas. Cuando se le preguntó en un foro de CNN en julio sobre la inflación en los precios de los automóviles, afirmó que el costo de un auto estaba “más o menos como antes de la pandemia”. En realidad, el costo había aumentado sustancialmente desde finales de 2019 y principios de 2020. En un discurso sobre economía pronunciado en noviembre, exageró enormemente el alcance del descenso de la tasa de desempleo durante su mandato.

Para tratar de vender sus políticas económicas, Biden a veces hizo declaraciones inexactas sobre lo que los expertos habían dicho sobre ellas. En mayo, por ejemplo, afirmó falsamente que había un consenso entre los economistas sobre el número de puestos de trabajo que crearía su Plan de Empleo Estadounidense, exageró considerablemente el número de puestos de trabajo que la empresa Moody’s Analytics, en particular, predijo que crearía el plan y afirmó falsamente que los últimos cinco dirigentes de la Reserva Federal habían dicho que el plan produciría crecimiento económico, describiendo erróneamente tanto el contenido como la autoría de un artículo que en realidad fue escrito por cinco exjefes del Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés).

Más adelante en el año, Biden enmarcó de forma engañosa otra estimación de empleo de Moody’s. Y omitió repetidamente la frase clave “a más largo plazo” en una afirmación de economistas ganadores del Nobel de que su programa Build Back Better de US$ 1,9 billones “aliviaría las presiones inflacionistas a más largo plazo”, dejando que los estadounidenses creyeran que esos economistas podrían haber dicho que su programa reduciría la inflación que afecta hoy a sus cuentas bancarias.

Afirmaciones falsas sobre la pandemia de covid-19

Muchos de los discursos del primer año de Biden tuvieron por tema la pandemia de covid-19. Biden fue excepcionalmente más preciso en este tema que Trump, tendiendo a transmitir la gravedad de la situación en lugar de igualar la retórica fantástica de su predecesor sobre cómo las malas cifras no eran realmente malas y cómo el virus simplemente desaparecería.

Pero Biden también hizo algunas afirmaciones falsas sobre este tema.

En el foro de CNN en julio, Biden hizo una promesa categórica inexacta de que “no vas a contraer covid” si estás vacunado. Estaba claro, incluso antes de la aparición de la variante ómicron, que las personas vacunadas seguían infectándose con el virus, aunque las vacunas hacían mucho menos probable que enfermaran gravemente; personas vacunadas del propio personal del presidente se habían infectado. Biden también fue demasiado lejos en el foro cuando afirmó categóricamente que “si estás vacunado, no vas a ser hospitalizado, no vas a estar en la unidad de cuidados intensivos y no vas a morir”; estos resultados también ocurren, aunque son mucho menos comunes entre las personas vacunadas.

Biden a veces exageró en el tema del trabajo de su administración para vacunar a los estadounidenses, restando importancia de forma engañosa a las compras de vacunas realizadas por la administración de Trump y, en mayo, exagerando la tasa de vacunación de Estados Unidos en comparación con las del resto del mundo. Y cometió varios errores al hablar de hechos y cifras relacionados con la pandemia.

En febrero, Biden afirmó que “los suicidios están aumentando” en medio de la pandemia; los expertos dijeron en ese momento que la afirmación era prematura, y resultó ser errónea (aunque las tasas de suicidio sí aumentaron en algunos grupos demográficos específicos). En octubre, el presidente dijo erróneamente a los estadounidenses que había “más de 800.000” puntos de vacunación en el país; había añadido un 0 más a la cifra correcta que suele utilizar, 80.000.

Afirmaciones falsas en escenarios no preparados

Cuando Biden se ceñía a los discursos preparados por su personal, tendía a ser objetivo (aunque ciertamente no era perfecto). Cuando improvisaba o participaba en intercambios sin guion con periodistas y ciudadanos, era más probable que introdujera inexactitudes, haciendo afirmaciones falsas o engañosas sobre todo tipo de temas, desde su gestión de la situación en la frontera sur, hasta la historia política de Virginia, pasando por las leyes sobre el control de armas y la cuantía de una desgravación fiscal para los propietarios de caballos de carreras.

Durante los primeros 100 días de Biden en el Despacho Oval, fue repetidamente incorrecto o engañoso al describir las acciones de la administración de Trump.

Y realizó una afirmación engañosa particularmente notable durante ese primer período. En un momento acalorado del debate nacional sobre la nueva ley electoral de los republicanos de Georgia, Biden hizo una entrevista televisiva en la que criticó la ley, en parte, por afirmar erróneamente su contenido.