ANÁLISIS | Han pasado 70 años desde que la reina Isabel II subió al trono, pero aún no comienza la celebración

(CNN) -- La reina Isabel II añade un nuevo logro a su reinado, que ya ha batido todos los récords, al convertirse el domingo en la primera monarca británica que celebra su jubileo de platino.

Pero, a pesar de sus siete décadas de servicio sin precedentes, este domingo no comenzará la celebración a bombo y platillo.

En cambio, sabemos que la monarca de 95 años estará en su casa de Sandringham, recordando a su padre, el rey Jorge VI, en el aniversario de su muerte. Al igual que en años anteriores, no se esperan compromisos públicos para ese día.

Lo máximo que se puede esperar es una nueva imagen o mensaje que marque el significado de este hito particular. Los saludos militares formales están programados para el día siguiente, el lunes, como dicta la tradición.

El momento histórico de este fin de semana pone de relieve un dilema familiar para la monarquía: conmemorar el compromiso inquebrantable del soberano pero reconocer la pérdida personal. Es algo en lo que la institución tiene mucha práctica, pero que sigue siendo un asunto tan delicado como siempre.

El primer ministro del Reino Unido Boris Johnson lo resumió esta semana diciendo en la Cámara de los Comunes que "aunque es un momento de celebración nacional, será un día de emociones encontradas para su majestad", antes de expresar su gratitud por su "incansable servicio".

La última vez que Isabel vio a su padre fue cuando ella y Felipe emprendieron una gira por la Commonwealth en 1952.

Su familia se presentó en el aeropuerto para despedir a la pareja, y el rey la saludó desde la pista. Días después, mientras la pareja estaba en Kenya, Isabel recibió una noticia devastadora: su padre, que solo tenía 56 años, había muerto mientras dormía a causa de un trombo.

"Hay que recordar que cuando ella llegó al trono en 1952, no era una época muy ilustrada en cuanto a las mujeres trabajadoras", dijo la historiadora de CNN y experta en la realeza Kate Williams. "Mucha gente pensaba que una mujer no estaba a la altura del cargo, a pesar de que la reina Victoria y todas las reinas anteriores habían sido grandes reinas en el trono".

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Williams añadió que "realmente ha demostrado, una y otra vez, que una mujer puede hacer el trabajo de monarca constitucional, tan bien, si no mejor, que un hombre".

Este fin de semana, la reina probablemente reflexionará sobre el legado de su padre y cómo su reinado ayudó a definir el propio.

Al igual que ella, Albert Frederick Arthur George, o Bertie, como lo conocía la familia, no nació para ser monarca. Eso le correspondía a su hermano mayor, que se convirtió en el rey Eduardo VIII cuando su padre murió en 1936.

Pero todo cambió cuando Bertie pasó a ocupar el lugar de su hermano, después de que Eduardo abdicara para poder casarse con Wallis Simpson. Es una parte de la historia de la realeza que todos conocemos bien, ya que ha sido inmortalizada para la pantalla en películas como "The King's Speech" y series como "The Crown".

Al heredar una monarquía en crisis, Bertie optó por el nombre de Jorge VI en un guiño a su padre y para establecer la continuidad entre sus reinados. Como dijo la historiadora Jane Ridley en la serie original de CNN "The Windsors: Inside the Royal Dynasty", el reto de Jorge era "devolver a la monarquía algo parecido a la estabilidad que tenía antes de que su hermano llegara al trono".

Y a pesar de que, según se dice, nunca quiso el cargo, Jorge VI defendió a la corona a través del escándalo y la guerra. Al conocerse la noticia de su muerte, el entonces presidente de EE.UU. Harry Truman dijo que Jorge VI había "compartido hasta el final de su reinado todas las penurias y austeridades que los días malos impusieron al valiente pueblo británico. A cambio, recibió del pueblo de toda la Commonwealth un amor y una devoción que iban más allá de la relación habitual de un rey y sus súbditos".

Se sabe que la reina era especialmente cercana a su padre, y es posible que haya heredado de él su infatigable ética de trabajo y la práctica de anteponer el deber al ego.

Durante su histórico reinado, ha nombrado a 14 primeros ministros y se ha reunido con 12 presidentes de Estados Unidos. Ha sido un faro de continuidad en un periodo de cambio sin precedentes, adaptando y modernizando la institución real con los tiempos. Su mayor logro es quizás su capacidad para seguir siendo relevante y popular, a pesar de enfrentarse a algunos de los años más tumultuosos de la historia moderna de la realeza.

Sin planes de retirarse, incluso cuando se acerca su 96º cumpleaños, se llevarán a cabo una serie de celebraciones a lo largo de todo el año, que culminarán con una gran fiesta de cuatro días en junio, en la que la nación podrá unirse a las festividades relacionadas con el jubileo.

Y si todo va bien, tal vez pronto estemos pendientes de su próximo hito, cuando la reina supere a Luis XIV de Francia para convertirse en la monarca que más tiempo ha reinado en la historia del mundo.

Robert Iddiols de CNN contribuyó con este reportaje.