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Historia Natural

Un pequeño diente descubierto en una cueva de Francia pone en duda lo que sabemos sobre los primeros humanos

Por Katie Hunt

(CNN) -- Un diente de niño descubierto en una cueva de Francia reveló la evidencia más reciente de que los seres humanos -Homo sapiens- vivían en Europa occidental.

El descubrimiento de la muela de la Grotte Mandrin, cerca de Malataverne, en el valle del Ródano, en el sur de Francia, junto con cientos de herramientas de piedra que datan de hace unos 54.000 años, sugiere que los primeros humanos vivieron en Europa unos 10.000 años antes de lo que los arqueólogos pensaban.

Además, el diente de Homo sapiens estaba intercalado entre capas de restos de neandertales, lo que demuestra que los dos grupos humanos coexistieron en la región. Estos hallazgos cuestionan la idea de que la llegada del Homo sapiens a Europa desencadenó la extinción de los neandertales, que vivieron en Europa y partes de Asia durante unos 300.000 años antes de desaparecer.

"A menudo pensamos que la llegada de los humanos modernos a Europa provocó la desaparición bastante rápida de los neandertales, pero estas nuevas pruebas sugieren que tanto la aparición de los humanos modernos en Europa como la desaparición de los neandertales es mucho más compleja que eso", dijo el coautor del estudio Chris Stringer, profesor y líder de investigación en evolución humana en el Museo de Historia Natural de Londres.

Es la primera vez que los arqueólogos encuentran pruebas de la alternancia de grupos de Homo sapiens y neandertales que vivían en el mismo lugar, y rotaron rápidamente, incluso de forma abrupta, al menos en dos ocasiones, según el estudio que se publicó el miércoles en la revista Science Advances.

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Anteriormente, la llegada de los primeros humanos a Europa se databa entre 43.000 y 45.000 años atrás, según los restos encontrados en Italia y Bulgaria, no mucho antes de que se encontraran los últimos restos de neandertales supervivientes, de entre 40.000 y 42.000 años atrás. Este marco temporal había llevado a muchos a pensar que la llegada del Homo sapiens y la desaparición de los neandertales estaban inexorablemente unidas.

Los humanos y los neandertales, que sabemos por los análisis genéticos que se encontraron y tuvieron hijos, lo que dio lugar a rastros neandertales en nuestro ADN, se cruzaron durante un periodo mucho más largo en Europa, según sugiere este estudio.

Dientes de diferentes humanos

Las protuberancias y los surcos en los dientes son un poco como las huellas dactilares para los arqueólogos, ya que dan pistas sobre la ascendencia y el comportamiento. El nivel E es el diente de Homo sapiens.

Pistas de los humanos a partir de antiguas herramientas de piedra

¿Humanos y neandertales convivieron en esta cueva francesa con vistas al valle del Ródano? Los investigadores no tienen ninguna prueba fehaciente de la interacción entre ambos grupos.

Las herramientas encontradas en los estratos que representan las ocupaciones de los Homo sapiens y de los neandertales son de estilos distintos y no muestran ningún signo de que se hayan enseñado mutuamente las técnicas de tallado o de descascarillado de la piedra. Las herramientas de piedra asociadas a los humanos, conocidas como herramientas neronianas, son más pequeñas que las utilizadas por los neandertales, conocidas como herramientas musterianas.

Pero los autores creen que es probable que los dos grupos se cruzaran en la zona, aunque el contacto directo no se produjera en esta cueva en concreto.

Los cientos de herramientas de piedra encontradas en el yacimiento sugieren que el refugio rocoso fue ocupado de forma intensiva por ambos grupos humanos, y no fue solo un lugar de paso ocasional.

Sorprendentemente, el equipo pudo determinar que el periodo entre el traslado de los neandertales y el de los primeros humanos modernos a la cueva, hace 56.000 años, fue de solo un año. Los investigadores lo hicieron mediante el mapeo y el análisis de los depósitos de hollín de los incendios realizados por los humanos en la cueva.

"El hollín se deposita en el techo del refugio rocoso, y cuando hubo un periodo en el que nadie vivía allí, no se depositó hollín", explicó Stringer.

El autor principal, Ludovic Slimak, investigador del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia y de la Universidad de Toulouse, que lleva 30 años trabajando en el sitio, dijo que creía que los dos grupos debían haber intercambiado conocimientos de alguna manera.

Según Slimak, desde el principio de su ocupación, los humanos modernos utilizaban sílex procedente de cientos de kilómetros de distancia, como demuestran las herramientas de piedra encontradas en la cueva. Esos conocimientos probablemente procedían de los neandertales autóctonos, explicó Slimak.

"Al parecer el territorio fue bien conocido por los Homo sapiens, y enseguida encontraron fuentes de sílex muy localizadas", dijo.

Homo sapiens y neandertales

El sitio en el valle del Ródano ha estado bajo excavación durante tres décadas.

"¿Cuál fue precisamente la interacción? No lo sabemos. No tenemos ni idea de si fue una relación buena o mala. ¿Era un grupo de intercambio o tenían exploradores (neandertales) que les mostraban y guiaban?".

Los investigadores dataron las capas del sitio mediante técnicas de radiocarbono y luminiscencia, que miden la última vez que los granos de mineral en la roca fueron expuestos a la luz solar. La capa que contiene el diente de niño de Homo sapiens abarca desde 56.800 hasta 51.700 años atrás. En diferentes capas, los científicos descubrieron otros ocho dientes que pertenecían a neandertales.

Herramientas de los primeros humanos modernos

Estas herramientas de piedra neronianas fueron fabricadas por los primeros humanos modernos que vivieron en Grotte Mandrin.

Desenredar la historia de la humanidad es una tarea complicada, pero en general se acepta que los humanos modernos se originaron en África y realizaron su primera migración con éxito al resto del mundo en una sola oleada hace entre 50.000 y 70.000 años.

Antes de que el Homo sapiens se convirtiera en el único superviviente, existieron y coexistieron diferentes homínidos ancestrales y se produjo un mestizaje entre los distintos grupos de humanos primitivos. Algunos de estos grupos, como los neandertales, son fácilmente identificables a través de los registros fósiles y los restos arqueológicos, pero otros, como los denisovanos, han sido identificados en gran medida por su legado genético.

El ADN podría sacar a la luz la historia

Marie-Hélène Moncel, directora de investigación del Museo Nacional de Historia Natural de Francia, en París, dijo que el descubrimiento de un solo diente humano moderno no era suficiente para retrasar definitivamente las fechas de la llegada del Homo sapiens a Europa. Dijo que se necesitaban otros restos humanos fosilizados para estar seguros de las conclusiones de este trabajo.

"Los dientes no son suficientes, hay que encontrar restos poscraneales o craneales para estar seguros", dijo Moncel, que no participó en la investigación.

Primeras herramientas de los humanos modenos

Estas diminutas puntas de piedra (de unas 0,4 pulgadas o 10 milímetros de longitud) fueron fabricadas por los primeros humanos modernos conocidos en Europa occidental.

Es posible que el ADN -ya sea directamente de los dientes o a través de nuevas e innovadoras técnicas que permiten secuenciar el ADN encontrado en los sedimentos- pueda dar cuerpo a la historia y decirnos cómo se relacionaba el grupo pionero de los primeros humanos modernos con los que llegaron después y si los neandertales que vivían en la cueva tenían los mismos orígenes.

El ADN podría mostrar pruebas de mestizaje entre ambos grupos. En la cueva de Bacho Kiro, en Bulgaria, donde se encontraron los indicios más antiguos de Homo sapiens en Europa, el ADN de esos primeros humanos modernos tenía un 3% de neandertal.

Los dientes se conservan bien en el registro fósil, y sus protuberancias y surcos son un poco como las huellas dactilares para los arqueólogos, ya que dan pistas sobre la ascendencia y el comportamiento. Según los investigadores, la forma del diente y su estructura interna sugieren fuertemente que pertenece a un niño humano moderno, aunque el diente esté dañado.