Hong Kong (CNN) – La ciudad de Sanya, en la isla tropical china de Hainan, es conocida por sus playas de arena, sus hoteles de lujo y sus compras libres de impuestos. Ha sido durante mucho tiempo una escapada popular para las familias chinas de clase media y alta.
Sin embargo, desde el fin de semana, lo que comenzó como una escapada vacacional se ha convertido en una pesadilla de viaje llena de estrés para decenas de miles de turistas, que se encuentran atrapados en un confinamiento repentino impuesto por las autoridades para frenar un brote de covid que se está extendiendo.
El brote, impulsado por una subvariante de ómicron altamente infecciosa que las autoridades achacan al contacto con comerciantes de marisco de ultramar en un puerto pesquero, ha infectado a más de 1.200 personas en Sanya desde el 1 de agosto. También se ha extendido a una docena de otras ciudades y condados de Hainan, infectando a más de 200 personas.
Se trata de un brote importante según los estándares de la política china de “cero covid”, cuyo objetivo es sofocar rápidamente los brotes locales con cierres repentinos, pruebas masivas, rastreo exhaustivo de contactos y cuarentena.
Este sábado, el gobierno de Sanya cerró apresuradamente la ciudad de un millón de habitantes, incluidos unos 80.000 turistas. Los visitantes que deseen salir deben mostrar cinco pruebas negativas de covid tomadas durante siete días, y las autoridades no especificaron cuándo se levantarán las medidas.
El transporte público fue suspendido, se restringió la circulación de personas dentro de la ciudad a los servicios de emergencia y se interrumpieron los enlaces de transporte.
Más del 80% de los vuelos que salían de Sanya fueron cancelados este sábado, según datos de la empresa de seguimiento de vuelos Variflight. Todos los trenes que salían de la ciudad también fueron cancelados, dijo el sábado la cadena estatal CCTV.
Las cancelaciones masivas y repentinas de vuelos provocaron escenas de caos en el aeropuerto el sábado, cuando se ordenó a algunos pasajeros que ya habían abordado que abandonaran el avión, según informaron los medios estatales.
Un video ampliamente compartido en las redes sociales chinas muestra a un funcionario local intentando en vano aplacar a decenas de viajeros frustrados frente a la comisaría del aeropuerto.
Hablando por un megáfono, el funcionario prometió que el gobierno proporcionaría comida gratuita y alojamiento en un hotel a los viajeros varados, mientras un anillo de agentes de policía se situaba a su alrededor y hacía retroceder a la multitud.
“¡Quiero irme a casa! ¡Ir a casa! ¡Ir a casa!”, coreaba la multitud en respuesta.
Estancias forzadas
Las fronteras de China han estado cerradas a los turistas internacionales desde el comienzo de la pandemia, lo que significa que los puntos turísticos como Sanya dependen aún más de los viajeros nacionales.
El gobierno de Sanya dijo este sábado que los turistas con vuelos cancelados podían reservar habitaciones de hotel con descuento. Sin embargo, para algunas familias, la estadía forzada de una semana puede tener un costo elevado, sobre todo porque la economía china se ha visto afectada por la política de cero covid.
Este domingo, el sitio web de noticias estatal The Paper informó de que una familia de 13 miembros de la ciudad suroccidental de Chengdu tendría que gastar unos US$ 26.600 por una semana extra en su hotel de cinco estrellas, incluyendo cargos de más de US$ 100 por persona por los bufés de comida y cena.
El informe causó un gran revuelo en las redes sociales chinas, con un hashtag relacionado que atrajo 270 millones de visitas en el sitio de microblogging chino Weibo hasta el lunes por la tarde. Muchos comentarios expresaban su simpatía hacia la familia, mientras que otros se preguntaban por qué no se habían trasladado a un hotel más barato. Después de la protesta, la familia dijo que pudo acceder a opciones de comida más baratas en el hotel.
Otras publicaciones en las redes sociales de turistas atrapados en Sanya acusaron a algunos hoteles de subir sus precios para sacar provecho de las estancias forzadas. En una conferencia de prensa celebrada el domingo, el gobierno de Sanya se comprometió a estudiar las quejas.
El gobierno dijo que más de 3.200 turistas atrapados en el aeropuerto este sábado recibirían siete días de alojamiento y comida. Y unos 5.000 trabajadores habían sido enviados a Hainan desde otras partes del país para ayudar en una campaña de pruebas masivas de covid, añadieron las autoridades.
¿Cuándo terminará?
Para muchos turistas varados, la mayor preocupación es si se les permitirá salir después de siete días. Temen que el confinamiento se prolongue si el número de contagios aumenta a pesar de las restricciones.
Las escuelas de China volverán a abrir tras las vacaciones de verano dentro de tres semanas, y es posible que algunas empresas no permitan a sus empleados trabajar a distancia durante semanas.
El lunes, el aeropuerto de Sanya canceló todos sus 418 vuelos, según el sitio de seguimiento de vuelos Variflight.
Entre los turistas atrapados se encontraban residentes de Shanghái que habían ido a Hainan a pasar las vacaciones de verano después de soportar un agotador confinamiento de dos meses en el centro financiero chino a principios de este año.
Un residente extranjero de Shanghái que llegó a Sanya el 26 de julio dijo que tuvo que dejar su hotel el jueves pasado porque fue requisado por el gobierno local como instalación de cuarentena. El hotel solo le avisó con un día de anticipaicón y lo dejaron a su suerte para encontrar otro alojamiento, dijo.
En los últimos cinco días, ha hecho largas colas para someterse a seis pruebas de covid, dijo.
“Esta situación es insostenible”, dijo el turista, que pidió que no se le nombrara por temor a una reacción nacionalista. “Es un poco como una ruleta rusa sobre dónde vas, y si esa zona va a ser confinada o no”.
Para muchos viajeros conscientes de las restricciones de covid del país, Hainan se había considerado un lugar seguro porque en el pasado ha reportado muy pocos casos.
Otros lugares de interés turístico también se han visto afectados recientemente por los bloqueos abruptos. El mes pasado, más de 2.000 turistas quedaron atrapados en la ciudad turística de Beihai, en el sur de China, después de que se impusiera un confinamiento luego de 500 infecciones.