La actriz Eva LaRue el 5 de octubre de 2020, en Universal City, California.

Nota del editor: esta historia detalla amenazas de violencia sexual que podrían resultar inquietantes o perturbadoras.

(CNN) – Las cartas amenazantes comenzaron en marzo de 2007.

Llegaron por correo a la casa de Eva LaRue en el sur de California —a veces escritas a mano, a veces mecanografiadas— de un remitente desconocido que se hacía llamar “Freddie Krueger” y juraba que iba a violarla y matarla a ella y a su hija.

Las cartas —más de tres docenas— siguieron llegando durante más de 12 años, en lo que constituyó un ataque psicológico implacable que hizo que la actriz de “CSI: Miami” y su familia tuvieran miedo de salir de su casa.

Al principio, algunas cartas mencionaban a la hija de LaRue, que entonces tenía cinco años, pero en 2015 empezaron a llegar cartas dirigidas directamente a la niña. El acosador también comenzó a llamar a la escuela de la hija de LaRue, diciendo que era su padre y que estaba fuera para recogerla.

Con la ayuda de la genealogía genética, una ciencia que se utilizó por primera vez en California para capturar al llamado “asesino del Golden State”, el FBI pudo tomar el ADN de los sobres en 2019 y pasarlo por una base de datos, lo que arrojó una lista de los familiares del sospechoso. Esto les llevó finalmente a un pequeño pueblo de Ohio, donde detuvieron a un hombre de 58 años tras extraer su ADN de una pajilla desechada en un Arby’s.

James David Rogers fue condenado el jueves a 40 meses de prisión federal. El hombre de Heath, Ohio, se declaró culpable en abril de dos cargos de envío de comunicaciones amenazantes, un cargo de amenazas mediante comunicaciones interestatales y dos cargos de acoso.

“Te perdono, pero no puedo olvidar”, le dijo LaRue en la sentencia en un tribunal del condado de Los Ángeles. “El miedo me acompaña para siempre”.

David Caruso y Eva LaRue en un episodio de la serie de CBS "CSI: Miami".

Doce años de terror

LaRue es una ex reina de belleza y actriz de larga trayectoria que apareció durante muchos años como doctora en la telenovela “All My Children”. Probablemente es más conocida por sus siete temporadas en el drama criminal “CSI: Miami”, que finalizó en 2012.

Su personaje era una analista de ADN para el Departamento de Policía de Miami-Dade, lo que se convirtió en una amarga ironía cuando las autoridades encontraron ADN en los sobres que contenían las cartas amenazantes, pero no pudieron identificar a un sospechoso.

LaRue estaba a mitad de su segunda temporada completa en “CSI: Miami” cuando la primera carta apareció en su casa. Pronto le siguieron otras.

“Te voy a acosar hasta el día que te mueras”, decía una, según una acusación federal de 2019 contra Rogers.

“No habrá ningún lugar en esta tierra en el que yo (…) (no pueda) encontrarte. Voy a violarte”, decía otra carta, en la que el acosador también amenazaba con violar y dejar embarazada a la hija de LaRue.

Las cartas estaban firmadas por “Freddie Krueger”, el asesino ficticio de la serie de películas de terror “A Nightmare on Elm Street”. Muchas de ellas llevaban matasellos de Youngstown, Ohio.

LaRue dijo a CNN que estaba tan aterrorizada que finalmente vendió su casa y se mudó con su familia a Italia, donde vivieron durante varios meses con un amigo. Luego regresó a California y compró una nueva casa a través de una compañía de responsabilidad limitada (un tipo de empresa conocida por la sigla LLC en inglés) para proteger su identidad, pero las cartas comenzaron a aparecer en esa dirección también, dijo.

LaRue y su hija “hacían rutas enrevesadas para volver a casa, dormían con armas cerca y tenían discusiones sobre cómo buscar ayuda rápidamente si [Rogers] las encontraba e intentaba hacerles daño”, escribieron los fiscales federales en un memorando de sentencia.

“Intentaron mantener en el anonimato sus direcciones lo más posible evitando recibir correo y paquetes en su dirección real”, dijeron los fiscales. “En vano. Cada vez que se mudaban, (las) cartas —y el terror de las víctimas— siempre los seguían”.

En 2015, la familia comenzó a recibir cartas dirigidas a la hija de LaRue. En ese momento ella tenía unos 13 años.

“Soy el hombre que ha estado acechando durante (los) últimos 7 años. Ahora también te he echado el ojo a ti”, decía la primera, según la acusación. Otra decía: “Estás muy guapa en tus fotos de Google. Estás preparada para ser la madre de mi hijo”.

Cómo atrapó el FBI al acosador

El FBI recogió el ADN de muchos de los sobres pero no supo de quién era hasta 2019, cuando recurrió al  campo emergente de la genealogía genética, el mismo método que había señalado al asesino del Golden State el año anterior.

Gracias en parte a empresas como 23andMe, Ancestry y GEDmatch, la genealogía genética se ha convertido en una valiosa herramienta para los agentes de la ley que tratan de resolver viejos crímenes. Las autoridades suben un archivo de datos de ADN a una base de datos pública para identificar a cualquier pariente de la persona que pueda haber enviado su ADN para ser analizado. A continuación, construyen árboles genealógicos y reducen los posibles sospechosos mediante un trabajo detectivesco a la antigua usanza hasta que surge un sospechoso principal.

Aun así, los investigadores deben obtener una muestra de ADN del sospechoso y que exista una coincidencia antes de poder realizar una detención.

Una vez que las pruebas apuntaron a Rogers, los agentes del FBI comenzaron a vigilarlo. Los agentes viajaron a Ohio en el otoño de 2019, dijeron a CNN el ex agente especial del FBI Stephen Busch y el exabogado del FBI Steve Kramer.

Un día, Rogers salió de su trabajo como asistente de enfermería en un centro de vida asistida y fue a un Arby’s de camino a su casa. El FBI lo siguió y vio cómo comía y descartaba la bolsa en un contenedor de basura, dijeron Busch y Kramer.

Los agentes allanaron el contenedor y extrajeron el ADN de Rogers de una pajilla de refresco que había en la bolsa, indicaron Busch y Kramer. Y coincidía con el ADN de los sobres enviados a LaRue y su hija.

El FBI detuvo a Rogers en su casa una madrugada de noviembre de 2019.

La condena de Rogers marca la primera vez que la genealogía genética ha resuelto un caso a nivel federal, dijeron Busch y Kramer a CNN.

Su miedo persiste

En su sentencia del jueves, Rogers le dijo al juez a través de un video desde Ohio que creció en un hogar abusivo y fue víctima de bullying en la escuela. Dijo que recibe tratamiento de salud mental.

“Me disculpo sinceramente por lo que hice durante los últimos 12 años, haciéndole pasar a usted y a su familia por un comportamiento infernal”, afirmó a LaRue. “Acepto toda la responsabilidad. Espero que pueda dejar esto atrás y que en algún momento no vuelva a pensar en mí”.

LaRue se dirigió entonces a Rogers, agradeciéndole sus disculpas pero diciéndole al juez: “Me preocupa mucho lo que pueda pasar cuando salga”.

LaRue y su hija, Kaya McKenna Callahan, en la 27ª Gala Anual de LA Art Show el 19 de enero de 2022, en Los Ángeles.

LaRue se mostró conmocionada al relatar al tribunal cómo las repetidas amenazas les pasaron factura a ella y a su familia y les privaron de libertades básicas.

“Llevamos años así”, comentó. “Esto va más allá del comportamiento desviado”.

La hija de LaRue, Kaya Callahan, que ahora tiene 20 años, también se emocionó al contar al tribunal cómo quedó traumatizada por las amenazas de Rogers.

Después de que Rogers se pusiera en contacto con su escuela, dijo que había tal “paranoia” sobre su seguridad que la escoltaban todos los días para ir y venir del edificio de la escuela al estacionamiento.

“Temía por mi vida”, dijo. Callahan asegura que su miedo aún persiste. “Quiero volver a sentirme bien”, afirmó. “A salvo”.