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Rusia

Así fue la agonizante decisión de Biden para aceptar un acuerdo para liberar a Brittney Griner pero que dejó a Paul Whelan en Rusia

Por Kevin Liptak, Phil Mattingly

(CNN) -- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ya había informado personalmente a Cherelle Griner que su esposa sería liberada de la detención rusa cuando llegaron los asistentes con más noticias: Brittney Griner ahora estaba segura fuera de Rusia... y al teléfono.

“Es Joe Biden”, dijo el presidente cuando pasaron la llamada. “¡Bienvenida, bienvenida a casa!”.

Liberan a Brittney Griner de una prisión rusa 4:42

Casi diez meses después de que Brittney Griner fuera arrestada en un aeropuerto de Moscú, el momento de júbilo en la Oficina Oval el jueves representó la culminación de negociaciones prolongadas y frustrantes y una decisión dolorosa que dejó a otro estadounidense detenido decepcionado y preguntándose cuál sería su destino.

En conversaciones a través de una variedad de canales gubernamentales, los funcionarios rusos fueron claros con sus homólogos estadounidenses: liberarían a Griner, y solo a Griner, a cambio de Viktor Bout, un traficante de armas ruso condenado apodado el "mercader de la muerte".

Debido al perfil extremadamente alto del asunto, era seguro que esas condiciones habían sido establecidas por el propio presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo un funcionario estadounidense.

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A pesar de los intentos de Biden de vincular el caso de Griner con el de Paul Whelan, un exmarine estadounidense arrestado por cargos de espionaje en 2018 y sentenciado a 16 años de prisión dos años después, recientemente quedó claro que Putin no cedería.

“La elección era traer a Brittney Griner a casa ahora mismo, o no traer a nadie a casa ahora”, dijo un alto funcionario de la administración.

Con el invierno acercándose en la colonia penal donde estaba recluida Griner, Biden se enfrentó a una singular decisión presidencial. Darle la bienvenida a Griner a casa cumpliría una promesa y terminaría con la pesadilla que ella y su familia sufrían.

Pero cualquier victoria se vería atenuada por la incapacidad de asegurar la libertad de Whelan y el inevitable retroceso por la liberación de uno de los traficantes de armas más prolíficos de las últimas décadas.

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La situación se complicó aún más cuando altos funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, molestos ante la perspectiva de liberar a una figura notoria que había tomado años capturar y alarmados por el precedente que sentaría la liberación de Bout, plantearon fuertes objeciones.

Biden aceptó el acuerdo.

“Brittney pronto estará de vuelta en los brazos de sus seres queridos y debería haber estado ahí todo el tiempo”, dijo el presidente desde el Salón Roosevelt, donde se le unió la esposa de Griner. “Este es un día por el que hemos trabajado durante mucho tiempo”.

Momentos antes en Abu Dhabi, Griner había bajado del avión que la transportaba al aire del Medio Oriente, cincuenta grados más cálido que el de Moscú, y sonrió, dijo un funcionario estadounidense.

Concretando el acuerdo

A comienzos de esta semana, los funcionarios de EE.UU. habían empezado a confiar en que la resolución del caso de Griner no solo era posible, sino probable. Biden dio la aprobación final a los parámetros del acuerdo y puso en marcha el intercambio de prisioneros.

La decisión se compartió solo con un grupo muy definido de funcionarios para evitar que la noticia saliera a la luz antes de que Griner estuviera bajo custodia estadounidense, explicó un funcionario. A los funcionarios estadounidenses les preocupaba que Rusia se retractara de la promesa después de las repetidas advertencias del Kremlin de que el asunto no debería discutirse en público. También pensaban en la guerra en curso en Ucrania, y desconfiaban de que cualquier escalada importante tuviera el potencial de descarrilar el plan. Los funcionarios de la Casa Blanca estaban tan preocupados de que el frágil acuerdo pudiera colapsar que Biden no firmó los papeles de conmutación de Bout hasta que Griner estuvo en Abu Dabi y a la vista de un comité de bienvenida estadounidense.

Viktor Bout

Viktor Bout tras las rejas de una celda del Tribunal Penal de Bangkok el 16 de febrero de 2010. (Crédito: NICOLAS ASFOURI/AFP via Getty Images)

La esposa de Griner, quien llegó a Washington el miércoles, fue invitada a una reunión matutina en la Casa Blanca programada para el jueves. Inicialmente, tenía previsto reunirse con el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan, quien le había informado varias veces durante el transcurso de las negociaciones.

Griner, en ese momento, había sido trasladada de la colonia penal donde había estado recluida a Moscú: una señal concreta de una resolución inminente. Cuando Cherelle Griner llegó a la Casa Blanca para la reunión con Sullivan, se hizo evidente que la pregunta clave ya no era si liberarían a su esposa, sino cuándo.

Cherelle Griner esperó en la Casa Blanca durante un breve período de tiempo antes de que quedara claro que la reunión planeada con Sullivan había cambiado. Una persona en particular quería dar la noticia oficial de que el calvario de casi 10 meses de Griner había llegado a su fin.

La condujeron a la Oficina Oval, donde Biden la estaba esperando para decirle que Griner estaba oficialmente de camino a casa.

Los funcionarios reconocieron que el vuelo de Griner hacia la libertad fue solo el primer paso de lo que probablemente será un proceso difícil y emocionalmente discordante para la atleta profesional en las próximas semanas y meses. Se ha preparado una variedad de programas de apoyo, desarrollados en todo el gobierno de EE.UU. durante años para abordar las necesidades de los detenidos y rehenes que regresan al país, para que los utilice Griner.

Biden, quien ha sido informado sobre lo que se avecina, según los funcionarios, hizo su propia súplica pública al anunciar la liberación de Griner.

“El hecho es que ella perdió meses de su vida, experimentó un trauma innecesario y merece espacio, privacidad y tiempo con sus seres queridos para recuperarse y sanar tras su detención injusta”, dijo.

Casos entrelazados

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Siendo una atleta estrella con una esposa abierta y una base dedicada de seguidores, incluidas varias celebridades, el caso de Griner captó la atención del público y aumentó la presión sobre Biden para asegurar su liberación durante el año pasado. La Casa Blanca describió que sufrió “circunstancias intolerables” durante su detención. Y había preocupación por la salud y el bienestar de Griner, que es negra y lesbiana, mientras estaba detenida en Rusia.

Su caso también sirvió para amplificar la difícil situación de Whelan, cuyo arresto por cargos de espionaje resultó en una condena en 2020 y una sentencia de prisión de 16 años. Funcionarios estadounidenses han dicho que el juicio fue injusto y que los cargos fueron fabricados.

En julio, Griner le escribió una carta a Biden diciendo que estaba “aterrorizada de estar aquí para siempre”. Ella le pidió que hiciera todo lo posible para llevarla a casa. En la Casa Blanca, Biden se reunió por primera vez con la esposa de Griner para mostrarle la carta que le enviaba en respuesta.

Más tarde ese mes, la Casa Blanca tomó la inusual decisión de revelar públicamente que había puesto sobre la mesa una oferta significativa para asegurar la liberación de Griner y Whelan. Por Griner y Whelan estaban dispuestos a intercambiar a Viktor Bout, quien fue condenado en 2011 por cargos que incluyen conspirar para matar a ciudadanos estadounidenses.

Los funcionarios estadounidenses expresaron una intensa frustración porque Rusia parecía rechazar la propuesta.

Paul Whelan, detenido en Rusia

Paul Whelan se encuentra en una celda de detención mientras espera una audiencia en la sala de un tribunal en Moscú, Rusia, el 23 de agosto de 2019.

Detrás de escena, los funcionarios rusos dijeron a sus homólogos que liberar a dos estadounidenses detenidos por un prisionero ruso era imposible. Sin embargo, cuando los funcionarios estadounidenses buscaron plantear otras opciones que aseguraran la liberación de Whelan junto con la de Griner, se encontraron con una resistencia significativa.

Un alto funcionario de la administración dijo que EE.UU. había “tratado de articular otras opciones, otras categorías de opciones, para crear el espacio para realmente tener el regateo que queremos tener”, y describió que las otras categorías involucran a personas bajo custodia de EE.UU.

“Si estás regateando, te estás acercando”, dijo el funcionario. “Y, en cambio, no hemos tenido ningún cambio o suavizamiento de una respuesta que es simplemente una demanda de algo que simplemente no podemos proporcionar porque no está bajo nuestro control”.

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Cuando quedó claro que Whelan no sería liberado junto con Griner, la hermana de Whelan fue visitada en persona por altos funcionarios del gobierno de EE.UU. para “compartir y hablar” sobre las noticias. Otro alto funcionario estadounidense habló extensamente el jueves con el propio Whelan.

En una llamada telefónica con CNN el jueves, Whelan expresó su frustración porque no se ha hecho más para asegurar su liberación.

“Fui arrestado por un crimen que nunca ocurrió”, dijo desde la colonia penal donde está recluido en una parte remota de Rusia. “No entiendo por qué sigo sentado aquí”.

La hermana de Paul Whelan, Elizabeth Whelan, habló con Biden el jueves por la tarde, le dijo a CNN.

Ella lo describió como una “buena decisión”.

'Mercader de la muerte'

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A medida que surgían las líneas generales del acuerdo durante la semana pasada, los funcionarios de la Casa Blanca informaron a otras agencias del gobierno de EE.UU. que los rusos solo aceptarían cambiar a Bout por Griner. Los funcionarios del Departamento de Justicia, que siempre se opusieron a liberar a Bout, expresaron su frustración porque, en su opinión, un acuerdo anterior que incluía a Whelan había empeorado.

Un funcionario dijo que los agentes del orden público plantearon enérgicas objeciones, pero se les dijo que ya se había tomado la decisión. Para los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley del FBI y la Administración de Control de Drogas, que dedicaron años y elaboraron esfuerzos para tratar de capturar a Bout, la liberación de este planteó preocupaciones adicionales sobre el precedente que podría sentar el acuerdo.

La administración de Biden realizó una evaluación de seguridad en el período previo a que Biden diera luz verde final para aceptar el acuerdo para cambiar a Griner por Bout. En última instancia, la conclusión de la evaluación fue que “Bout no era una amenaza para la seguridad de Estados Unidos”, dijo un funcionario estadounidense a CNN.

Una realidad que tuvo en cuenta la evaluación, dijo el funcionario, es el hecho de que Bout ha estado en prisión durante más de una década y no ha participado activamente en ninguna actividad delictiva reciente.

Aparte de decir que la evaluación de seguridad realizada sobre Bout fue “exhaustiva”, el funcionario no dio más detalles sobre cómo Estados Unidos podía estar seguro de que el traficante de armas ruso no representaría un riesgo futuro para el país.

La publicidad en torno a Griner, incluidas celebridades que publicaron críticas a la Casa Blanca de Biden en las redes sociales por no actuar más rápido para asegurar su liberación, pareció aumentar el precio ruso por la liberación de Griner, dijeron funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.

Eso se sumó a las preocupaciones de que el acuerdo aumenta la probabilidad de que Rusia, Irán y otros países puedan usar el arresto de estadounidenses para tratar de usar la publicidad para obtener concesiones que, de lo contrario, EE.UU. no daría.

Hablando el jueves, un funcionario de la administración rechazó la noción de que la liberación de Bout sentara un nuevo precedente para asegurar la liberación de los estadounidenses y dijo que los gobiernos hostiles se equivocarían si interpretaran el canje del jueves de esa manera.

“Cualquier inferencia de que de alguna manera esto se ha convertido en la norma sería un error, y no creo que los gobiernos de todo el mundo sean sabios al hacer esa inferencia”, dijo el funcionario. “Pero en el raro caso de que sea imperativo que los estadounidenses regresen a casa, lo cual es una verdadera prioridad para este presidente, a veces no quedan alternativas y se debe pagar un alto precio”.

Evan Perez, Jennifer Hansler, MJ Lee y Kylie Atwood de CNN contribuyeron con este reportaje.