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Análisis

ANÁLISIS | El coraje y la rebeldía de Zelensky personifican a la nación que lidera

Por análisis de Stephen Collinson

(CNN) -- Si alguna vez un líder personificó a su nación, ese fue Volodymyr Zelensky.

Inquebrantable, rebelde, un civil obligado a vestir ropa militar, el presidente de Ucrania pasó este miércoles por la ciudad de Washington, en un audaz primer viaje fuera de su país desde la invasión brutal y no provocada de Rusia en febrero. Expresó su más sincera gratitud por las armas y municiones multimillonarias de Estados Unidos, pero dejó en claro que no dejará de pedir más.

En una aparición en la Casa Blanca con un simbolismo extraordinario, junto al presidente Joe Biden y ante el Congreso, Zelensky también dio noticias difíciles de asimilar. Por ejemplo, que la larga y sangrienta batalla por la libertad, la democracia y, en última instancia, la supervivencia de una nación que el presidente ruso, Vladimir Putin, dice que no tiene derecho a existir —una lucha para la que todavía no está claro que el mundo libre tenga estómago—, está lejos de terminarse.

El actor cómico convertido en héroe de guerra efectivamente puso el destino de millones de ucranianos en manos de legisladores, contribuyentes y familias estadounidenses en un momento en que existe un creciente escepticismo entre la mayoría republicana entrante de la Cámara sobre el costo de la participación de Estados Unidos en el conflicto.

En un emotivo momento de su discurso, Zelensky entregó a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y a la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, una bandera ucraniana que recuperó del frente de batalla más candente en Bajmut este martes.

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Experto: La guerra en Ucrania es una amenaza para Europa 2:44

“Nuestros héroes... me pidieron que les trajera esta bandera, al Congreso de los Estados Unidos, a los miembros de la Cámara de Representantes y a los senadores cuyas decisiones pueden salvar a millones de personas”, dijo.

“Entonces, que se tomen esas decisiones. Que esta bandera se quede con ustedes”.

Esas imágenes encapsularon el dominio de Zelensky de la alusión histórica y del teatro de relaciones públicas. Argumentó que la guerra en Ucrania estaba en un punto de inflexión, haciendo una analogía con la Batalla de Saratoga —un punto clave para un ejército superado en armas contra una superpotencia enemiga en la guerra revolucionaria de Estados Unidos—. Evocó el heroísmo de los soldados estadounidenses en trincheras heladas en la Batalla de las Ardenas durante la Navidad de 1944, que frustró el último esfuerzo de la Alemania nazi para repeler la liberación aliada de Europa. Y citó al presidente Franklin Roosevelt en tiempos de guerra para prometer una victoria segura y duramente ganada para la libertad.

“El pueblo estadounidense, en su justa fuerza, logrará la victoria absoluta”, dijo Zelensky, citando a Roosevelt. “El pueblo ucraniano también ganará, absolutamente”.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, habla al Congreso de EE.UU., mientras la vicepresidenta, Kamala Harris, y la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, sostienen una bandera ucraniana firmada por los soldados en el frente de batalla. (Crédito: Mandel NGAN / AFP)

En términos más amplios, su mensaje fue que la lucha de Ucrania no era solo un conflicto por un antiguo rencor en los márgenes de la antigua Unión Soviética. por el contrario, dijo que su lucha es la de Estados Unidos y la de todos: contener la tiranía y salvar a la democracia global.

“La batalla no es solo por la vida, la libertad y la seguridad de los ucranianos o de cualquier otra nación que Rusia intente conquistar”, dijo. “Esta lucha definirá en qué mundo vivirán nuestros hijos y nietos y sus hijos y nietos”.

Las múltiples audiencias de Zelensky

Como cualquier político, Zelensky se dirigió a múltiples audiencias a la vez.

— A Putin, quien pensó que derrocaría a Zelensky y a su nación en una guerra relámpago en febrero, le envió una señal de resistencia heroica respaldada por EE.UU., después de volar a Washington en un avión de la Fuerza Aérea estadounidense, mostrando a los rusos que pelean en una guerra que no podrán ganar.

— A los estadounidenses, Zelensky les manifestó su profundo agradecimiento por los miles de millones de dólares en armas y en asistencia, la pasada y la que vendrá. Implícitamente, argumentó que no podían abandonar a este valiente héroe de la independencia sin suprimir también algo de su propia identidad nacional patriótica.

— Para la mayoría republicana entrante de la Cámara, algunos de cuyos miembros quieren cortar las ayudas para Ucrania, la bienvenida obtenida por el heroico líder ucraniano en la Cámara sugirió que se avergonzarían si optan por abandonarlo.

— Para los europeos, que soportan su propio invierno sombrío con altos precios de la electricidad y la calefacción después de cortar el suministro de energía rusa, y que podrían estar dispuestos a presionar para que se ponga fin al conflicto en los términos de Putin, Zelensky mostró que Occidente está unido y el significado de las palabras de Biden cuando dijo este miércoles que Estados Unidos estará “durante el tiempo que sea necesario”.

— Y a los ucranianos agazapados en los sótanos y a los soldados en la línea del frente, les demostró que no están solos mientras los ataques rusos a sus plantas de energía complican el invierno.

“Celebraremos la Navidad, tal vez a la luz de las velas. No porque sea más romántico, no, sino porque no habrá electricidad”, dijo. “Celebraremos la Navidad y aunque no haya electricidad, la luz de nuestra fe, en nosotros mismos, no se apagará”.

Detrás de la pompa, preguntas políticas sobre el poder de permanencia de EE.UU.

Pero la retórica inspiradora y el porte heroico de Zelensky no pudieron ocultar las incertidumbres y los riesgos de una guerra en la que EE.UU. ya está peleando a distancia con su rival y superpotencia nuclear, Rusia.

Zelensky señaló repetidamente que, a pesar de la generosidad al respecto del apoyo de la artillería estadounidense y de la llegada inminente de armas de alta tecnología como una batería de misiles Patriot que Biden presentó este miércoles, su nación aún era superada en número y en armas.

Joe Biden junto a Volodymyr Zelensky en la Casa Blanca (Crédito: BRENDAN SMIALOWSKI/AFP via Getty Images)

“¿Qué va a pasar después de que se instalen los Patriots? Después de eso, enviaremos otra señal al presidente Biden de que nos gustaría tener más Patriots”, dijo Zelensky durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca. En su discurso ante el Congreso dijo: “Tenemos artillería, sí, gracias. Lo tenemos. ¿Es suficiente? Honestamente, no lo es”. En ambas ocasiones, estaba bromeando, pero eso no significaba que no hablara serio. En su discurso ante el Congreso, Zelensky suplicó a Washington que enviara más armas ofensivas para impulsar la victoria.

“Les aseguro que los soldados ucranianos pueden operar perfectamente los tanques y aviones estadounidenses”, dijo Zelensky a los legisladores.

Su comentario abordó un raro punto de discordia en medio de la ceremonia. Si bien Ucrania está desesperada por armas para llevar adelante una lucha más dura contra Rusia, el destino de su país no es lo único que Biden debe considerar.

El presidente de Estados Unidos limitó la potencia de las armas que envía a la batalla, equilibrando la necesidad de defender una democracia europea con el deseo de no desencadenar un choque directo desastroso con Rusia y evitar cruzar líneas rojas a menudo invisibles, y cuya ubicación solo conoce Putin.

“Ahora dices, ¿por qué no le damos a Ucrania todo lo que hay para dar?”, dijo Biden en la Casa Blanca, explicando que otorgar una fuerza abrumadora hacia Ucrania podría fracturar el consenso transatlántico necesario para apoyar la guerra.

“Vamos a darle a Ucrania lo que necesita para poder defenderse, para poder salir victoriosos y tener éxito en el campo de batalla”, dijo Biden, argumentando que los aliados europeos entienden íntimamente lo que está en juego. Pero agregó: “No buscan ir a la guerra con Rusia. No están buscando una tercera guerra mundial”. Y él tampoco.

Zelensky también tenía un mensaje para algunos miembros de la mayoría republicana entrante, que se muestran escépticos sobre la ayuda masiva para Ucrania, y para el posible nuevo presidente de la Cámara, el representante Kevin McCarthy, quien advirtió nuevamente después del discurso de este miércoles que no apoyaba la idea de entregar un cheque en blanco para Ucrania.

“Su dinero no es caridad. Es una inversión en la seguridad y en la democracia global que manejamos de la manera más responsable”, dijo Zelensky.

Sin embargo, dada la furia partidista que estallará en un Washington dividido el próximo año, no hay garantía de que los legisladores estadounidenses puedan siquiera financiar a su propio Gobierno, y mucho menos a uno que luche por su supervivencia a miles de kilómetros de distancia.

Varios miembros republicanos que han expresado reservas sobre la ayuda a Ucrania, como los representantes Lauren Boebert de Colorado y Matt Gaetz de Florida, no se atrevieron a aplaudir cuando se presentó a Zelensky.

La visita de Zelensky recordó una visita anterior a Washington que comenzó hace 81 años este jueves, por otro líder de una nación oscura y devastada por las bombas, desesperado por la ayuda de Estados Unidos para cambiar el rumbo y lograr una victoria sobre el totalitarismo.

Pelosi, probablemente presidiendo su último gran evento en el Congreso, recordó cómo su padre estaba en la Cámara, como congresista de Maryland, cuando el primer ministro británico Winston Churchill se dirigió al Congreso estadounidense el 26 de diciembre de 1941. Zelensky tomó prestada una de las mejores líneas del gran estadista, quien también se presentó como el símbolo del coraje de una nación.

“Ucrania mantiene sus líneas y nunca se rendirá”, dijo.