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Ucrania

Esta mujer ucraniana de 102 años sobrevivió a la hambruna de Stalin y ahora confecciona trajes de camuflaje para francotiradores

Por Sarah Dean, Sam Kiley

(CNN) -- Tapices tradicionales ucranianos, fotos familiares y escenas pastoriles en carteles baratos cubren las paredes de la cabaña calentada por una estufa de leña. El único registro de su trágico pasado son su partida de nacimiento y sus recuerdos.

En sus 102 años, Liubov Yarosh ha sobrevivido a tres hambrunas, incluida la conocida como "Holodomor", entre 1932 y 1933 cuando, bajo las órdenes de Joseph Stalin, los agricultores de Ucrania fueron despojados de cada grano que producían para alimentar la industrialización de Moscú y reprimir la resistencia nacionalista ucraniana.

“No había nada para comer entonces. Comíamos hojas de tilo… y ortigas. Solíamos moler estas plantas silvestres en harina, hornear con ellas y comerlas. Eso es lo que comíamos durante la hambruna”, dijo Yarosh a CNN desde su casa en el pueblo de Khodorkiv, en la región de Zhytomyr, a unas dos horas en automóvil desde Kyiv.

A los 13 años, vio morir a sus dos hermanos mayores en lo que fue la peor hambruna generalizada de Ucrania. “Estaba completamente hinchada. Mis piernas estaban hinchadas, mis brazos estaban hinchados. Estaba tan enferma. Pensé que me iba a morir”, dijo sobre su propio sufrimiento.

Yarosh nació el 8 de agosto de 1920. Su certificado de nacimiento es uno de los únicos registros de su doloroso pasado.

Yarosh nació el 8 de agosto de 1920. Su certificado de nacimiento es uno de los únicos registros de su doloroso pasado.

En aquel entonces, el Kremlin buscó despojar a Ucrania de sus agricultores independientes, de su idioma, de su historia, de sus artistas y de su independencia.

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Muchos encuentran muchas similitudes entre lo que sucedía entonces con lo que está haciendo ahora el presidente ruso Vladimir Putin.

“Los líderes y organizadores de estos genocidios se sientan en las mismas oficinas, en el mismo lugar”, dijo Mykhailo Kostiv, jefe de información y publicaciones del Museo Nacional del Holodomor-Genocidio de Ucrania. “Y el centro de operaciones de estos eventos es Moscú. Su régimen dictatorial”.

Al comparar lo que está sucediendo en la actualidad con el pasado, Kostiv agregó: “El objeto de la destrucción es Ucrania como nación, como pueblo que se resiste a este régimen”.

Tres de los nietos de Yarosh ahora defienden a su país como soldados, porque el Kremlin se niega a reconocer la independencia de Ucrania. Y los desgarradores recuerdos de su propia infancia siguen apareciendo con fuerza. “Los niños pequeños se morían de hambre. Los subieron a un camión. Hicieron un gran hoyo y los tiraron a todos adentro. Había brazos y piernas ahí… y les tiraron tierra encima sin ninguna ceremonia”, cuenta.

Unos 90 años después, ella se niega a aceptar la última agresión. Su odio por Rusia es evidente cuando imita un corte de garganta con su dedo y afirma: “Tenemos que exterminarlos para que no quede ni uno solo. Solo entonces podrá haber paz”.

Su furia por lo que se está haciendo con su tierra y con su gente la ha llevado a la acción. Mientras hablábamos dentro de la casa que comparte con su hija, llegaron dos voluntarios para entregarle tela de arpillera.

Ella disfruta de las tareas que tiene, atando cuerdas de arpillera en redes para hacer trajes de francotirador camuflados que sirvan a los soldados entre la vegetación o la nieve, para que puedan estar mejor preparados ante los rusos.

Putin sigue los pasos de Stalin

Esta es la lógica actual —y el legado de más de 100 años de resistencia contra los intentos de Moscú como Unión Soviética o como régimen autoritario postsoviético, para colonizar a su vecino—.

Aún se debate si las acciones de Rusia en Ucrania en la actualidad equivalen a un genocidio. Sin embargo, existe un amplio consenso de que Rusia está cometiendo crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Ucrania.

Rusia ha negado las acusaciones de crímenes de guerra. Pero en los últimos 11 meses, han surgido detalles de asesinatos o de ataques deliberados contra civiles, de una campaña implacable para borrar signos y símbolos, así como de los intentos por destruir la estructura del Estado ucraniano en áreas bajo ocupación rusa. Y esos eventos no son casuales, sino que se han revelado como la política del Kremlin.

Yarosh recuerda cuántos niños murieron de hambre durante la peor hambruna forzada de Ucrania, el Holodomor. Fotografías raras, como esta de Alexander Wienerberger, son testimonio de los horrores.

Yarosh recuerda cuántos niños murieron de hambre durante la peor hambruna forzada de Ucrania, el Holodomor. Fotografías raras, como esta de Alexander Wienerberger, son testimonio de los horrores.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, no cree que exista un Estado ucraniano. Él ve las vastas tierras de cultivo, el poderío industrial y las montañas en el oeste, como parte de una gran Rusia, de la misma manera en que Catalina la Grande declaró gran parte de Ucrania como "novorossiya" (Nueva Rusia) en el siglo XVIII.

En la década de 1930, el Holodomor de Stalin —exterminio por hambre— consistió en aniquilar la independencia de los agricultores ucranianos.

Los individuos emprendedores con su propio capital, en forma de tierra y ganado, eran un anatema para la utopía soviética. Stalin necesitaba aplastarlos y forzar a los sobrevivientes a vivir en granjas colectivizadas.

Mató a los artistas, poetas, actores e historiadores de Ucrania, prohibió el idioma en las escuelas y trató de borrar el concepto de Ucrania de la conciencia de sus ciudadanos.

Putin, en opinión de la mayoría de los ucranianos, está continuando con el trabajo de Stalin. En las áreas de Ucrania capturadas por Rusia, los ucranianos se ven obligados a adoptar la nacionalidad rusa, aprender el idioma ruso y seguir con el plan de estudios ruso.

Este domingo, el Centro de Resistencia Nacional de Ucrania alegó que las fuerzas rusas confiscaron y quemaron libros ucranianos de bibliotecas públicas y escolares en la región de Lugansk.

Miles de ucranianos han sido deportados y 14.000 niños están desaparecidos, según el Gobierno de Ucrania. Las Naciones Unidas dicen que un número grande —aunque desconocido— de niños ucranianos están siendo adoptados a la fuerza por familias rusas. Estos son presuntos crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad, y pueden formar parte de argumentos posteriores de que equivalen a actos de genocidio.

“La herramienta principal en 1932-33 fue el exterminio por inanición, privando de todos los alimentos y haciendo las condiciones incompatibles con la vida. Ahora sucede lo mismo. Se crean condiciones incompatibles con la vida”, dice Kostiv, del Museo Nacional del Holodomor-Genocidio de Ucrania.

“Pero ahora hay una gama más amplia de herramientas y están más relacionadas con el Ejército. Nuevas armas, nuevos misiles. Una gran masa de tropas destinadas a destruir y reprimir la resistencia ucraniana”.