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Papa Francisco

El papa Francisco concede el derecho a voto a decenas de mujeres y laicos en la próxima asamblea mundial de obispos que será en octubre

Por Javier Romero

(CNN Español) -- El Vaticano publicó este miércoles una serie de modificaciones inéditas para que los laicos —los fieles que no son sacerdotes—, tengan más espacio en asuntos eclesiásticos.

Hasta 70 de ellos podrán participar y votar en la próxima asamblea del sínodo de obispos que será en octubre. No es un número pequeño. Según los organizadores del encuentro este grupo constituirá más del 20% de los presentes.

Además, la mitad de estos 70, por voluntad del papa, serán mujeres. Hasta ahora, salvo alguna rara excepción, solo los obispos podían votar en estos encuentros.

El sínodo de obispos es un órgano consultor instituido por Pablo VI en 1965 y, como dice su nombre, estaba formado exclusivamente por prelados. Se reúnen periódicamente a petición del papa para tratar diversos asuntos, desde la situación de la Iglesia en la Amazonía hasta los jóvenes y la fe. El resultado final de estas reuniones es un documento sin ningún tipo de valor legislativo pero que sirve para calibrar qué siente con respecto a un argumento un grupo cercano al pontífice. El papa es libre de incorporar a su magisterio las peticiones o reflexiones realizadas por los participantes del sínodo. Puede no tenerlas en cuenta si lo considera adecuado.

Los organizadores de la próxima asamblea aclaran que este cambio introducido por el papa no es una revolución, pero sí es un hecho importante porque de alguna forma hace que los laicos y, concretamente las mujeres, tengan más presencia en la Iglesia jerárquica.

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Al mismo tiempo piden prudencia porque este órgano, el sínodo, no se debe equiparar a un parlamento. De hecho, el cardenal maltés Mario Grech, secretario general de este organismo, dice que él es partidario de eliminar las votaciones que deciden qué introducir o no en el documento que se entrega al pontífice. El motivo que alega es que este organismo debe parecerse más a una reunión que sirva para rezar, que para dictar normas.