El retrato, que data del siglo XVII, fue encontrado con una etiqueta que decía que fue pintado por el maestro holandés Rembrandt Harmenszoon van Rijn.

(CNN) – Durante una visita de rutina a una propiedad privada en Camden, Maine, el subastador Kaja Veilleux hizo un descubrimiento inesperado en el ático de la propiedad: una pintura del siglo XVII de una mujer joven con gorra y cuello con volados.

“Cuando visitamos una casa, a menudo entramos a ciegas, sin saber qué encontraremos”, dijo Veilleux, fundador de Thomaston Place Auction Galleries, en un comunicado de prensa. “La casa estaba llena de piezas maravillosas, pero fue en el ático, entre montones de obras de arte, donde encontramos este extraordinario retrato”.

La obra de arte parecía haber sido pintada al estilo del maestro holandés Rembrandt, y una etiqueta en el reverso del marco afirmaba que era obra suya. El papel, que parece haber sido emitido por el Museo de Arte de Filadelfia, también sugería que la pintura había sido prestada al museo en 1970.

Sin embargo, se sabe muy poco sobre el retrato y los expertos no lo reconocen ampliamente como parte de la obra de Rembrandt. Si bien la casa de subastas le dijo a CNN que cree que la etiqueta es genuina, el Museo de Arte de Filadelfia no pudo confirmar si alguna vez tomó prestado el retrato. (Un portavoz del museo agregó, por correo electrónico, que “en general… una etiqueta no necesariamente verifica una obra de arte; ciertamente se requeriría más trabajo”).

Thomaston Place no reveló si consultó a un experto en Rembrandt sobre la atribución, pero procedió a poner el cuadro en venta con una estimación de tan solo US$ 10.000 a 15.000. El retrato se describía en los materiales de venta como “Después de Rembrandt”, terminología que indica que se cree que una pintura es una copia del estilo de un artista conocido, o que se basó en él, y no es una obra autógrafa.

Pero no todos, al parecer, estaban tan seguros.

Tras una oferta inicial de US$ 32.500, más del doble de la estimación máxima, las pujas en una subasta celebrada el sábado pasado pronto se dispararon hasta las seis cifras. Casi una docena de posibles pretendientes, algunos de los cuales se unieron por teléfono desde Europa, participaron en la venta, según Thomaston Place. Tres postores telefónicos permanecieron en la subasta hasta los US$ 900.000, antes de que los dos últimos hicieran subir el precio final de la venta hasta los US$ 1,41 millones.

La casa de subastas cree que se trata de la suma más alta jamás pagada por una obra de arte en una subasta de Maine. Y la cifra sugiere que varios coleccionistas (incluido el postor ganador, identificado únicamente como un “coleccionista privado europeo”) creen que hay suficientes probabilidades de que se trate de un Rembrandt genuino como para que valga la pena arriesgarse.

El subastador Kaja Veilleux fotografiado con el retrato del siglo XVII, que descubrió durante una visita de rutina a una propiedad privada en Camden, Maine.

Perdido de los registros

Gary Schwartz, experto en Rembrandt, dijo que un posible comprador había pedido su opinión sobre el retrato de Maine. Schwartz le aconsejó al coleccionista no identificado (que no fue el postor ganador) que “se decidiera a comprarlo”, dijo. El historiador de arte le dijo a CNN que cree que hay una probabilidad “extremadamente grande” de que el retrato haya sido pintado por el maestro holandés.

Aunque Schwartz enfatizó que es imposible juzgar adecuadamente la obra sin verla en persona, señaló un retrato de Rembrandt sorprendentemente similar, que también representa a una mujer joven con una gorra blanca, en la Academia de Bellas Artes de Viena.

“El parecido… es tan fuerte que me sorprende que la gente acepte uno y simplemente descarte el otro”, dijo en una videollamada desde su casa en los Países Bajos, y agregó que “no le sorprende que alguien haya pagado (más de) un millón cuando salió a subasta”.

Schwartz también señala que la obra de arte de Maine apareció en un catálogo de la obra de Rembrandt en 1969. La pintura, catalogada bajo el título “Retrato de una joven”, se describe como perteneciente a un coleccionista privado de Filadelfia, Pensilvania.

Aunque el autor del catálogo señala que la atribución a Rembrandt es “dudosa”, Schwartz cree que su inclusión es significativa y que la pintura simplemente nunca fue investigada, ya que estaba en manos privadas y era inaccesible para los académicos.

“Cuando las pinturas dejan de ser interesantes, simplemente desaparecen en el espacio oscuro”, dijo Schwartz, quien publicó un libro en 2022 en el que sostiene que otra pintura degradada, “Rembrandt con boina roja”, es de hecho un autorretrato genuino.

El historiador de arte Volker Manuth, autor de la monografía de 2019 de la editorial Taschen “Rembrandt: The Complete Paintings”, dijo a CNN que también lo contactó un potencial comprador del retrato de Maine. Solo lo había visto como una “mala reproducción en blanco y negro” en el catálogo de 1969 antes mencionado, y agregó por correo electrónico que tiene “más dudas sobre la atribución a Rembrandt que en contra” (aunque él también enfatizó que las atribuciones “no deben darse sin una investigación exhaustiva de la pintura original”).

“El precio pagado… podría indicar que alguien tiene la esperanza de que la limpieza de la pintura, que está bastante sucia, pueda convertirla en un retrato con las cualidades atribuidas a Rembrandt”, añade Manuth, que es profesor de historia del arte en la Universidad Radboud de los Países Bajos. “Esto sucede cada vez con más frecuencia. No me sorprendería ver que la pintura volviera a estar en el mercado pronto como ‘Rembrandt’”.

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 Una cuestión de opinión

No existe una autoridad única en cuestiones de atribución, y el influyente Proyecto de Investigación Rembrandt cesó sus actividades en 2014 (sin haber considerado nunca, en opinión de Schwartz, el retrato de Maine). Durante el siglo pasado, la cantidad de pinturas ampliamente aceptadas por los académicos como Rembrandt genuinos ha disminuido drásticamente, y cientos de ellas han sido reatribuidas a seguidores o degradadas a la categoría de “posteriores a Rembrandt”.

Pero la inclusión en un catálogo importante, o el respaldo de una gran casa de subastas, puede aumentar el valor de una pintura muchas veces. Tomemos como ejemplo “La Adoración de los Reyes”, que Christie’s valoró en solo US$ 17.000 en 2021, pero se vendió por casi US$ 13,8 millones el año pasado después de que una nueva investigación llevara a Sotheby’s a declarar que se trataba de un Rembrandt auténtico, no de un artista asociado con él.

Schwartz sugirió que, si el retrato de Maine recibiera un reconocimiento similar, podría revalorizarse hasta en cinco millones de dólares. Mientras tanto, en declaraciones al New York Times , el experto en autenticación Mark Winter estimó una cifra “en torno a los quince millones de dólares”.

En cualquier caso, es posible que algún día el cuadro valga mucho más que la cantidad pagada en la subasta de Thomaston Place, aunque esto solo puede suceder si el nuevo propietario del retrato invita a los académicos a inspeccionarlo.

“Lo mejor sería ir a Viena con este cuadro, colocarlo junto al retrato similar y hablar con algunos expertos”, dijo Schwartz. “Fue pintado sobre tabla, por lo que se puede datar la tabla y, muy a menudo, se descubre que la madera procede de las mismas tablas que se han utilizado en otras pinturas del taller de Rembrandt”.

“Nadie debería expresar una opinión definitiva sin estudiar el objeto”, afirmó Schwartz.