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CNN Radio Argentina

"Ucrania, la guerra desde adentro": la palabra de los involucrados

Por CNN Radio Argentina, Guillermo Panizza

(CNN Radio Argentina) - Guillermo Panizza, conductor de Aire de Mañana, retornó al estudio de CNN Radio tras la cobertura del conflicto entre Rusia y Ucrania. En un especial denominado "Ucrania, la guerra desde adentro", el periodista recopiló algunas voces de protagonistas que sufrieron las consecuencias de este episodio histórico.

El primer testimonio fue de Nivio Illich Huaman Flor, ciudadano peruano que está viajando entre Odessa, Kiev y los Cárpatos durante las últimas semanas. "Ya estamos en vísperas de que mi familia salga del país buscando otros rumbos en la vida, y traer a mi suegra es prácticamente lo único que falta", explicó en diálogo con Aire de Mañana.

Con mi hijo tuvimos un viaje de unos 5 días fuera de la casa en la que hoy estamos, para tratar de buscar a mi suegra.

"Ayer intenté evacuar a mi suegra de Kiev, y a unos 50 kilómetros de la casa debimos dar media vuelta, no pudimos llegar. Fui con mi hijo de 19 años. Primero a Odessa, en el sur. Ayer de madrugada fuimos para Kiev, y quisimos llegar al lugar donde está mi suegra, pero es una zona completamente ocupada por los rusos. El ejército ucraniano no nos dejó entrar en el segundo control, porque los puentes están volados" relató Nivio.

"Hace una semana perdimos comunicación totalmente con ella. No hay ningún tipo de conexión y no sabemos nada. Al menos en las primeras semanas del conflicto había alguna forma de hablar. Mi suegra está completamente sola", explicó.

Pasé más de 100 controles en total durante mi viaje entre distintas regiones.

Para el cierre, Nivio afirmó que "casi todos mis planes he logrado llevarlos adelante con la familia, pero el hecho de no poder sacar a mi suegra me hace sentir impotente. Lo voy a intentar todo lo que pueda mientras siga aquí".


Otro de los testimonios fue de Taras Yahofarov, quien vive cerca de Lviv. "Aquí la gente sigue nerviosa por los ataques de ayer dirigidos a la base militar de Lviv. Volaron muchos cohetes por encima de nuestras cabezas, hay bastante preocupación".

"Antes que nada, ya estamos pensando en la evacuación de mi esposa y el bebé. Logré evacuar a mi madre a Alemania recientemente. Aquí vemos que la guerra sigue desarrollándose, entonces no vemos de momento que haya algún punto claro donde puede frenar. Por eso tomamos todas las medidas de prevención", asegura Taras.

Todavía no hay alivio porque la situación sigue afectándonos a todos. Todos somos parte de esta situación.

Yahofarov comentó que "hay bastante gente que viajó fuera del país. Quienes realizan acciones solidarias publican cada vez más información para la gente que quiera salir de Ucrania. Ya se siente un gran apoyo dentro y fuera también".

Antes de despedirse, Taras expresó que "para vivir aquí en este contexto, lo principal es saber que tienes que estar pendiente de las noticias constantemente. Y hay un tema psicológico importante: nos hemos acostumbrado a vivir bajo un estrés constante".


Alejandro Herlan, argentino que estuvo en Ucrania durante el conflicto, fue otro de los testimonios. "Estoy en Finlandia hace una semana, por suerte. En Dnipró la gente ya no tiene agua, electricidad... Hay muchos lugares que están hechos pelota".

"Yo me fui del país hace cinco años, viajando alrededor de Europa y dando clases de tango. Allí conocí a mi esposa ucraniana y hace dos años y medio que me quedé en Dnipró. Hasta antes del conflicto, Ucrania estaba subiendo mucho la calidad de vida", explicó.

En auto no se puede salir, al menos en el Este. O te roban o te matan, pero en este momento es imposible salir en auto.

"Los padres y la abuela de mi señora continúan en Dnipró, no quisieron evacuar. Es un poco por miedo también, porque es irse a otro lugar sin saber el idioma, por ejemplo. Algunos también toman este contexto como algo natural", relató Herlan.

A salvo, Alejandro comentó su periplo: "Fui a Budapest y de allí me tomé un avión a Finlandia, donde tengo amigos que me prometieron ayuda. Estoy como refugiado, en una especie de hostel donde nos dan las cuatro comidas. Al menos durante tres meses estás bajo esa figura".


Otro de los protagonistas es Lucas López, de 40 años, nacido en Trelew. Él estaba en Lviv, y ahora está en Cracovia, mientras lleva a su familia a Dinamarca. "No se puede vivir con temor, sin saber lo que va a suceder. Mi hijo no sabe si va a comenzar la escuela, por ejemplo", cuenta.

"Llegamos a estar siete horas clavadas esperando en la frontera. Fue un traslado muy difícil, yo estaba con mi mujer y mi hijo. Ahora estamos en Cracovia porque en dos días vamos a Dinamarca, tengo que hacer unos papeles para que puedan vivir allí normalmente. Luego renovaré el pasaporte y volveré a Ucrania, a Lviv", explica.

Esto va a empeorar porque lo que solicita Putin para terminar la guerra es inaceptable.

Para el corto plazo, López augura más problemas: "Hasta hace una semana, donde vivimos las explosiones en la frontera con Polonia, mis amigos estaban convencidos que no atacarían Lviv. Cuando ocurrió eso y cuando Putin dijo que era legítimo atacar los convoys desde Polonia, sabemos que van a atacar Lviv. Será difícil salir de Ucrania, será difícil el acceso de la ayuda humanitaria".

"Vine a Ucrania en 2013. Con el tiempo nos acostumbramos a que en algún momento ocurriría algo terrible, y pasó este año. El día que me desperté por las sirenas antiaéreas y leí las noticias, me quise morir realmente. Cuando estás viviendo en un lugar y sucede algo tan terrible, tu corazón te dice que te quedes ayudando pase lo que pase", relató.


También está el testimonio de Víctor, brasileño que escapó de Ucrania hacia Budapest. "Estuvimos durante una semana con toque de queda, bombardeos, no había casi nada para comer y tomar... Salimos con una pequeña valija de mano con un poco de ropa, pero dejamos todo atrás. Ese día tomamos unos 3 o 4 trenes, conseguimos llegar a uno de los últimos porque estaban todos llenos de gente. Fue un viaje muy largo", contó.

"Es un sentimiento terrible pasar por una guerra. Cuando salimos de nuestro país para estudiar, jamás me imaginé pasar por una guerra, algo que no tiene ningún motivo, ninguna razón de ser", agregó Víctor.

En el tren nos hemos encontrado personas muy buenas, nos han ayudado mucho con todo y nosotros también hemos ayudado.

Víctor explicó que "yo estaba estudiando medicina, pero ahora perdí todo. No tengo cómo terminar la educación, ya no queda nada. Ni siquiera sé si existe la Universidad aún, porque la semana pasada la ciudad fue bombardeada".

"En Budapest me recibió una familia brasilera. No los conocía, no había hablado nunca con ellos antes. La embajada de Brasil nos dio tres noches en un hotel, pero después no pudieron ayudar más. Y algunos brasileños nos contactaron para ofrecernos su casa", contó.

Muchas personas perdieron absolutamente todo. Desde la familia y las casas hasta las mascotas. Hay gente que escapó de Ucrania y no tiene nada por lo que volver.

Ahora, Víctor se encuentra en Múnich, donde espera poder reacomodar su vida. "Vine para aquí porque en Alemania tengo más oportunidades de continuar mi educación, incluso con los pocos papeles que tengo. Quiero recuperar todo lo que hemos perdido".

"Lo más importante en relación a la guerra es que refleja lo mejor y lo peor de las personas. Nosotros vemos lo peor en los soldados rusos, que matan civiles sin motivo, que bombardean escuelas; pero también está lo mejor con los voluntarios, que están en muchos países, salen para ayudar a la gente. Los vecinos, que te ofrecen ayuda en la calle. Tenemos en la cabeza que las cosas pueden cambiar rápido, pero hay que estar dispuesto a recomenzar", cerró.


Por último, el violinista de la orquesta estable del Teatro Colón, Oleg Pishenin, sumó su opinión desde nuestro país. "Es un momento muy triste, de mucha angustia. Genera impotencia y miedo. Hablo con gente de Odessa, mi ciudad natal, y sienten una presión psicológica impresionante, mucho miedo", expresó.

Uno trata de analizar, pensar que pasó... Desde la Perestroika hubo una división entre los países. Es un escenario complicado.

"Gente con la que hablo, como mi primo que está en Odessa, cuenta que tienen a mano todos los elementos de primera necesidad en caso de ser necesario huir a un refugio", detalló.