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CNN Radio Argentina

Coberturas de guerra: la historia de Joaquín Sánchez Mariño

Por CNN Radio Argentina, Guillermo Panizza

(CNN Radio Argentina) - Joaquín Sánchez Mariño, periodista, visitó CNN Radio para charlar sobre su cobertura de la guerra de Ucrania.

"Fue la experiencia más impactante de mi vida. Fueron 52 días de viaje, 42 días adentro de Ucrania, y es como si el año se hubiera quedado detenido ahí. Yo había pedido ya ir a cubrir otros conflictos, y cuando esto comenzó le pedí ir a mi jefa, hasta que me mandaron", comentó en su visita al estudio durante Aire de Mañana, de Guillermo Panizza.

"El trabajo era tratar de constatar siempre la información. El toque de queda te obligaba a estar encerrado de 20 a 8, entonces cuando podíamos salir, uno ya estaba mirando las noticias sobre dónde habían caído los bombardeos y el trabajo era ir a constatar si era cierto", agregó.

El famoso dicho de que la primera víctima en una guerra es la verdad es cierto.

Respecto a la responsabilidad de la constatación, explicó que "por ahí vas a un lugar bombardeado y no sabés quién tiró la bomba, si era una defensa, si eran otros grupos... Es difícil constatar eso y, además, tratar de informar".

Sánchez Mariño también destacó el uso de las redes durante la cobertura, especialmente de los videos cortos: "Me parece que es fundamental, en tiempos donde confiamos más en periodistas que en medios, que puedas mostrar que estás en el lugar de los hechos y que no es un montaje. Esos minutos de narración en la escena, para quien confía en vos y te sigue, es importante", expresó.

Lógicamente, ante la cobertura de una situación bélica, pueden surgir momentos de temor. En este sentido, el periodista destacó que "la adrenalina me ayudaba a seguir adelante. De hecho, después de los 30 días, un poco por pedido mío y por cuestión lógica, bajaron un poco mis editores la intensidad del pedido de notas entendiendo que yo ya estaba más cansado. Ahí empecé a tener un poco más de miedo, porque tenía más tiempo libre y podía pensar más las notas".

Hay una hermandad en esto de vivir situaciones límites juntos, te une de una forma especial con la gente que estaba con vos.

¿Cómo se manejan las cuestiones emocionales ante una situación así? "Siempre pienso en que hay que tener una pata adentro y una afuera. Una adentro porque si no tenés empatía o no te conectás con el dolor, es difícil contar la historia. Pero algo de vos tiene que estar afuera. Hay una frase que decía un fotógrafo que era 'no puedo llorar, porque si lloro no puedo enfocar'. Y es así, uno no puede estar ahí sufriendo más que el protagonista. Tampoco es algo planificado, uno escucha las historias y cuando estás ahí es inevitable dejarse llevar", relató.

Sánchez Mariño contó que llegó a Ucrania "con el equipo de TN, pero después estuve una semana solo, los primeros días de guerra. Y ahí fui por oleadas, compartiendo con distintos colegas, me hice amigo de algunos que conocí durante la cobertura".

"Mi enfoque de la cobertura fue un enfoque humano. Cada tanto buscaba alguna historia del frente o de constatar lo que sucedía, pero no quería hacer la cobertura política. A veces tenía más información la gente que estaba en la redacción en Buenos Aires que yo, quien estaba ahí", relató el periodista.

Entiendo que algo cambió y no sé que es, intuyo que es el alma. Supongo que es la acumulación de estar ahí, en situaciones extremas.

"Estando en Ucrania siento que cambié mucho, que le encuentro sentido a otras cosas. Ya con despertarme sentía que había hecho algo valioso de mi vida, que era estar ahí. Y después buscaba hacer algo valioso en serio", explicó.

"A mi vieja, que por ahí es la que más sufrió, le avisaba antes de publicar materiales fuertes por ejemplo. Y le contaba que si estaba publicando una nota era porque estaba bien. Después le enviaba mensajes diarios del estilo 'estoy en la calle' o 'volví al hotel'", comentó.

Por último, comentó una anécdota: "Fue la última experiencia de peligro que tuve. Lo atribuyo a ciertos errores de criterio del productor local y míos también por haberlo permitido. Estábamos en un barrio por el que querían entrar los rusos. Yo había estado en ese barrio acompañado por la Policía el día anterior. Lo recorrí, viendo muchos edificios bombardeados. Al día siguiente, el colega francés consigue otro productor y dice que nos va a llevar a un lugar que no nos habían llevado, y era ese mismo lugar. Cuando llegamos al borde de la ciudad había un paredón, donde grabamos unas imágenes. Cuando volvimos a subir al auto, pasamos por un checkpoint que no tenía custodios, y un militar ucraniano salió a avisarnos que nos retiráramos rápido. Le gritamos al conductor que de la vuelta, y apenas pasamos el checkpoint, cae un mortero detrás de nuestro. Le pedimos que acelerara, y segundos después cae un mortero más en el checkpoint, con una explosión que nos hace serpentear el auto. Hicimos los cálculos, y si nos quedábamos 20 segundos más ahí, nos caían las bombas arriba", cerró.