Luciano Wernicke.

(CNN Radio Argentina) - Luciano Wernicke, periodista y escritor, autor de “Curiosidades e historias de los Mundiales”, habló con CNN Radio sobre el Mundial de Fútbol 2022.

“Yo había escrito dos libros de curiosidades de fútbol, que hoy cuando los veo los veo medio amateurs, y fueron ilustrados por el Negro Fontanarrosa. Ignacio Iraola, jefe de prensa de Planeta, a quien veía en varios eventos, me decía que eran buenos. En 2008 me llama y me dice que lo nombraron Director Editorial para Argentina, Chile y Uruguay y me contó una idea”, expresó en diálogo con Aire de Mañana, de Guillermo Panizza.

“Era hacer la misma estructura, con historias cortas, donde cada capítulo fuera un Mundial. Después resúmenes y perlas, cosas raras que hayan sucedido en la cancha o fuera de ellas, porque el Mundial es un hecho cultural, social, político, económico”, agregó.

Wernicke comentó por ejemplo que “en un diario encontré una entrevista a Carlos Gardel para la participación de Argentina y Uruguay en el Mundial de 1930. O hago hincapié en el Mundial de 1954, donde el capitán de Alemania es un sobreviviente de la Segunda Guerra, que fue salvado por un soldado húngaro que lo vio jugar”.

“Hay muchas curiosidades con Pelé, Garrincha, Maradona, Bilardo ni hablar… También escribí la autobiografía de Bilardo, trabajábamos juntos en casa, y vimos los 14 partidos de los Mundiales que él dirigió. Fue una experiencia extraordinaria”, señaló.

“Una de las mejores de Carlos tiene que ver con el Argentina-Brasil de 1990, que se juega en Turín. Argentina llega a Turín y se iban a hospedar a un hotel, y Bilardo decía que era ‘todo amarillo’, porque Brasil ya había jugado ahí. Entra al hotel y ve que en el fondo se está celebrando una boda, y recordó que su abuela le decía que la novia transmite suerte. Y mandó a los 22 jugadores a darle un beso a la chica”, contó.

Además contó que “normalmente la boda termina cuando la novia revolea el ramo. Y no encontraban el ramo por ningún lado. El ramo estuvo al día siguiente en el vestuario argentino, y Argentina ganó 1-0 aquel partido”.

“Como Argentina no jugó los Mundiales del 50’ y 54’ la cobertura era nula, entonces viajé a Montevideo porque Uruguay había participado de ambos. Ahí compré algunos libros, y cuando volvía en el ferry leyendo uno de los libros, me reía con una historia que definió el perfil del libro, sin estadísticas”, contó.

Pero, ¿qué fue lo que pasó en dicha historia? “Un jugador argentino que se había nacionalizado uruguayo estaba compitiendo contra Hungría en semifinales. Hungría ganaba 2-0 y Uruguay empata con dos goles de este jugador. Después del gol, con la emoción, al jugador le dio un infarto. Y hay versiones que aseguran que estuvo clínicamente muerto. Le hicieron RCP, el tipo volvió en sí y como no había cambios -no estaban permitidos- lo mandaron a la cancha para el alargue. Y dicen que en el alargue metió un tiro en el palo. Es difícil de creer, me parece que después de un infarto no tenés esa fuerza, pero desde ese día al jugador le dicen ‘el muerto que hacía goles”.

“El libro muestra también el contraste entre los Mundiales más antiguos y lo que vemos hoy del fútbol. En los primeros Mundiales se viajaba en barco y las delegaciones tardaban algunas semanas. Las camisetas no tenían número. Todo es muy diferente a lo que vivimos hoy”, explicó.

“Es un libro que me cambió la vida. Yo era periodista de política y editor de información general, y gracias a estas cosas del destino ahora me dedico exclusivamente a este tema”, cerró.