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CNN Radio Argentina

María Eugenia Villalonga habló de su libro "La universidad de las catacumbas"

Por CNN Radio Argentina

(CNN Radio Argentina)- Libros con Ñ habló con la escritora María Eugenia Villalonga por la salida de su libro "La universidad de las catacumbas. Filosofía y Letras en dictadura" de @EdEudeba.

María Eugenia Villalonga es licenciada en Letras (UBA), con un posgrado en Estudios Literarios en la Universidad de Buenos Aires. Es correctora de estilo en Editorial El cuenco de plata. Ha escrito para diferentes medios de la Argentina. Fue profesora de Lengua y Literatura en el marco del Programa de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios llevado a cabo en Argentina en 2013.

Con su libro "La universidad de las catacumbas", Villalonga logra hacer una reflexión desde la perspectiva de la enunciación -siguiendo los testimonios de los entrevistados- sobre los modos a través de los cuales las personas pueden lograr apropiarse del conocimiento en momentos de represión política y, por lo tanto, cultural e ideológica; así la escritora enfoca su análisis en cómo se vivió la dictadura dentro de la facultad, qué libros se leían, cómo se veían modificados los planes de estudio y de qué manera  impactó el aparato represivo en todos los órdenes.

Este domingo por la noche, el conductor Gustavo Noriega entrevistó a Villalonga para hablar de cómo, a partir de su trabajo de investigación, la escritora logró reconstruir parte de las vivencias de los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires, específicamente los pertenecientes a la Facultad de Filosofía y Letras, (aunque también aparecen testimonios de alumnos de otras carreras) durante los años de dictadura; Además el contexto habla de lo que ocurría afuera, a partir de una facultad totalmente militarizada, con docentes fuera de sus cátedras sin poder dar clases allí; los planes de estudio desactualizados y gran parte de la bibliografía censurada.

Punto de partida y contrastes epocales

Respecto de por qué decidió investigar y trabajar este tema puntualmente para su libro, Villalonga dijo: "Se me ocurrió ir por este lado por mí interés de lo que había pasado en esa época. Era una etapa en la que yo estaba saliendo a la vida, era muy jovencita y como toda adolescente buscaba qué era lo que se podía hacer; tenía una prima que hacía cursos paralelos a su cursada en la facultad, y yo sabía de ellos. Claro que, cuando tiempo después, yo ingreso a la UBA viví algo totalmente diferente".

En este mismo sentido y en referencia a lo que le permitió establecer un punto de partida para la comparación epocal, la autora puntualizó: "Cuando yo estudié en la Facultad la situación ya era otra; por ejemplo yo tenía a Sarlo (Beatríz) de docente". En este sentido, la escritora dijo: "Ese claro contraste histórico que yo misma viví al cursar mi carrera bajo el régimen democrático hizo que pusiera el foco de la investigación en lo que fue y significó aquella resistencia intelectual".

Cuando yo estudié en la Facultad la situación ya era otra; yo tenía a Sarlo (Beatríz) de docente. Ese claro contraste histórico que yo misma viví al cursar bajo el régimen democrático hizo que pusiera el foco de la investigación en lo que fue y significó aquella resistencia intelectual durante la dictadura

La UBA en represión

"En aquel momento, en la UBA y en La Facultad de Filosofía y Letras, incluso también en facultades de otras carreras como Arquitectura, estaba todo modificado: Los planes de estudio vaciados; era claro que bajo un régimen dictatorial no iba a haber intención de formar intelectuales", expresó Villanlonga.

A través del aire de CNN Radio la autora además añadió: "Los intelectuales de aquella época (algunos muy comprometidos políticamente, militantes incluso) y docentes universitarios (a quienes consideraban ideólogos de la subversión, como Kovadloff, Piglia, Sarlo y otros más) se pusieron a trabajar y a investigar para saber qué estaba sucediendo en su tiempo; es con esa intención que además daban clases a grupos de manera no oficial, casi en la clandestinidad".

Antes del 76

En otro orden de cosas y en referencia a lo que venía pasando en el ámbito académico previo al golpe de 1976, Villalonga expresó: "En el 74, con la muerte de Perón, la facultad de Filosofía y Letras se cerró; lo que luego sucedió allí es que asumió un cura que, cuando se volvió a abrir el claustro, lo que hizo fue exorcizar los fantasmas subversivos que decía, permanecían en la misma".

Con la llegada de la Democracia

Villalonga continuó con los hechos históricos y, en relación a la recuperación de la democracia (y todo lo que ello significó para nuestro país) puntualizó: "Cuando la facultad abrió, tras permanecer cerrada por la dictadura, muchos de sus intelectuales pudieron retomar sus tareas tras haber estado prohibidos en Argentina. También regresaron otros tantos que habían pasado tiempo en el exilio".

En relación a la reconstrucción de los espacios académicos (y a su nivel) tras la dictadura, la autora expresó: "Lo que ocurrió allí, una vez recuperada la democracia, fue que se empezó a recuperar mucho de aquello que parecía estar perdido; eso fue posible gracias al trabajo de los intelectuales como Piglia, Sarlo, Ludmer, y otros tantos". De esta manera, la autora destacó la tarea de resistencia intelectual, como herramienta política, cultural y social capaz de lograr que muchos de los hombres y mujeres comprometidos con su época continuaran trabajando e investigando (en nuestro país o desde el exilio) a propósito de lo que estaba ocurriendo; "Ellos se preguntaban por qué se había llegado a esas instancias tan oscuras y horrorosas", puntualizó Villalonga.

El grupo de Sarlo

"Beatriz Sarlo dio mucho cursos; ella trajo además "La sociología del arte" y "El urbanismo".  Daba cursos para gente que estudiaba arquitectura, pero también, y es importante decirlo, al ser cursos informales a esta resistencia cultural se sumaban personas no universitarias que querían participar". Con todo, la autora advirtió: "Es por eso que en esos grupos se podían encontrar poetas (que tocaban temas que en la superficie no podían ser tocados), trabajadores de urbanismo o de la escritura, gente que hacía artículos para revistas y a la vez, interesados provenientes de diferentes espacios sociales".

Josefina Ludmer, también parte de las Catacumbas

En referencia a las intelectuales que resistieron en las Catacumbas (mientras tenían tantas puertas institucionales cerradas por la dictadura), la autora, dijo: "Ludmer daba teoría literaria;  por aquel entonces estaba casada con Ricardo Piglia". Asimismo dijo: "Lo que se sabía era que por un lado daba cursos a intelectuales y por el otro lado, daba clases a "Las señoras gordas", es decir, a muchas señoras que querían formación; entre las que se contaban muchas mujeres de militares".

Continuar los estudios en los años de plomo

Respecto de cómo funcionaban aquellos cursos de resistencia intelectual que la autora fue capaz de reconstruir en su libro, Villalonga advirtió: "Era una época en donde estos espacios de formación se fueron constituyendo como muy dignos, con lo cual, los alumnos recorrían una especie de cartografía de cursos, un recorrido donde estudiar con los intelectuales del momento; algo que yo intenté relevar en este trabajo".

Era una época en donde estos espacios de formación se fueron constituyendo como muy dignos, con lo cual, los alumnos recorrían una especie de cartografía de cursos, un recorrido donde estudiar con los intelectuales del momento; algo que yo intenté relevar en este trabajo

Por otra parte, Villalonga, en referencia a los lugares de resistencia para la integridad de los libros prohibidos, contó: "Muchas librerías tenían escondidos en sus fondos, algunos títulos para que los intelectuales de la época fueran a buscar; incluso algunas funcionaban de lugar de reunión". Asimismo, agregó: "Se trataban de espacios sobrevivientes donde se encontraban las novedades".

Muchas librerías tenían escondidos en sus fondos algunos títulos para que los intelectuales de la época fueran a buscar; incluso algunas funcionaban de lugar de reunión para los mismos

La resistencia intelectual como herramienta política

A propósito de los contenidos de algunos de los cursos clandestinos de aquella época, Villalonga contó: "Se enseñaba desde La Teoría Noam Chomsky", hasta novedades para el momento como "análisis del discurso".

Todo este mapa de resistencia cultural descrito por la autora; como así también la búsqueda, la investigación y el esfuerzo intelectual como herramienta política de supervivencia de muchos de los jóvenes brillantes que formaban de una generación (perseguida y diezmada) permitió, según Villalonga, que gran parte del nivel cultural e intelectual de la UBA (y del país) no se haya perdido, ni empobrecido; sino más bien, todo lo contrario; sobre todo, una vez recuperada la democracia en la Argentina.

Teniendo en cuenta las expresiones de la autora, vale decir entonces que en este contexto, el arte y la cultura -y todo aquello de lo perseguido, prohibido y expulsado por la dictadura de aquella época- fue capaz de replegarse hacia un espacio subterráneo. Allí, a modo de refugio cultural, los estudiantes encontraron la manera de recuperar un espacio valioso, contenedor y generador de ideas y proyectos; esto fue posible gracias a la tarea de algunos docentes que con sus clases particulares lograron continuar con la formación que la universidad  en dictadura les negaba. Con todo, y con poco, seguramente con miedo, pero también con una clara convicción de lo que estaban construyendo a futuro... Así lograron llevar adelante y sostener la mítica "universidad de las catacumbas".