(CNN Radio Argentina)- Con música de Pedro Aznar, el martes próximo subirá al escenario del Centro Cultural San Martín esta obra que propone retomar parte del origen dionisíaco de la más antiguas de todas las artes, el Teatro. No se trata de una obra más. Para saber si es una performance, un Happening o una experiencia mucho más cercana al show, Aduana de Palabras recibió este sábado a una de las actrices protagonistas, Florencia Otero y a su director, Marcelo Savignone.
Savignone es actor, director, dramaturgo y docente teatral. Dirige su estudio de formación actoral y creó Producciones Belisarias en Belisario Club de Cultura, donde articula sus emprendimientos del oficio. Vale mencionar que para el artista el cuerpo funciona como “eje y búsqueda” en la pedagogía que lleva adelante en el marco de su trabajo.
En tanto, por su parte, Flor Otero, es una artista completísima, con mucho escenario pisado en el género de comedia musical. Ganó popularidad con sus actuaciones en la televisión (tiras de ficción) y en los últimos años, gracias a la conducción del programa “Puente Musical”, donde se desempaña junto a su pareja, el también artista, Germán Tripel. Otero es, ante todo, una actriz y cantante todo terreno que cuenta en su haber con destacadas actuaciones en piezas como: Rent, Despertar de primavera, Casi normales, Tango Feroz, El violinista en el tejado (entre otras tantas).
Esta tarde de sábado el programa conducido por Bobby Flores y Mariana Mactas entrevistó a Florencia Otero y a Marcelo Savignone, para hablar de “Terco”. Mas que una obra, una experiencia que tiene que ver con el cuerpo, con las huellas que en este deja el inevitable paso del tiempo, y la compleja y difícil aceptación de que todo ello suceda.
En el comienzo de esta charla, el director explicó un poco del marco teórico-filosófico que abraza a la propuesta y la eleva a otro plano, un poco más incierto, más sorpresivo y mucho más profundo que el cuentito que sabemos que alguien, desde el escenario, nos contará cada vez que oficiamos de espectadores de una obra.
De modo que, a través del aire de CNN Radio, Savignone explicó (un poco llevado al llano, y para que entendamos todos) algunos puntos de partida interesantes, a tener en cuenta, y entonces dijo: “Allá por el siglo XVII, sabemos que existieron intelectuales como Descartes que separaban al cuerpo del alma, pero también sabemos que existieron otros que de forma paralela pensaban por ejemplo que esos son diferentes modos de un mismo cuerpo. Tal es el caso del pensamiento de Spinoza; para él, el cuerpo siempre persevera por vivir”.
Dicha esta explicación, en este mismo sentido el actor y dramaturgo enfatizó: “La obra tiene un poco ese espíritu que reza que el cuerpo puja por seguir con vida; La obra habla del cuerpo, de su deseo de vivir. De todo ello, creo que lo único que sabemos con certeza es que el tiempo hace lo suyo y que el cuerpo, como todo, tiene una fecha de vencimiento”.
El origen y lo que sucede en la cabeza (como una realidad)
Al hacer referencia al surgimiento de Terco, su director contó: “El origen es la indagación sobre la idea de la realización de cuerpo shakespeariano como uno de los cuerpos tradicionales, pero además, persigue la posibilidad de intervenir a través de un relato muy simple”. En cuanto al argumento, el también actor, agregó: “La historia muestra a un rey, tirano que quiere dejar su trono pero al mismo tiempo no quiere dejar el poder y con ello, la no aceptación de su vejez; es por eso que continuamente él interrumpe la obra. Una obra que sí es shakespeariana (tiene que ver con el autor), pero que al mismo tiempo no es shakespeare”.
La pieza teatral expresa un cruce interesante con una capacidad de sorpresa y, como dice el artista al aire de CNN Radio, manifiesta a la vez la corporalidad moldeable y la capacidad del elenco de ir adaptándose a esas interrupciones del rey, a los cambios continuos”. Asimismo, y tal como lo enfatiza Savignone: “Se trata de una propuesta que persigue y logra manifestar mucho de lo que sucede en la cabeza de los seres humanos que tantas veces es tomado como la realidad. Algo totalmente vigente en el presente”.
Flor y su aprendizaje al servicio de la obra
“La obra es un combo muy hermoso. Creo que hay una conversación interesante de los distintos lenguajes, más el resto de los recursos que fueron elegidos por Marcelo que están ahí para lograr poner en valor un recurso diferente en su recorrido como modo expresivo”, declaró la actriz, para añadir: “Para mí el proceso de la obra fue muy diferente porque Marcelo nos acompañó en el abordaje y en la composición. Creo que con ella el espectador tendrá su propio viaje individual que es algo muy similar a lo que sucede desde el punto de vista de la filosofía”.
La música y el movimiento, como ofrenda dionisíaca
“La comedia propone una fiesta y termina como una fiesta”, contó Savignone y en esta misma línea arriesgó: “Creo que Terco es una fiesta, una montaña rusa de emociones, un viaje para cada espectador como también lo es para cada intérprete”, Por su parte, la actriz destacó: “El tema gira un poco en torno al movimiento del cuerpo y respecto al tema del baile, si bien yo no soy bailarina (y Marcelo puede decirlo), estuvimos entrenando mucho porque lo que expresamos al movernos sea capaz de lograr un gesto expresivo”.
En relación a esta herramienta de movimiento y la sonoridad permanente que propone la obra, Savignone puntualizó: “En los inicios de la danza, con el Dios Dionisio, toda obra tenía música y movimiento. Luego, con el correr de los tiempos el pensamiento y la tradición occidental hicieron lo suyo y así empezó a separarse todo (tal como sucedió con el progreso). Fue entonces cuando el movimiento empezó a quedar un poco de lado”.
Asimismo, el director de Terco agregó: “La intención es volver un poco a la raíz del oficio teatral, esos inicios formidables donde las cosas suceden no por una única razón sino por muchas razones, entre ellas el cuerpo. Es un poco poner en escena una obra que tal vez apela al no etiquetado”.
Un aprendizaje para romper estructuras
Por último, al ser consultada por alguna definición respecto de la obra, Flor Otero destacó: “La única definición que yo encuentro respecto de la propuesta es que se trata de una iniciativa que invita a entregarnos a algo que está vivo. Aun cuando esto que sucede nos de miedo”. Con todo, la genial artista confió: “Me pasó en el entrenamiento con Marcelo (a quien admiro muchísimo) que me hizo dar un giro importante en el recorrido y abordaje de mi trabajo. Él me enseñó que el error es a veces una oportunidad, un punto de partida para una nueva creación. Cosas así, para una persona tan estructurada como yo, son todo un aprendizaje valioso que le agradezco”.
Para el final, el director contó que esta experiencia le vino a enseñar que desde “un proyecto que parecía prácticamente imposible en su concreción, se logró una obra que lo inspira, ya que verla en el escenario le ha hecho experimentar sensaciones muy parecida a la felicidad más plena”. Una propuesta que invita a lo desconocido. Un cuentito para disfrutar, un cuento que cuenta pero que logra hacerlo de una manera no convencional. Corriendo los márgenes, aprendiendo de otro modo, invitando a jugar. Así es Terco, en el Tetro San Martín, un show para salir de una manera diferente. Una puesta y apuesta, en la que sólo está prohibido quedarse quieto.