CNNEarrow-downclosecomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery
CNN Radio Argentina

Daniel Guebel de "El rey y el filósofo": "Escribí esta novela dichoso y feliz"

Por CNN Radio Argentina

(CNN Radio Argentina)- Libros con Ñ entrevistó al escritor argentino para descubrir, de primera mano, cómo fue que se le ocurrió dar rienda suelta a una trama tan delirante y amable a la vez, en el marco de una ficción que involucra, elementos históricos, algunas situaciones y contextos que existieron y personajes como el filósofo Gottfried Wilhelm von Leibniz, y Luis XIV, el Rey Sol.

Este domingo por la tarde Guebel se predispuso, con la mejor de las ondas, a conversar con Gustavo Noriega a propósito de su destacada novela. En este sentido, a través del aire de CNN Radio, el autor confió detalles y anécdotas, al tiempo que contó cómo fue que se le ocurrió el tema de la obra: "Hace unos años escribí una novela, El absoluto, en ella yo contaba que uno de los personajes viajaba con Napoleón y allí escribí algo de la invasión a Egipto. Cuando yo estaba terminando esa historia me enteré de que Leibniz había ido a visitar, un siglo y medio antes de esa invasión, al rey Luis XIV, para proponerle ese mismo proyecto (la invasión a Egipto), pero yo ya estaba como pasando hacia otro asunto y ahí solo me limité a mencionar el hecho entre renglones. Luego me olvidé por completo y cuando se me ocurre esta historia, lo comento y alguien me dice, -pero si vos hablaste de eso en El absoluto-. Y era cierto, lo nombraba en tres renglones".

Escribir para conocerse y saber

El autor continuó su relato, y entonces agregó: "Es así que, me entusiasmé a partir de la idea de cómo un filósofo había ido a llevarle un proyecto geopolítico a un rey; Además de descubrir por qué un filósofo que trabajaba bajo el poder de autoridades del imperio Romano germánico le proponía a Francia algo que tenía que ser enormemente beneficioso para él".

"Además, mientras leía, ya estaba escribiendo la novela. Entonces se mucho más ahora, y ya he olvidado mucho de lo que aprendí, después de haber trabajado en el libro. Y además esta novela me lleva también a algo que yo deseaba hace mucho tiempo y era objeto de mi admiración por las relaciones peligrosas, no porque me importara el sistema de las cartas, sino porque yo veía ahí una prodigiosa arquitectura de intrigas, besuqueos, suspenso, contraste de relaciones, sexo, mentiras, etc... Así que, cuando me siento a escribir, primero elijo un narrador omnisciente, uno común que empiece a contar la historia (aclaro que yo arranqué sin saber de quién se trataba), y arranqué escribiendo en primera persona y, aunque esto no fue una persona escribiendo una carta, lo que ocurrió fue que después me di cuenta que el sistema tenía que ser de correspondencia. Cómo lo supe? Porque mi novela transcurre en el siglo XVII".

Cabe destacar que, esta pieza de Guebel, se trata de una novela basada en un hecho histórico y en uno de los planos del mismo, tal vez, el más visible; Esto implica poner en escena los motivos por los cuales Leibniz viajó desde el Sacro Imperio Romano Germánico hasta Versalles para llevarle al Rey Sol una propuesta.

¿Fidelidad histórica o ficción histórica?

"En realidad, pasado el tiempo, las maquinarias y los objetos ya añejos o anacrónicos adoptan caracteres fantásticos de pura invención, o sea, yo hablo de las esferas de Magdeburgo, que son unas esferas existentes, pero cuando yo describo el objeto, parece algo fantástico. Claro que yo luego las tomo y las invento como objeto de organización del cielo, para la reina muerta que le habla al rey."

"Yo me divertí mucho escribiendo, y eso es así, completamente, porque todos los hechos históricos que investigué me parecían fabulosos. En verdad se trataba de un asunto narrativo que me permitía usar una lengua que no es la coloquial normal, porque al tener el sistema de cartas podía jugar con los interlocutores, con distintos niveles de habla y organizar un sistema de intrigas, pasiones, traiciones, etc."

La imagen del rey, en la novela, aparece bien adelante, sin embargo, cuando aparece, ya tiene todo comprado ¿Cómo es eso?

"Es verdad que cuando aparece el Rey su figura ya lo ocupa todo. Es una especie de personaje que se adueña", deslizó el escritor, al tiempo que ofreció una explicación al respecto: "En aquel momento Francia era la gran potencia de occidente y comparativamente la región del imperio (que luego se llamó Alemania) era un pueblo con una civilización menos desarrollada y culturalmente limitada por la moral protestante. En cambio, la Francia de Luis XIV, con su sistema de realismo político construye su monarquía en un momento de debilidad del propio sistema de gobierno. Lo que él logra es construir un sistema de dominio (para la burguesía que venía dominando cada vez más políticamente) y les da un lugar allí, de modo tal que si uno quisiera podría decir que anticipa el panóptico (al tener a sus enemigos adentro y en la mira)."

"Yo no sabía mucho de lo que escribí. Escribir es una aventura. No tenía todo planificado, lo tuve que averiguar leyendo. Mientras escribía, investigaba, y volvía escribir. Una vez que descubrí algunas constantes ya no me moví de la época, sobre todo teniendo en cuenta que Luis XIV ocupó su reinado durante setenta años. Ocuparse de eso hubiera sido una novela de ocho mil páginas. Me tenía que concentrar en un asunto. Y además del Rey estaba Leibniz, que fue llamado el último de los hombres universales (y ni hablar de su lengua filosófica, lo cual es muy complejo de explicar). El descubrió muchísimas cosas, se trata de un genio. Por eso, me tomé de algunos elementos de la época (como la teoría de los mundos posibles)".

Respecto de cómo se manejó con el tiempo y el proceso de escritura, el autor confesó: "Escribir la novela me llevó un año, luego la dejé dormir un tiempo, continué con otro proyecto y, cuando la retomé, saqué como treinta páginas (por pedido de la editora), pero agregué otras veinte".

Yo no sabía mucho de lo que escribí. Escribir es una aventura. No tenía todo planificado, lo tuve que averiguar leyendo. Mientras escribía, investigaba, y volvía escribir. Una vez que descubrí algunas constantes ya no me moví de la época, sobre todo teniendo en cuenta que Luis XIV ocupó su reinado durante setenta años. Ocuparse de eso hubiera sido una novela de ocho mil páginas. Me tenía que concentrar en un asunto. Y además del Rey estaba Leibniz, que fue llamado el último de los hombres universales

A propósito de las críticas y las intenciones ¿Cuál es tu opinión?

"No tengo intenciones preliminares más que escribir la mejor novela que pueda. En esta obra, como en otras anteriores, trabajo con mundos existentes; Y la imaginación allí trabaja tomando elementos de la realidad existente. Es que la realidad me da tantos elementos que, en esa constricción de la época, yo siento que me expando. Si me preguntan cómo me sentí, puedo decirte que escribí esta novela dichoso y feliz".

"Además hay algo en ella que me gusta y es esto de que Leibniz, comparado con Luis XIV, (que era todo un farabute y al mismo tiempo el dueño de todo Francia), parece inmenso. De todos modos yo a veces me preguntaba dónde estaba Leibniz, él está en toda la novela. En tanto, por su parte, el rey, va proponiendo cosas nuevas, pero, aun así, el contraste de las cartas es como la teoría de los mundos posibles (de Leibniz). Lo cual, dicho muy sencillamente es que Dios no puede haber contemplado todas las posibilidades de cada hecho y de cada ser existente, entonces volvió real, la mejor de todas."