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CNN Radio Argentina

Guillermo Martínez: "Querer cambiar obras del pasado es una de las noticias más deprimentes de la actualidad"

Por CNN Radio Argentina

(CNN Radio Argentina)- Con motivo de la edición conmemorativa de su primera novela Acerca de Roderer (escrita en 1993), Compañía de radio entrevistó este domingo a uno de los autores argentinos más traducidos en el mundo, para conversar con él y además, consultarle a propósito de algunos temas literarios y de la vida misma.

Guillermo Martínez habló en el programa de Cecila Laratro, y entre muchas interesantes reflexiones compartió al aire de CNN Radio, qué cosas lo desvelan como autor, qué le pasa internamente cuando una novela suya es adaptada al formato cinematográfico y si siente que es un escritor comprendido y bien interpretado. Entre otras tantas cuestiones que fueron surgiendo en esta entrevista, Martínez expresó su opinión respecto de las nuevas corrientes críticas de la literatura (y de otros géneros de las artes) que hablan de la necesidad de cambiar algunos elementos de obras (de autores ya muertos), porque consideran que estas producciones tal cual se interpretan hoy son capaces de vulnerar derechos, o bien descalificar; son inapropiadas, inadmisibles, ya que pertenecen a una batería de elementos culturales propios de otra época y contexto.

Acerca de Martínez

Se doctoró en Ciencias Matemáticas en la UBA y luego residió dos años en Oxford. Su primer libro de cuentos Infierno grande (1989) obtuvo el primer premio del Fondo Nacional de las Artes. A su primera novela, Acerca de Roderer (1993),  traducida a 15 idiomas, le siguieron La mujer del maestro y el ensayo Borges y la matemática.

Ganó el Premio Planeta en 2003 con Crímenes imperceptibles, traducida a 40 idiomas y adaptada al cine por el genial Álex de la Iglesia bajo el título Los crímenes de Oxford (protagonizada por John Hurt y Elijah Wood). En 2022 su novela La muerte lenta de Luciana B fue adaptada para cine por Sebastián Schindel, y la historia se llamó La ira de Dios, (Netflix), (los protagónicos estuvieron a cargo de Diego Peretti, Juan Minujín y Macarena Achaga). Algo similar pasó con su nouvelle Una madre protectora, su adaptación fue llevada a la pantalla grande como El hijo, y contó con los protagónicos de Martina Guzmán y Joaquín Furriel.

Además, también son de su autoría, la novela Yo también tuve una novia bisexual (2011) y los libros de ensayos La fórmula de la inmortalidad (2005), La razón literaria (2016) y Gödel (para todos), en colaboración con Gustavo Piñeiro. En 2015 ganó el Premio Hispanoamericano de cuento Gabriel García Márquez (Colombia) con Una felicidad repulsiva y en 2019 obtuvo el premio Nadal (España) por Los crímenes de Alicia.

¿Con qué ojos un escritor como vos vuelve sobre una novela que escribió tres décadas atrás?

"Volví a leerla porque quería asegurarme de que no tuviera erratas y te diría que apenas pude pasar por arriba de las páginas porque la escribí joven, entonces lo que me pasa es que allí hoy me reconozco parcialmente. Uno se vuelve a leer con ciertos temores y sobresaltos, aunque se trata de una novela de la que siempre he recibido muchísimos elogios y mensajes afectuosos del público. Supongo que por eso se ha convertido en mi novela más querida; tal vez sea por eso mismo, también, que me niego a volver a ella demasiado".

Cosas que le pasan al autor

"Cuando yo publico un libro es porque casi me lo sé de memoria. Soy muy obsesivo al corregirlo, al releerlo. Cada historia que escribo la hago sabiendo que me hace feliz. Pero cuando pasa el tiempo uno se transforma. Al quedar más alejado del hecho artístico pienso si hay cosas que las hubiera hecho diferentes. No sé por qué sucede eso, si se trata de no hacerme un auto elogio. No estoy seguro; Creo que responde más a no estar dispuesto a querer acordarme cómo era yo en esa época. Además, hay cosas que hoy suenan algo crueles o excesivas de mis libros de otros tiempos. Bueno, ellos seguramente estén cargados de crueldades de la juventud".

Pero cuando pasa el tiempo uno se transforma. Al quedar más alejado del hecho artístico pienso si hay cosas que las hubiera hecho diferentes. No sé por qué sucede eso, si se trata de no hacerme un auto elogio. No estoy seguro; Creo que responde más a no estar dispuesto a querer acordarme cómo era yo en esa época. Además, hay cosas que hoy suenan algo crueles o excesivas de mis libros de otros tiempos. Bueno, ellos seguramente estén cargados de crueldades de la juventud

Cuando tus obras son llevadas a pantalla grande

"Cuando otro toma mi texto y lo adapta para cine no me hago cargo. Eso tiene que ver con las decisiones que toma el otro de mi novela; y sé que allí siempre es necesario amputar. Los directores de cine no pueden trasladar escena por escena. A veces quizás una miniserie sería más justa que una película para el caso de la novela. Cuando vi Los crímenes de Oxford yo me preguntaba cómo iban a resolver algunas cuestiones de la historia al tratarse de una novela negra (que tiene esa estructura como de relojería). Y bueno, con el tiempo volví a ver la película, le encontré su propio sentido e incluso su propia mirada filosófica hacia el final".

"Luego tuve otra experiencia de adaptación de mi nouvelle, Una madre protectora, que fue llevada al cine como El hijo (fueron sus protagonistas Joaquín Furriel y Martina Guzmán). En aquella ocasión estuve bastante cerca de todo el proceso. Ahí mismo yo me di cuenta de cosas que no podían ir, participé en las reuniones de guion, en la discusión de alternativas para el final y me quedé bastante contento en este caso, sobre todo con el espíritu que ella manifestó. Con esto quiero decir que, como escritor, más allá del desencanto o la aprobación que uno puede tener por los actores elegidos para dar vida a personajes de su historia, uno espera y desea que la película logre respetar el espíritu del libro que escribió y creo que en esa producción el trabajo estuvo bien realizado".

El desencanto como lector y espectador

"Me pasó recientemente que terminé de leer La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera y luego fui a ver la adaptación al cine. No pude tolerar más que unas escenas, me pareció que estaban totalmente fallidos y desvanecidos el tono de la historia y la atmósfera, que justamente son dos elementos que considero necesario que aparezcan en la adaptación. El espíritu de la historia debe aparecer. Y eso no siempre sucede, no siempre es posible".

Acerca de las adaptaciones y la elección de personajes (en la vida real)

"Cuando participé en las reuniones para ver qué actores podían estar entre los candidatos para interpretar a un personaje de una de mis novelas se barajaban nombres de actores de primera línea; Se mencionaba por ejemplo a Ricardo Darín, a Viggo Mortenesen, etc. Mientras la lista iba sumando posibles intérpretes, en eso se oye la voz de un productor que dice: ¡Pero, momento! Lorenzo muere en la película. Olvídense de esos actores porque los consagrados no quieren morir en ninguna historia. Ah bueno, dije yo, si no podemos pensar que un actor va a morir, dediquémonos a otra cosa. Yo no sabía, pero parece que esto es algo muy conocido dentro del ambiente de los grandes actores. De todos modos, quizás sea algo masculino. No lo sabemos".

El desvelo de los autores

"Ya que hablamos de Acerca de Roderer, creo que La última vez (2022) recobra algo de eso que tiene que ver con la búsqueda filosófica que hay en aquella novela mía de los años noventa. Sobre todo, en uno de los personajes que crea el escritor moribundo. Hay una especie de continuidad de temas en el fondo, hacia el final; de todos modos, me parece que este tema de la comprensión de los textos tal cual son escritos, responde a uno de los problemas filosóficos contemporáneos, que tiene que ver con cuestiones del hoy no con dilemas de otros tiempos que aun se siguen discutiendo. Considero que este es un tema que trajo Wittgenstein a la discusión que tiene que ver con las diferentes maneras de interpretar un mismo trabajo con interpretaciones casi opuestas. Esto desvela a casi todos los escritores. La variante más obvia respecto de ello es, como escritor, decir que uno no tiene éxito porque es incomprendido. El escritor tiene éxito, pero aun así siente que lo tiene por razones equivocadas".

¿Se considera un escritor "comprendido"?

"En cuanto a mí, yo creo que hay gente que me ha leído muy bien y de algún modo me lo han manifestado (hoy el lector tiene un trato más frecuente con la persona del autor); pero bueno, uno escribe cada libro como un ejemplo de algo en lo que está pensando como parte de una misma figura (diría Henry James). Hay un encadenamiento en mis libros que tal vez no sea evidente para quien haya leído uno o dos, entonces no estoy seguro de cuántos estarán siguiendo esa figura, porque yo mismo tampoco di todavía todas las piezas. Es como si fuera una especie de rompecabezas que uno arma a lo largo de su vida con la obra y hay ciertos puentes entre los libros, ciertas resonancias, que no estoy seguro cuántos las habrán visto entre libro y libro. De todos modos, creo que no me considero para nada un escritor incomprendido. Tuve reseñas y críticas que van en el sentido que yo quiero ser comprendido y también tuve críticas adversas y desprecios; Así es la vida de los escritores".

Trabajar para que lo esencial aparezca

"No esperaría nunca que los lectores demoren tanto tiempo en leer mi libro como el que yo invertí en el recorrido y escritura de la obra. Escribir Los crímenes de Alicia me llevó quince años. Todo ese tiempo fui pensando la idea. El escritor es como un ilusionista, gran parte de su trabajo consiste es esconder los efectos; Y hay que saber qué constituye todo eso que no tiene que estar a la vista. Yo hubiera considerado un fracaso que la investigación que hice a lo largo de años (que me llevó a leer tantos trabajos y biografías) abrumara la novela. Eso sí que hubiera sido un fracaso total, porque la novela no hubiera sido tal sino más bien un ensayo sobre la vida de Lewis Carroll (creador de Alicia en el País de las Maravillas). Por eso, gran parte del asunto es qué dejar afuera también. Para que la lectura sea leve, que esté informada y que lo esencial aparezca".

Escribir Los crímenes de Alicia me llevó quince años. Todo ese tiempo fui pensando la idea para luego poder mostrar la obra. El escritor es como un ilusionista, gran parte de su trabajo consiste es esconder los efectos; Hay que saber qué constituye todo eso que no tiene que estar a la vista. Yo hubiera considerado un fracaso que la investigación que hice a lo largo de años (que me llevó a leer tantos trabajos y biografías) abrumara la novela

En qué historia trabaja hoy Guillermo Martínez

"Ahora estoy trabajando en un libro de escritura creativa.  En él incluyo un consejo de Borges que dice Uno tiene que describir al personaje con pocos rasgos, pero decisivos. Es decir, vos debes conocer muy bien al personaje, estudiarlo, investigarlo; Es necesario saber cómo respondería a tal o cual cosa, pero a la hora de ponerlo en escena, esto debe ser hecho con una sutileza tal que los rasgos sean capaces de pintar la profundidad del personaje para que así el lector pueda hacer su conexión".

Lewis Carroll y su historia que, como otras, hoy está en la mira

Hacia el final, y al ser consultado por cómo ve el tema de la reescritura de historias clásicas de otros tiempos, por ser vistas por ciertos sectores de la crítica como incorrectas, o fuera de lugar, Martínez opinó:  "Me parece una locura absoluta. Creo que esa intención de cambiar la obra constituye una de las noticias más deprimentes de la actualidad, sobre todo, de cara al futuro. Considero que hay que dejar en paz al pasado. Es más, me parece algo abusivo hacia obras de autores muertos. No está bien andar toqueteando lo que ellos han escrito. Siento que no pueden defenderse de que venga un autor sensible a querer cambiarle una coma. Eso me parece una locura, sobre todo esta especie de movimiento de querer que lo que nos parece deseable en la vida real y cotidiana se convierta en obligatorio para la representación artística".

"El arte vive de todo aquello que está oculto en las relaciones humanas, lo que es oscuro, lo que es difícil de decir, lo que es incómodo, lo que atañe al mal, esa es la materia principal de lo artístico. No es Caperucita que va con la canasta y llega a donde está la abuela sin que le sorprenda nada en el camino. Si no está el lobo en el medio no hay literaturaMe parece peligrosísima esta clase de imposición y de censura, pero además tiene un segundo efecto perturbador que es que empieza a resonar como advertencia para los escritores contemporáneos, porque obviamente si vos ves que eliminan la palabra gorda de las novelas, la próxima vez que te pongas a escribir un personaje vas a pensar ¿Podré decir gorda o con esto quedaré fuera de las librerías?".

Hay que dejar en paz al pasado por un lado y luego, me parece abusivo respecto de autores muertos, estar toqueteando lo que ellos han escrito; Siento que no pueden defenderse de que venga un autor sensible a querer cambiarle una coma. Eso me parece una locura sobre todo esta especie de movimiento de querer que lo que nos parece deseable en la vida real y cotidiana, se convierta en obligatorio para la representación artística.

"Y hay otra cosa preocupante que quiero decir respecto de esta situación, y es que me sorprende pensar que, en otros tiempos, la censura la ejercían personajes abominables que llevaban adelante regímenes condenables; De pronto hoy parece que son los lectores y editores sensibles los que supuestamente representan la virtud en el mundo contemporáneo, y son los mismos que piden censura. Algo que yo llamo el fascismo de las buenas intenciones".