Los mitos y las utopías del pasado que continúan gravitando aún hoy, contadas por un catedrático norteamericano que hizo una estudioso revisionismo de nuestra historia. Una propuesta interesante para saber, entre otras cuestiones, cómo nos ven y cómo nos vemos. Foto: Instagram.

(CNN Radio Argentina)- Es el intelectual y catedrático norteamericano que, al verse cautivado por nuestro país, nuestra cultura e historia a partir de un viaje que lo trajo (en 1975) a realizar un trabajo universitario, decidió estudiar y profundizar en los hechos que fueron constituyendo a la Argentina. De este modo, Shumway plasmó todo eso que aprendió y revisó de nuestro ADN en un libro, con la idea de contar-les (a los de afuera) de qué se trató el recorrido social, político e ideológico del país; al tiempo que logró enumerar qué cuestiones históricas nos vienen atravesando y, al parecer, no nos han logrado soltar del todo. Un trabajo que fue publicado primero en inglés (1991) y luego en español (1993).

En su libro La invención de argentina, el autor se vale de “ficciones orientadoras”, una especie de narraciones no reales en las que decide apoyarse para utilizar como herramientas que operan con la intención de, justamente, ser parte de un relato que ayude a orientar al lector en esa sucesión de hechos de la historia. En otras palabras, se trata de una ficción que orienta, pero al mismo tiempo es una ficción”.

Este domingo por la tarde, Libros con Ñ entrevistó, a través de su conductor, Gustavo Noriega al profesor de la Universidad de Texas, de la Universidad de San Pablo, de la Universidad de Yale, director del Instituto de Estudios Latinoamericanos, en la Universidad de Texas, y decano de Humanidades de la Universidad Rice, de Houston, entre otros títulos.

A través del aire de CNN Radio la nota fue poco a poco convirtiéndose en una interesante conversación de pensamientos fundacionales, de reflexiones, de hipótesis y de especulaciones contrafácticas por lo menos divertidas. Todo esto en el marco de una cita a la que no pudieron faltar: Borges, Sarmiento, Rosas, Mitre, Mariano Moreno y la histórica grieta política/ideológica que todavía sabe llevar muy bien consigo la carga maniquea que reza:  “Seamos un sueño a la europea” versus “Mejor hagamos lo nuestro”, entre otras cuestiones. Una charla (más que entrevista) para pensarnos mejor.

Usted cuenta que escribió el libro para gente que quisiera saber de historia argentina, pero yo sentí que el libro era, por ejemplo, para mí ¿Para quienes está escrito?

“Es cierto que yo escribí el libro para el público norteamericano, por ejemplo, para que este supiera y conociera quien era, por ejemplo, Rosas. Pero me alegro que el trabajo le haya gustado”.

¿Cómo fue su conexión con Argentina y cómo se convirtió en un especialista en nuestro país?

“Yo tuve un profesor en mis épocas de estudiante que terminó siendo mi jefe de tesis. En aquella ocasión escribí sobre Jorge Luis Borges y por supuesto viajé para allá para hacer un trabajo al respecto. Tuve la oportunidad de entrevistarlo tres veces, y a partir de él acceder a muchísimas cuestiones de la historia y de la cultura del país, de las discusiones históricas y demás. Respecto de aquello debo decir dos cosas: Primero que yo, en aquel entonces, no pude o no supe entender que estaba frente al mejor escritor del siglo XX y, en segundo lugar: Su país me fascinó. Yo no elegí a su país, yo siento que fui escogido para escribir sobre Argentina y sobre su historia”.

¿En qué época vino o empezó a venir a la Argentina?

“Dos semanas luego de haber llegado yo a su país ocurrió el llamado “Rodrigazo” (1975) y un año después, el último golpe militar. Si me pregunta qué me sorprendió de aquel momento histórico en el que se vivía una situación tan violenta, bueno, me sorprendieron muchas cosas, pero, por sobre todo, recuerdo no podía creer que hubiera peronistas de izquierda y otros de derecha”.

“Me atrajo el debate de 1930, pero terminé estudiando cuestiones que vienen de antes”

“Yo creo que me trajo el debate. Mi idea original era escribir a propósito de la década del 30 (de 1930). Quería apuntar a lo histórico, el preludio del peronismo, pero cuando entré a estudiar los hechos ocurridos del país, mismo revisando lo acontecido en la tercera década del siglo XX, todo me llevaba al debate del revisionismo que ya en aquel entonces se había instalado. Fue por ello que me decidí y acepté escribir sobre el siglo XIX”.

En este programa hacemos un culto exagerado sobre Borges ¿Qué puede decirme de su experiencia con el genial escritor?

“Yo estuve con él en tres oportunidades. Todas las entrevistas fueron grabadas y luego transcriptas. Conmigo fue una persona muy agradable yo fui muy inconsciente, no sabía la magnitud de a quien tenía enfrente”.

Si en vez del Martín Fierro, habláramos más del Facundo, otra sería la Argentina, decía Borges. ¿Estas dos ideas enfrentadas de país, piensa usted que en verdad fueron las que estuvieron en juego?

“No estoy en condiciones de afirmar lo que hubiera pasado o si el país hubiera sido mejor con las ideas más cercanas al Facundo. Pero sí puedo decir que se trata de dos visiones diferentes de país. Sarmiento era parte de un proyecto liberal, formaba parte de ese grupo y del otro lado estaban los nacionalistas (o populistas, si es que se permite el término hoy, porque creo que da algo de miedo decirlo). Claro que plantear esto es decir que había dos proyectos de país: Uno era pensando en función de lo local y el otro, muy cosmopolita, eso se ve muy claramente en el siglo XIX”.

Usted tiene críticas muy interesantes de la corriente liberal. No obstante, leyendo su libro me da la sensación de que los liberales tenían una idea de país y los nacionalistas iban más hacia ejercer un rechazo a su rival; sin lograr proponer una idea clara ¿Es así?

“Si pensamos en términos de aquel nacionalismo, podríamos jugar con la idea de qué hubiera ocurrido de habe triunfado las ideas de Urquiza; tal vez hubiera tenido lugar ese proyecto nacionalista e inclusivo (que pensaba en toda la Nación) con la capital en Paraná y no en Buenos Aires. Claro que resulta por lo menos interesante pensar qué país hubiera sido si eso hubiera prosperado. Ocurre que Buenos Aires eso no lo permitió y el poder se quedó de su lado. De modo tal que el proyecto nacionalista no fue viable, no prosperó y yo creo que eso fue una lástima porque seguro estaríamos hablado de otro país”.

“Tal vez resulte esto de pensar que los liberales tenían proyectos claros (conquista del desierto, ferrocarriles, etc), pero aun así el gran problema del liberalismo era su exclusivista actitud ante todo (por esa costumbre de desconfiar de la democracia real). Ellos decían somos todos iguales y acto seguido, excluían a personas. El problema del liberalismo era por cuestiones tales como “dónde se concentraba el poder”. Lo esencial del liberalismo es que desconfía de la concentración del poder y, en cierto modo, esos grupos poderosos de Buenos Aires fueron el gran problema”.

¿Cómo fue recibido su trabajo?

“Tal vez tuvo algún polémico recibimiento y yo entré en ese campo de batalla como un ingenuo. Creo que tal vez eso sucedió porque soy bastante critico de Mariano Moreno, aunque lo mismo se repite en cuanto a algunas gruesas contradicciones que ha tenido Domingo F. Sarmiento. Él era muy lúcido, pero también creaba toda una visión de país exclusivista de habitantes blancos y europeos, casi como si desde Buenos Aires fuera posible llegar a París en el metro. Esta mirada excluía a muchos grupos, hasta a provincias enteras dejaba afuera. Es que todo ese mito de “la Argentina a la europea” es una ficción orientadora fuerte, pero exclusivista”.

“De todos modos, contestando a su pregunta, creo que la reacción fue positiva. Muchos de los debates a propósito del libro resultan ser muy actuales en el campo de las discusiones políticas de la Argentina de hoy. De modo tal que, para decir tal como me ha explicado un amigo, las malas críticas vinieron de parte de las que llaman “las viudas de Sarmiento”, con lo cual yo creo que, en ese caso, se trata de una crítica justificada”.

También hubo revisión y crítica hacia adentro

“Yo creo que, como dicen algunos, el liberalismo es un proyecto que aun hoy sigue en desarrollo. Pero debe ponerse de acuerdo un poco la idea liberal; porque si ocurre como en mi país en el que la constitución dice en su primera página que somos todos iguales y luego empieza a excluir a muchos grupos, entonces es un proyecto exclusivo. En esto términos, y estoy hablando de los EEUU, acá se presentan varios mitos, entre los cuales se encuentra esto de no poder mirar qué cosas ocurrieron en la historia en las que el país ha hecho mucho daño, porque se trataron de cosas malignas que muchos no quieren aceptar.  Ahí es donde por ejemplo, las ficciones orientadoras, nos servirían para poder repasar revisar ciertas cosas que ocurrieron, porque de no poder hacerlo, esto seguirá haciendo mucho daño”.