Un jurado de Perugia, en Italia, revocó la condena por asesinato impuesta a Amanda Knox y su co-acusado Raffaele Sollecito por la muerte de Meredith Kercher en 2009 y ambos quedaron en libertad, anunció este lunes la corte.

No obstante, se mantuvo la condena por difamación a raíz de las acusaciones que hizo Knox contra el dueño de un club, Patrick Lumumba, por la muerte de Kercher.

Tras conocerse el fallo, la sala estalló en aplausos mientras el juez pedía silencio y pocas horas después Knox abandonaba la prisión de Capanne, donde estuvo detenida durante cuatro años, en un vehículo de vidrios oscuros.

Por su parte, la familia de Meredith Kercher emitió un comunicado en el que dijo: “Respetamos la decisión de los jueces pero no entendemos cómo se pudo revocar tan radicalmente la decisión del primer juicio”.

“Todavía confiamos en el sistema juicial italiano y esperamos que al final se conozca la verdad”, agregó.

Horas antes, en sus últimos alegatos en el proceso de apelación, Knox había afirmado con voz temblorosa por la emoción: “No soy lo que dicen que soy. No maté. No violé. No robé”.

“La gente siempre pregunta ‘¿quién es Amanda Knox?’ Soy la misma persona que hace cuatro años, pero perdí a a una amiga. Perdí la fe en la policía italiana. Pago con mi vida por algo que no he hecho. Hace cuatro años no sabía lo que era el sufrimiento”, dijo hablando en un perfecto italiano.

Knox y su co-acusado Raffaele Sollecito, para los que la fiscalía solicitaba la cadena perpetua, pedían ser absueltos del asesinato de la estudiante de intercambio británica Meredith Kercher, compañera de habitación de Knox.

Antes de la intervención de Knox, Sollecito había hecho un dramático alegato a la corte por su libertad, quitándose un bracelete de plástico blanco de la muñeca y señalándolo nerviosamente con el dedo al concluir su declaración.

“Dice: ‘Liberen a Amanda y Raffaele”, dijo ante la corte. “Nunca me lo he quitado. Ha llegado el momento de quitármelo”, agregó.

Su voz se fue apagando hasta casi ser indistinguible y concluyó: “Espero que esto sea parte de la historia y que Amanda y yo tengamos un futuro”, dijo. “Nunca hice daño a nadie”.

Knox no miró a Sollecito durante su intervención, en la que detalló a los jueces y al jurado lo sucedido la noche de la muerte de Kercher. La pareja sostiene que ambos estaban juntos en la casa de Sollecito la noche en la que Kercher fue asesinada.

Knox y Sollecito fueron condenados por asesinato, agresión sexual y crímenes relacionados en 2009 y su apelación se ha centrado en muestras de ADN encontradas en un cuchillo y en un sujetador de la víctima.

Las palabras de Knox pusieron fin a una dramática semana de argumentos finales por parte de los abogados que impugnaron el resultado del juicio.

Knox y Kercher estudiaban en la misma universidad de Perugia para extranjeros cuando el cadáver de Kercher fue encontrado semi-desnudo y apuñalado en el cuello en la casa que ambas compartían. Knox tenía entonces 20 años y Kercher 21.

Sollecito, que entonces tenía 23, era el novio de Knox y estudiaba informática en otra universidad de la ciudad.

Los fiscales y la policía dicen que había material genético de Kercher en la hoja del cuchillo y de Knox en el mango, y que una parte de un sujetador de Kercher hallada en la escena del crimen tenía el ADN de Sollecito.

La defensa y expertos independientes argumentaron en la apelación que el proceso de toma de muestras de ADN estuvo viciado y que los resultados son inadmisibles.

Las partes podrían apelar el fallo de esta corte ante el Tribunal Supremo de Italia.

(Con información de Hada Messia, Matthew Chance y Chelsea J. Carter)