El cofundador de Apple, Steve Jobs, murió este miércoles a los 56 años tras una larga batalla contra el cáncer de páncreas.

“Apple ha perdido un visionario, un genio creativo y el mundo ha perdido a un ser humano increíble”, dijo Apple en un comunicado.

“Todos aquellos que fuimos lo suficientemente afortunados de conocer y trabajar con Steve hemos perdido a un amigo querido y un mentor que inspiraba”, continúa el comunicado. “Steve deja una compañía que solo él pudo haber construido y su espíritu será por siempre el cimiento de Apple”.

Jobs renunció como presidente ejecutivo de la empresa en agosto argumentando incapacidad para seguir cumpliendo con sus obligaciones.

“Murió en paz, rodeado de su familia”, dijeron sus familiares en un comunicado. “En su vida pública, Steve era conocido como un visionario; en su vida privada, apreciaba a su familia. Estamos agradecidos con las personas que han compartido sus buenos deseos y oraciones durante el último año de la enfermedad de Steve”.

Jobs estaba casado, desde 1991, con Laurene Jobs, con quien tuvo tres hijos, Eve, Erin y Reed.

El inicio, en un garage

Jobs era considerado un genio de la tecnología, a pesar de que sólo fue a la universidad unas semanas.

Nació el 24 de febrero de 1955 en San Francisco, California —la ciudad que se convirtió en la cuna de los emprendedores tecnológicos—. Sus padres biológicos, los profesores Joanne Schieble y Abdulfattah Jandali, lo entregaron en adopción al maquinista Paul y a su esposa Clara.

Jobs, quien creció junto a su hermana Paty, mostró interés por la tecnología desde pequeño, a raíz de que su familia se mudara en 1961 a Mountain View, una ciudad cerca de Palo Alto, California, actual sede de muchas compañías del sector.

A los 12 años vio su primera computadora, después de unirse al club de tecnología de la empresa Hewlett-Packard (HP). Allí conoció al entonces presidente de HP, William Hewlett, quien le otorgó una beca para trabajar durante el verano, gracias a la cual conoció a Steve Wozniak. En 1976, ambos fundaron Apple, donde desarrollaron las computadoras Mac.

En 1985, Jobs dejó Apple por desacuerdos con la compañía y fundó su propia empresa de computadoras, NeXT. En ese periodo diseñó el sistema operativo para Macintosh OS X y compró los estudios Pixar al cineasta George Lucas. Después de ganar un Oscar por la película Toy Story, vendió Pixar a Disney por una cifra multimillonaria.

El regreso a Apple

Con la venta de NeXT a Apple, Jobs volvió a la compañía como consejero. Un año más tarde fue nombrado director general interino.

La empresa comenzó el desarrollo del dispositivo que le ayudaría a convertirse en la compañía tecnológica más influyente del mundo: el iPod, un reproductor portátil de música en formato mp3, lo que permitió el lanzamiento en 2003 de la tienda de contenidos digitales de más éxito, iTunes. Desde entonces, los productos de Apple se convirtieron en los más vendidos y los competidores los imitaron.

El iPhone y el iPad fueron los siguientes dispositivos que lanzó al mercado, siempre acompañado de presentaciones que generaban expectativa mundial y a las que acudía con su característica camiseta negra de manga larga, pantalones vaqueros y deportivas New Balance.

La lucha contra el cáncer

En 2003 le detectaron un tumor cancerígeno en el páncreas, extirpado poco después mediante una exitosa cirugía. Sin embargo, las especulaciones sobre su salud crecieron por el evidente deterioro de su aspecto físico. En 2009 fue sometido a un trasplante de hígado. Jobs atribuyó a un desequilibrio hormonal su evidente pérdida de peso.

En enero de este año, Jobs pidió su segunda licencia médica como director ejecutivo de Apple y dejó a cargo de la empresa a Tim Cook. En marzo, los seguidores de la compañía lo ovacionaron de pie durante su sorpresiva aparición para presentar el iPad2, cuando su salud ya era estaba muy deteriorada.

Su muerte ocurre un día después de que Apple presentara el nuevo iPhone 4S.