Una mujer que ayudó a una niña que se desangraba en la calle luego de ser atropellada dos veces empezó a recibir recompensas por su acto.

Dos automovilistas arrollaron a Wang Yue, de dos años, cuando la pequeña caminaba por una estrecha calle de Foshan y varios transeúntes pasaron a su lado sin hacer nada, dándola por muerta.

El video, en el que se ve cómo más de diez personas pasan de largo al ver a la niña sangrando en el suelo, ha generado estupor en todo el mundo.

Wang se encuentra en estado crítico, con escasa actividad cerebral, después de que mostrara algún movimiento en la parte inferior de su cuerpo, dijo su madre, Qu Feifei.

Entre los múltiples villanos de esta historia, la heroína resultó ser una mujer de 58 años que vive de la basura.

En el video, Chen Xianmei es la única que auxilia a la pequeña, lo que la ha convertido de inmediato en un ejemplo de decencia en un país que, según los analistas, está cada vez más obsesionado con el ascenso económico.

“No pensé en nada en ese momento”, dijo Chen el domingo. “Solo quería salvar a la niña”.

Dos oficinas del gobierno en la provincia de Guangdong, donde ocurrió el incidente, ofrecieron a la mujer un total de 20.000 yuanes (3.135 dólares), según la agencia de noticias Xinhua.

La madre de Wang dice que no entiende el comportamiento de los transeúntes, pero prefiere ver lo positivo.

“Chen representa lo mejor de la naturaleza humana”, dijo sobre la mujer que ayudó a su hija.

En Sina Weiba, el equivalente a Twitter en China, la historia sigue siendo la número uno con más de 4,5 millones de mensajes sobre la campaña en línea “alto a la apatía”.

Mientras el escándalo se extiende, también continúa la procesión de gente que ofrece regalos, dinero y apoyo a la familia de la menor.

En el video se observa a más de una docena de personas que caminaron por donde estaba la menor, e incluso la rodearon mientras yacía en el suelo de un mercado, lo que provocó críticas internacionales sobre el estado moral de una sociedad que cambia rápidamente.

Wang está grave. Su cerebro muestra poca actividad a pesar de que ha registrado ligeros movimientos en su cuerpo, de acuerdo con su madre, Qu Feifei.