Casi 6% de los padres en Estados Unidos no vacunan a sus hijos contra la varicela.

Por Aaron Cooper, CNN

(CNN) — Los padres que no quieren vacunar a sus hijos contra la varicela están optando por ordenar y comprar vía Internet golosinas que han sido chupadas por niños enfermos.

Lo que pretenden es que sus hijos se enfermen de varicela para que desarrollen una “inmunidad natural”.

La estación de televisión afiliada de CNN: KPHO en Phoenix encontró una página en Facebook llamada “Encuentra una fiesta de varicela en tu área”, que incluye anuncios de padres dispuestos a enviar artículos infectados a cualquier parte de Estados Unidos.

Este es uno de los mensajes: “Nuevo lote de varicela en Nashville, Tennessee. Envío de objetos chupados, saliva y palillos recubiertos de algodón en sus puntas usados para la higiene personal que estarán disponibles a partir de mañana por 50 dólares a través de PayPal”.

Los padres permiten que los niños —cuya varicela es contagiosa — infecten el artículo antes de ser empacado y enviado a padres en otras partes del país. Las personas que reciben esos artículos se los dan a sus hijos con la esperanza que se enfermen de varicela.

“¡Nuestra ronda fue enviada por FedEx desde Arizona! Hemos propagado bichos a Cookeville, Knoxville y Luisiana”, se lee en un mensaje de Facebook citado por KPHO.

La página web, que contaba con unos 1.000 “Me gusta” en Facebook, ha sido eliminada. Las versiones archivadas del sitio muestran que se describe como “un grupo de padres que quieren que sus hijos obtengan inmunidad natural contra la varicela”.

Sin embargo, el envío de saliva, golosinas u otros materiales infectados podrían plantear otros riesgos de salud. “Estás enviando otros gérmenes, otras bacterias, y no tienes idea de lo que está en ellos”, dijo el Dr. Bill Schaffner, director del Departamento de Medicina Preventiva de la Escuela de Medicina de la Universidad Vanderbilt. Ni siquiera está claro que vaya a funcionar. “No es una buena manera de transmitir la varicela. Por lo general, el proceso de contagio funciona cuando alguien exhala el virus y alguien más lo aspira”, explica.

La vacuna contra la varicela está disponible en Estados Unidos desde 1995. Casi 6% de los padres en ese país no vacunan a sus hijos con ella como recomiendan los médicos, según un estudio publicado el mes pasado en la revista Pediatrics.

Los efectos secundarios de la vacuna incluyen dolor o hinchazón, fiebre en una de cada 10 personas, y erupción en una de cada 25. La presencia de convulsiones y neumonía también es posible, pero los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) indican que estos efectos son “muy raros” y agregan que “recibir la vacuna contra la varicela es mucho más seguro que contraer la enfermedad”.

Antes de la vacuna, la varicela causaba más de 10.000 hospitalizaciones en un año promedio en Estados Unidos, y entre 1990 y 1994, unos 50 niños y 50 adultos murieron cada año, de acuerdo con los CDC. La mayoría eran personas previamente sanas.

“Lo que está pasando es que tenemos algunas madres que están tratando de ser imaginativas y son escépticas ante las vacunas”. Este comportamiento es una nueva variación de la fiesta de varicela, donde los padres permiten que los niños sanos jueguen con menores infectados. “Las fiestas de varicela son realmente malas ideas. No hay un pediatra en el país que lo recomiende”, dijo Schaffner.

KPHO también encontró algunos comentarios en que los padres buscaban que sus hijos fueran infectados con el sarampión, paperas y rubéola. Y esas enfermedades podrían ser aún más peligrosas.

Lo que estos padres están haciendo viola la ley federal. “Enviar un virus o una enfermedad a través del correo de Estados Unidos es ilegal. Además, va contra la ley federal adulterar o manipular productos de consumo, como los dulces. Por último, es ilegal introducir en el comercio interestatal materiales biológicos no autorizados”, de acuerdo con Jerry Martin Fiscal estadounidense para el Distrito de Tennessee.

Sin embargo las políticas internas le impiden decir si su oficina está investigando a los padres que envían golosinas y otros artículos.