SAN FRANCISCO — Decenas de personas, muchas de ellas con iPhones, hacían fila en un centro comercial el jueves mientras discutían la biografía de Steve Jobs. Pero estos fanáticos de Apple no estaban en la fila para comprar el último gadget de la empresa, sino para ver Steve Jobs: la entrevista perdida, una especie de documental que se está exhibiendo ahora en algunas ciudades de Estados Unidos.
Esta particular exhibición de la entrevista nunca antes vista del cofundador de Apple, tenía programadas menos exhibiciones pero los productores extendieron su oferta después de que las proyecciones se agotaron. El entrevistador en la película, Robert X. Cringely, la observó junto con la audiencia, después respondió preguntas.
La entrevista de 69 minutos con Jobs fue grabada en 1995 para un documental de PBS llamado El triunfo de los nerds. El programa sacó al aire sólo nueve minutos de las declaraciones de Jobs.
La copia maestra de la entrevista se perdió, pero el director Paul Sen mantuvo en secreto una copia de la cinta en VHS, dijo Cringely. Después de que Jobs murió en octubre, Sen la buscó por todo su garaje hasta que la encontró.
“Fue la primera vez en 16 años que toqué la cinta”, dijo Cringely a la audiencia en la exhibición del jueves. “No estará perdida por otros 16 años”.
Después de que la película complete su breve recorrido por los cines, Steve Jobs: la entrevista perdida probablemente estará disponible en línea y en DVD, dijo Cringely.
En el transcurso de un mes, mientras planteaba la idea a Landmark Theatres, Cringely y un pequeño equipo filmaron una introducción y agregaron una breve recapitulación del texto que se reproduce sin sonido al final. La producción es cruda, como lo es el material de baja calidad en VHS, pero Jobs es cautivante. Contó historias con su carisma, entusiasmo y su talento para el arte dramático. Hablaba con franqueza y con emoción.
“Nunca se sentó a dar otra entrevista como esta, lo que es una vergüenza”, dijo Cringely.
La entrevista muestra a Jobs como alternativamente ingenioso, encantador, gruñón y resentido hacia aquellos que creía lo habían traicionado. En aquel momento, Jobs había dejado Apple y dirigía una pequeña empresa de computadoras, NeXT Computer, que estaba pensada para el mercado de la educación. NeXT fue comprada por Apple y poco después, Jobs volvió a dirigir la firma que fundó junto con Steve Wozniak en el garage de sus padres en Silicon Valley.
Cringely, entonces un columnista de tecnología, logró conseguir la codiciada entrevista con Jobs porque NeXT necesitaba desesperadamente la atención y porque Cringely y Jobs tenían una relación previa. Cringely había trabajado para Jobs en los primeros días de Apple, donde había rechazado acciones de la empresa por un salario de seis dólares por hora.
Jobs recordó sus primeros días con Wozniak, incluyendo la vez que hicieron una broma telefónica al Vaticano y pidieron por el Papa. También criticó a IBM y Xerox, y fue particularmente ofensivo hacia Microsoft. “El único problema con Microsoft es que simplemente no tienen gusto”, dijo en una línea ya famosa.
El cofundador de Apple predijo el ascenso meteórico de internet, que dijo sería especialmente satisfactorio porque Microsoft no lo posee. También describió cómo funciona una empresa y la diferencia entre los trabajadores que se especializan en el proceso versus contenido; un desequilibrio que dijo contaminaba a IBM.
Jobs fue especialmente crítico hacia John Sculley, el ejecutivo de PepsiCo, que contrató para dirigir a Apple y que luego lo despidió. Jobs describió a Sculley como un tipo de mercadotecnia corrupto y un gerente fracasado que era incorrecto para el puesto.
También habló sobre la importancia de un líder fuerte, pero agregó que las empresas no son sólo de una persona.
“A la gente le gustan los símbolos”, dijo Jobs. “Así que yo soy el símbolo para ciertas cosas”.