(CNN) Kim Jong Il, el líder norcoreano ha muerto, luego de estar a la cabeza de Corea del Norte desde la muerte de su padre Kim Il Sung, en 1994.

Se cree que tenía 69 años.

Recordado como un de los líderes más represores del mundo, Kim Jong Il siempre fue una figura un tanto estrafalaria. Su corta estatura y su pelo batido han sido objeto de parodia en Occidente.

“Es un una persona deliberadamente misteriosa. El misterio es una fuente de influencia y poder. Es mantener la incertidumbre,” dijo Han S. Park, director del Centro de Estudios de Temas Globales de la Universidad de Georgia y visitante frecuente de Corea del Norte.

Pero para los ciudadanos de la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong Il era bien considerado.

Su padre fundó Corea del Norte con el apoyo soviético después de la Segunda Guerra Mundial. Kim era un pequeño niño cuando los comunistas del norte invadieron el sur –apoyado por EE.UU.- lo que desató la Guerra de Corea en 1950.

Cuando las hostilidades terminaron, Kim ya estaba embebido en la filosofía paterna de “juche” o autodependencia, la base de la naturaleza de recluirse de Corea del Norte.

Corea del Norte y Corea del Sur nunca firmaron formalmente un tratado de paz y técnicamente siguen en guerra; separados por una tensa zona desmilitarizada.

Para los norcoreanos, el lugar de nacimiento de Kim es el sagrado monte Paektu. La cima, en la frontera norte con la Manchuria China, es la más alta de la península y es el sitio donde la leyenda dice que la nación comenzó a existir, hace 5.000 años.

Los investigadores son más objetivos en cuanto al lugar de nacimiento de Kim y lo sitúan en la región más oriental de la ex Unión Soviética, el 16 de febrero de 1942. Su padre había huido a la Unión Soviética cuando los japoneses pusieron un precio a su cabeza, por las actividades guerrilleras en la entonces ocupada Corea.

La familia volvió a la parte norte de la península después de la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial. Y el dictador Josef Stalin ungió a Kim Il Sung como el líder de la República Popular Democrática de Corea.

El hermano menor de Kim Jong Il se ahogó cuando era niño y la madre de ambos falleció cuando Kim tenía 7 años. Al poco tiempo estalló la Guerra de Corea y Kim fue llevado a Manchuria de donde volvió tres años después, al finalizar la guerra.

A pesar de estas duras condiciones, se presume que Kim Jong Il estuvo rodeado de lujos y privilegios durante toda su etapa educativa. Como el primogénito de un dictador con puño de hierro, “las puertas estaban abiertas para él desde una temprana edad,” según Dae-sook Suh, un profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Hawaii que se especializa en el gobierno de Pyongyang.

De a poco, Kim se fue preparando para la posición de presidente, haciendo apariciones públicas frente a gente que lo aclamaba.

En 1980 Kim Il Sung nombró formalmente a su hijo como su sucesor. Kim Jong Il tuvo un puesto senior en el Politburó, la Comisión militar y el partido Secretariat.

En 1991 fue nombrado Comandante en Jefe de las FF.AA. de Corea del Norte, como culminación del largo período de preparación.

Tres años después, cuando Kim Il Sung murió repentinamente de un ataque al corazón, a los 82 años, la mayoría de quienes no conocían la política interna de Corea del Norte, pensaron que el país colapsaría; la nación había perdido a su venerable padre fundador.

Unos años después, las poderosas alianzas del país con la Unión Soviética se habían evaporado con la caída de este bloque y con la movida de China hacia un sistema de economía de mercado. La propia economía norcoreana tambaleaba y la energía y la comida estaban a punto de escasear. Una serie de desastres climatológicos, combinados con un ineficiente sistema estatal agrícola, dejaron al país entero en la hambruna.

El momento no pudo haber sido peor para reemplazar al único líder que Corea del Norte había conocido. “El cielo no le sonrió a Kim Jong Il” dice el profesor Dae-sook Suh. Luego del funeral público de su padre Kim apareció de la nada, exacerbando los rumores, pero él se las arregló para consolidar el poder.

Durante su nueva organización gubernamental, el puesto del padre de Kim fue dejado vacante y Kim tomó el título de Secretario General del Partido de los Trabajadores y Presidente de la Comisión Nacional de Defensa. Un grupo de 10 hombres que incluía a las principales cabezas de las Fuerzas Armadas, el Ejército y la Marina, quienes eran considerados los más poderosos del país.

“Fue un gobierno peculiar. Honraba el legado de su padre pero a su vez su gobierno era muy diferente al anterior”

El estilo “estalinista” fue impuesto a los militantes con su política de “bandera roja” introducida en 1996.

Los cambios fueron ilustrados con detalle en 1997 con la deserción de Hwang Jang Yop, arquitecto de la filosofía “Juche” y el primer oficial de alto rango en pedir asilo en Corea del Sur. “La preparación para la guerra excede la imaginación” dijo en una conferencia de prensa respecto a la posibilidad de que Corea del Norte lanzase un ataque.

A pesar de haber testeado un misil sobre Japón en 1999, y otros incidentes, la Corea del Norte de Kim Jong Il  también mandó señales de que estaba abierta a nuevas alianzas luego de décadas de aislamiento. Miles de millones de dólares de ayuda internacional llegaron a Corea del Norte en la década de los ’90 sin que el país haya cambiado demasiado.

Varios analistas coinciden que Kim ha jugado sus cartas de forma inteligente; “descreo que Kim sea irracional, o un hombre con el que no se pueden hacer negocios. Creo que es inteligente y pragmático y que puede ser implacable,” dijo Alexander Mansourov, exdiplomático ruso que estuvo asignado en Pyongyang a fines de los ‘80s.

Su obsession por el cine llevó a secuestrar a la actriz surcoreana Choi En-hui y su marido el director Shin Sang-ok, que huyeron de Corea del Norte en 1986, y cuentan su aventura como una película clase B. Y a pesar de los problemas del país para pagar sus deudas, Kim vivía en forma extravagante y gastaba millones en sus producciones cinematográficas, según contaron Choi y Shin.

Mientras el “querido líder” se daba los gustos, su gente literalmente se moría de hambre. El colapso de la Unión Soviética a principios de los ‘90s, ayudó enormemente al respecto y también una inundaciones devastadoras. El régimen admitió que alrededor de 250 mil personas murieron entre 1995 y 1998, pero algunos grupos externos dicen que la cifra fue diez veces mayor.

En el 2000 pareció que la relación entre las dos Coreas se suavizaba, lo que dio lugar al primer encuentro entre Kim Jong Il y el entonces presidente de Corea del Sur Kim Dae Jung. Todo parecía mostrar que la política del “sol naciente”, de compromiso, daría sus frutos. Pero Kim siguió adelante con su programa armamentista nuclear y fue allí donde el entonces presidente de EE.UU. George W. Bush lo nombró parte del “eje del mal”; en el mensaje a la nación de 2002. Un año más tarde Corea del Norte se retiraba del tratado de no proliferación nuclear.

En 2006 el Norte condujo una prueba nuclear y lanzó varios misiles, agregando una presión y una urgencia extra a las conversaciones del Grupo de los Seis, que trataban de lidiar con el programa nuclear de Corea del Norte.

En 2007 Kim finalmente aceptó desmantelar el reactor nuclear de Yongbyon a cambio de combustible y una mejora en las relaciones con EE.UU.

Pero a pesar de haber bombardeado la torre de enfriamiento de Yongbyon, Corea del Norte pareció retractarse y el acuerdo estuvo en peligro. En agosto de 2008 Pyongyang suspendió la desactivación de las plantas de producción de plutonio después de un bloqueo de las medidas de verificación.

Meses después, el gobierno de EE.UU sacaba a Corea del Norte de la lista de países que apoyan el terrorismo. Al mismo tiempo Corea aceptaba el armado de un mecanismo reconocido internacionalmente para verificar que estaba revelando todos sus secretos nucleares.

A pesar de que desde afuera, a Kim Jong Il, se lo veía como un dictador, que gastaba el presupuesto de su país en armamento, mientras la gente se moría de hambre; en Corea del Norte, -un país cerrado a las influencias externas y temeroso de las amenazas de sus vecinos-, lo ven de forma positiva.

“El nivel de reverencia para Kim en el país es subestimado en el exterior,  -dice Park. “Es recordado no sólo como un líder superior sino como un hombre decente, de alta moral. Si esto es cierto o no, no es lo importante cuando se trata de entender al país. Hay que entender que para los norcoreanos la percepción es la realidad.”

Pero fuera de Corea del Norte Kim Jong Il será recordado como uno de los peores déspotas de la historia, dice Andre Lankov, un autor sobre historia de Corea.

“Aun así no creó esta dictadura. Fue su padre quien lo hizo y él tomó la responsabilidad y se aseguró de que continúe por muchos años más,” dijo.

Dan Rivers de CNN, contribuyó a este reporte.