(CNN) — La historia de Fabiola Leocal debería ser algo poco común, pero en el Haití de después del terremoto no lo es.

Su casa se derrumbó, como muchas otras en una ladera del vecindario de Canape Vert de Puerto Príncipe. Su esposo, René, murió bajo el concreto. Después de vivir un tiempo en un campamento, regresó a donde pertenece. Ahora vive en una choza rodeada de memorias, como las fotografías de ella y René donde él está de traje y ella con un elegante vestido, más fino que el top negro sin mangas y la falda estampada que ahora viste.

Algunas personas le dicen que tire las fotos. ¿Qué de bueno podrían ser? Sólo le traen tristeza. La vida tiene que continuar para Leocal. Tiene que sobrevivir, si no es por ella, por su hija de 15 años.

Tristemente, los haitianos ahora tienen que levantarse viendo los escombros del terremoto, y los campos de carpas que se erigieron luego de aquel fatídico día de enero de 2010.

Naciones Unidas, funcionarios haitianos y agencias privadas de ayuda han dicho que Haití ha dado pasos adelante luego del sismo. Pero pocos niegan que la recuperación ha sido dolorosamente lenta.

La ONU estima que el terremoto de magnitud 7.0 afectó a casi tres millones de personas y mató a más de 220,000. Más de 1.5 millones de personas se quedaron sin hogar en un país que ya era el más pobre en el hemisferio occidental, marcado por la crisis.

Pobreza y desempleo antes y ahora

También se debe considerar que el 70% de los haitianos no tenían trabajo antes del sismo y que había sólo 5.9 doctores por cada 10,000 habitantes. Dos años después, la mayoría de los haitianos están aún sin empleo. Los escombros aún se ven en la capital y otros lugares. Cerca de la mitad de los escombros, de una dimensión equivalente a cinco estadios de futbol llenos, se han retirado, según Naciones Unidas.

Alrededor de un millón de personas aún está sin casa. Muchos viven bajo carpas en las sombras del colapsado palacio presidencial, quizá el símbolo más visible de la miseria haitiana.

“No puedes quedarte en la calle”, dice Leocal. “Si esto es lo que tienes, tienes que reconstruirlo”. Ella no está sola en su frustración. Miles de haitianos se manifestaron este miércoles frente al Parlamento en la capital para demandar una reforma de las leyes de tierras para que puedan libremente construir casas.

Michel Martelly, la exestrella del pop que fue elegido presidente el año pasado una cara fresca en la política local, prometió arreglar el país. Pero le tomó meses formar un nuevo gobierno. Recientemente dijo que motivar a las personas en una nación donde persiste la “cultura del inmovilismo” ha sido un reto.

No hay una varita mágica

En una visita hace unos días a un grupo de 600 familias que viven bajo unas carpas, Martelly dijo que su gobierno las reubicó en casas. El proyecto, que costó nueve millones de dólares, reparó o reconstruyó casas dañadas. Pero también admitió que muchos miles aún esperan. “Es como enviar la señal”, dijo a Anderson Cooper, de CNN.

“No es como tener la varita mágica y hacer que los problemas desaparezcan en un día. Si plantas un árbol hoy, para disfrutar de su sombra, tienes que esperar cinco años. Entonces, cambiar a Haití y curar las heridas tomará tiempo”.

El reto no es sólo proporcionar servicios a la población, también el uso del dinero de forma eficaz. Los haitianos demandan transparencia en un lugar marcado por la corrupción. Y nuevamente, Martelly admitió que será “muy difícil. Creo que el diablo real en Haití sólo puede ser detenido cuando cambiemos nuestra mentalidad, nuestra forma de hacer las cosas”, dijo.

Aunque después del sismo, la comunidad internacional se volcó en ayudar y prometió ayuda, dos años después los haitianos se preguntan: ¿A dónde fue a parar todo el dinero?

¿Y el dinero dónde está?

Un punto clave ha sido el desembolso de la ayuda extranjera que fue prometida para la reconstrucción.

Las Naciones Unidas estimaron que para fines de septiembre, sólo el 34% de los 4,600 millones de dólares prometidos por la comunidad internacional en 2010 y 2011 se habían entregado.

Sin embargo, el Centro de Investigación Económica y Política indicó que sus análisis mostraron que sólo el 10% del dinero del Fondo para la Reconstrucción de Haití, que recibió cerca del 20% de todo lo prometido, se había gastado en el terreno.

De acuerdo con la organización basada en Washington, “la Comisión Interina para la Recuperación de Haití aprobó más de 3,000 millones de dólares para proyectos, pero la mayoría no han comenzado. Y sólo el 2.4% de los contratos del gobierno de Estados Unidos fueron directamente a firmas haitianos, mientras que la agencia de ayuda estadounidense USAID dio más del 90% de los contratos a firmas de Washington.

Anderson Cooper, Charlie Moore, Neil Hallsworth y Edvige Jean-Francois contribuyeron con este reporte.