(CNN) — Medio millón de personas enfrentarán una emergencia que roza la hambruna durante marzo si a las organizaciones humanitarias internacionales no se les permite ingresar en zonas de conflicto de Sudán, advirtió este miércoles el enviado de las Naciones Unidas (ONU), Princeton Lyman.
“Se avecina un desastre humanitario en Sudán”, advirtió Lyman en Petroria, capital del país sudafricano, como parte de sus esfuerzos por conseguir apoyo para la intervención en Sudán.
Grupos como el Programa Mundial de Alimentación y la Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) deben ser capaces de trabajar en las zonas fronterizas de Kordofán y Nilo Azul, dijo.
El gobierno de Khartoum argumenta que estas áreas son demasiado peligrosas para las organizaciones que operan ahí. Lyman pidió a Sudáfrica tomar el liderazgo en el tema.
“Como jefe del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas este mes, Sudáfrica puede jugar un rol para prevenir un desastre colosal”, advirtió Lyman.
El enviado estadounidense dijo que la falta de liderazgo, una historia de violencia étnica y la acusación del presidente de Sudán, Omar al-Bashir, por parte de la Corte Penal Internacional, son factores que han complicado la crisis en el país. “Corresponde a líderes nacionales hacer la paz y tomar decisiones que lleven a la paz”, dijo Lyman.
Lamentó la falta de mecanismos para que Sudán y el recién independizado Sudán del Sur resuelvan sus conflictos “pese a que ambas partes tuvieron un mismo gobierno durante cinco años y de que participaron en conversaciones de paz”.
Desde que Sudán del Sur obtuvo su independencia del norte en julio de 2011, las peleas han continuado en las regiones fronterizas ricas en petróleo de Kordofán, Nizo azul, Estado Unidos y el Alto Nilo.
Incontables vidas se han perdido y cientos de miles han sido desplazados, lo que ha exacerbado la actual crisis humanitaria, según funcionarios. Ambas partes siguen discutiendo sobre los ingresos del petróleo, mientras que el Sur ha vivido guerras tribales. “África necesita hablar con una sola voz”, dio Lyman. “África necesita decir, ‘no podemos permitir que esto pase’”.
El embajador sudanés en Sudáfrica, Ali Yusuf Alsharif, advirtió que la situación en su país podría ser peor que en Somalia, e indicó que la presión extranjera podría complicar aún más las cosas.
“El mundo ha mirado a Somalia sin saber qué hacer”, dijo en una conferencia. “Pero si todos presionan (a Sudán), podrían empeorar la situación más que en Somalia”.